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Thursday, September 24, 2015

Enrique Ubieta vs. Orlando Luis Pardo Lazo

Pero entre la presentación de Gaarder y el acto dedicado a Marré ocurriría el Gran Acto del Día en la explanada de acceso a La Cabaña y, claro, se impuso mi curiosidad por verlo. Tengo que confesar que me distraje un rato, no tanto por la rumba que bailaba una comparsa de niños y jóvenes en la calle, después del parqueo, como por las decenas de niños que empinaban sus papalotes. Tuve que apurarme para llegar antes de que el perfomance finalizara. Un individuo que hablaba y gesticulaba como Napoléon, declaraba su inconformidad porque el libro suyo –aprobado por alguna editorial cubana--, no hubiese sido incluido en el presupuesto del pasado año y lo distribuía en CD. Uno pudiera suponer que ese tipo de acción no recabaría la atención de los grandes medios. Equivocación total. Más importante que Jostein Gaarder, que Santiago Alba, que Luis Marré o que Silvio Rodríguez (y que otros muchos excelentes autores, cubanos y extranjeros), resultó ser para algunos medios ese breve perfomance que presenciaron doce socios y algunos transeúntes curiosos como yo.
   Otra feria, pero circense. Supongo que si un medio tiene dueño y ese dueño quiere mostrar otra feria –aunque sea circense--, y no la Feria, pues el infortunado periodista en lugar de entrar al recinto ferial y disfrutar de sus opciones culturales, tendrá que esperar en una explanada hasta que llegue un escritor despechado de estilo napoleónico a declarar su inconformidad. No es, desde luego, cualquier inconformidad: en el único país del continente donde una Feria del Libro es un acontecimiento cultural masivo, que recorre cada año sus principales ciudades, una inconformidad, una sola, expuesta ante las cámaras de la CNN, o en las páginas de El País (el artífice de la desconocida bloguera) libera a los desdichados periodistas de tener que explicar algunas verdades incómodas. Viéndolos, recordé que varios amigos míos tienen libros pendientes de publicación, y que –poco imaginativos al fin--, no supieron aprovechar la ocasión; porque si usted quiere que el mundo entero lo conozca como escritor no publique sus libros, tenga paciencia, espere hasta la próxima Feria y convoque a la CNN (hágale previamente saber que hablará mal del Gobierno revolucionario). Tendrá éxito. Será un éxito efímero, fugaz, pero tendrá sus cuatro minutos de fama. ¿Para qué están esos medios extranjeros si no es para remodelar la realidad cubana y adaptarla a la noción que de ella tienen sus dueños?

(La Feria y la feria. Blog Cambios en Cuba, febrero 2009)

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