Padilla se ha replegado en sí mismo, ha revitalizado la vieja capilla, con dos o tres nuevos adherentes, y del joven y prometedor poeta de antes sólo queda una caricatura, bastante lamentable por cierto, clownesca; decidor obstinado de frases supuestamente brillantes, hiriente, anacrónico personaje salido de alguna mala comedia de finales de siglo.
(s/r)
No comments:
Post a Comment