Se equivocaba Cabrera Infante cuando en una entrevista publicada en 1963 en Casa de las Américas, hablando en nombre de esa generación que se agrupó en Lunes, afirma que era la “más dotada de prosistas en el siglo”. Aparte del propio Cabrera Infante, poco, y aun él ¿es realmente comparable a Novás Calvo y a Carpentier?
Lo cierto es que la paideia marxista con sus recetas, concursos y talleres no produjo ningún narrador relevante. La influencia positiva del comunismo sobre la narrativa cubana habría que buscarla, acaso, mucho más atrás, cuando los rojos eran un pequeño partido de oposición, a veces en la clandestinidad.
(Palabras del trasfondo, Editorial Colibrí, Madrid, 2010)
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