El hombre más apto para organizar congresos de intelectuales cubanos sin intelectuales es Carlos Alberto Montaner. Su capacidad para inventar disidentes, falsificar poetas, recaudar enormes cantidades de dinero, viajar incansablemente por el mundo entero, coordinar festivales, piñatas políticas, banquetes, negocios, editoriales, etc. , es extraordinaria. Nadie lo puede superar en ese terreno.
Hay que ubicarlo en la picaresca española. Es un tipo muy hábil para hacer trampas y ganar dinero. Se promociona bien. Este tipo de hombre se ha dado siempre muy bien entre nosotros. Sueña con un protagonismo que siempre se le escapa de las manos.
Montaner no es un intelectual ni un periodista ni un político. Es un excelente publicitario. Y lo hace bien, sin escrúpulos de ninguna clase. Ni siquiera se molesta en escribir o en elaborar ideas. Tiene un equipo que le trabaja la prosa de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Y en cuanto a las ideas, usa las ajenas con un desparpajo admirable.
(Miami, donde el tiempo se detuvo. Edición digital)
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