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Tuesday, November 26, 2019

Juan Abreu vs. Abilio Estévez (2)


Hay una generación de intelectuales cubanos (exagero) nacidos con la Revolución o educados en la cloaca revolucionaria cuyos cerebros están colonizados por la Revolución de la manera, por poner un ejemplo, en que el cerebro del pintor Novoa está colonizado por los soviéticos. A ver, lo diré otra vez. La llamada Revolución fue innecesaria, la República a pesar de sus defectos y latrocinios y crímenes, siempre menores comparados con los cometidos por la llamada Revolución, tenía recursos económicos, cívicos y morales para salir adelante. Lo digo porque me entero de un nuevo libro de Abilio Estévez, conocido escritor lírico-costumbrista cubano, que trata de los horrores de la dictadura de Gerardo Machado. Coño. Me digo. Retroceder tanto cuando tiene Estévez sesenta años de horrores castristas y de dictadura castrista (que, dicen, le pateó el culo al mismísimo Estévez por homosexual), ante sus narices. Pero. No. Machado. ¡El asno con garras! Siempre he pensado que lo que caracteriza a los escritores cubanos de la Revolución (algunos emigrantes o exiliados o lo que sean) es la cobardía el oportunismo el servilismo el engolamiento la tabarra filosófica ininteligible la fatuidad tribal la cagarruta lírica la mezquindad el pensamiento conga el culipandeo como ética y el esbirrismo sentimental, pero ahora compruebo que la colonización cerebral castrista también los define.
   Y ahora por favor que no me salga nadie con lo de la Patria a tomar por culo la Patria.

(Blog Emanaciones, septiembre 2019)

Thursday, November 21, 2019

Brian Ramírez Val vs. “La sabiduría de los caracoles...” de Natalia Bolívar Aróstegui


Este nuevo libro suyo pretende un bosquejo, para nada erudito, de las particularidades de los sistemas adivinatorios que componen, por excelencia, las tradicionales prácticas religiosas del imaginario cultural yoruba: el ifismo, sistema adivinatorio de los denominados babalawos; el diloggun (caracoles) y el obi (coco), estos últimos, más afines a los denominados babalochas, iyalochas (santeros/as) y el espiritismo.
   En tres capítulos pretende dilucidar las características estructurales en las que se sientan estos sistemas mágico-religiosos y, sobre todo, desentrañar sus exégesis durante los procesos de adivinación. ¿No hay en esto un suficiente material atractivo para el lector, a sabiendas de que, todo ese caudal informativo se tiene, todavía —o al menos por parte de los oficiantes-practicantes— como un conocimiento vedado al público aleyo (no practicante)?
   De cualquier manera, que el libro contenga informaciones que, de hecho, han sobrecogido a la comunidad religiosa practicante en Cuba, no es, a mi juicio, lo más importante. No encuentro motivos para el vituperio de sacerdotes de Ifá y babaloshas contra Bolívar, pues todo ese caudal de información supuestamente hermética es posible encontrarlo en libros fakes que hoy comercializan libreros particulares o en cualquier tiendecita de artículos religiosos de La Habana.
   Basta, además, con googlear en internet para que el lector encuentre millares de sitios donde encontrar textos de patakíes, el Dice Ifá, los tratados de santería, y el Afolabi o Libro de la Adivinación, ya al alcance de cualquier no iniciado.
   Lo que sí encuentro lamentable es que, tal como declara su autora, este libro no vaya más allá de una pretendida compilación. ¿No se ha enterado Bolívar de la innecesaria labor que, según dice, intenta "complementar", a propósito de su anterior, ya bastante lejano y obsoleto, Los orishas en Cuba? El más reciente libro suyo es un resumen inocuo y reproductivo de las letras, caminos, odduns y patakíes del ifismo, del diloggun y el obi, y ella ni siquiera se molesta en explicar, de manera científica, o al menos con el necesario andamiaje teórico, el contenido que divulga.
   Mucho se ha avanzado hoy día en el terreno de los Cultural Studies, sobre todo en el campo académico, y me temo que probablemente Bolívar tampoco esté enterada de que no son estos los tiempos de las compilaciones de una tradición oral conocida hasta el cansancio.

(Un libro de Natalia Bolívar que vuela y deja mucho que desear. Diario de Cuba, octubre 2019)

Monday, November 18, 2019

Antonio Rodríguez Salvador vs. Carlos Manuel Alvarez (defendiendo a Retamar)


Recuerdo que cierta polemista se ocupó de abundar atributos de su carrera como autor. Virtudes no precisamente relacionadas con la ficción literaria, sino con textos escritos en esa vertiente de la crónica y el reportaje que dan en llamar Periodismo narrativo.
   Hubo una época en que al Periodismo narrativo se le conocía como Nuevo periodismo, pero el tiempo no perdona y entonces se le cambió el nombre. Según estudiosos, dicha corriente surgió hace unos sesenta años con Rodolfo Walsh y Truman Capote; pero otros, con ojo chusco, apuntan que ya estaba presente en Herodoto, hace veinticinco siglos.
   O sea, el Nuevo periodismo es bastante viejo, pero la polemista me recomendó buscar los novedosos textos de Carlos Manuel, cosa que prometí y finalmente no hice. Sin embargo, un par de días atrás alguien compartió en Facebook un artículo suyo, y entonces me dije: Vaya, he aquí la promesa. Quiero decir, la promesa que hice de leer “la promesa”, y, con la esperanza de disfrutar un periodismo en cuerda literaria, di un clic sobre el vínculo que remitía al diario español El País.
   La buena narrativa tiene la virtud de sumergir al lector en los hechos; uno los vive, de algún modo también los reporta; pero seis párrafos después, no había elementos propios del género. ¿Dónde está el narrador?, me preguntaba.
   Sin narrador no hay periodismo narrativo, pero es que tampoco aparecían técnicas comunes hasta en novicios: ni una mudita espacial, ni una cajita china... Era la mirada del autor mondo y lirondo, sin dialogismo, a puro teque, y con un único propósito: hacernos creer que el recién fallecido intelectual cubano Roberto Fernández Retamar, es un “mal poeta”, un poeta que “no sirve” (sic).
   ¡Vaya estilo! ¡Vaya concepto! ¡Vaya lenguaje de cervecería aplicado a la crítica literaria! ¡Perdónalo, san Borges! Qué diría Alfonso Reyes.
   Pero bien, demos por válido su derecho a la rotundez; solo que ya sabemos por Aristóteles que en materia de argumentación no puede haber refutatio sin probatio. Y que, por Dios, quien ahora se adentra en la crítica literaria no fue vendido como fanático de graderías o portero de club nocturno, sino como promesa de la literatura latinoamericana, según cábalas de un jurado pitoniso.
   Uno espera que luego de esa tremenda afirmación venga la ciencia, sobre todo teniendo en cuenta que muchos académicos y renombrados críticos han fundamentado lo contrario. Hay suficiente literatura pasiva sobre la obra de Retamar, y gran parte de ella, la gran mayoría, lo ubica como uno de los grandes autores latinoamericanos.
   Pero no. Como Carlos Manuel es una promesa, al parecer no tiene por qué cumplir con normas elementales de la crítica literaria. Caso contrario dejaría de ser promesa: ¿Me explico? Vaya, ni acaso atender a reglas clásicas del acto expositivo del discurso, pues del exordium va directo al peroratio, sin atenerse a los beneficios del narratio y el argumentatio. O sea, considera que con el teque y la matraca es suficiente.
   Por usar su mismo recurso beisbolero, en la competencia entre literatura y trivialidad, hasta el noveno inning (perdón, párrafo) de su despacho tenemos el siguiente score: figuras de la dicción, cero; frases hechas, lugares comunes y argumentos ad hominem, once. Una paliza de la vulgaridad contra el arte.
   ¿Para quién escribe este muchacho? Por su lenguaje tabernario podemos conjeturar para quién lo hace. En materia de discurso, existen los llamados registros lingüísticos. Esto significa que un emisor habla de acuerdo con el contexto y el tipo de receptor. ¿Y quién sería ese receptor que a una “promesa de la literatura latinoamericana”, a un excelso prospecto del Periodismo narrativo, obliga a un lenguaje y unos modos de tan baja estofa?
(…)
   Roberto Fernández Retamar es un grande de la literatura porque ahí está su obra para probarlo. Carlos Manuel Álvarez, en cambio, es autor sin mayores méritos más allá de conjeturas y construcciones propias de lo mediático. Le queda muy grande Retamar, porque ya lo avisa un refrán relativo a las promesas: Vale más un “toma”, que diez “te daré”.
   Por último, a Carlos Manuel quizá le convendría entender algo: si su artículo no es ciento por ciento bodrio, si en algún momento contiene verdadera literatura, es porque allí cita varios versos escritos por Retamar. Debería agradecerle esto a Roberto.

(El agradecimiento que le debe a Retamar. La Jiribilla, Agosto 2019)

Wednesday, November 13, 2019

Jorge Angel Pérez vs. Teresa Melo


Esta mujer santiaguera que fue “bautizada” con el nombre de Teresa y con apellido Melo es, según el sitio digital Cubadebate, filósofa, aunque no hiciera otra cosa para acercarse a la filosofía que estar sentada en un aula universitaria en la que de vez en cuando examinaban sus saberes sobre filosofía. Yo desconozco sus calificaciones en esa materia, no sé cuál fue el tema de su tesis, pero sí estoy seguro de que jamás escribió, como sí hizo Kant, Crítica Del Juicio y tampoco Crítica De La Razón Pura.
   Dicen en Cubadebate que Teresa es filósofa, sin que antes pensaran que para otorgar tal “distinción” habría que escribir antes “Así hablaba Zaratustra” como hizo Nietzsche para que lo tildaran luego, con muchísima razón, de filósofo. Ella no se devanó los sesos escribiendo la “Fenomenología del espíritu” que consiguió que Hegel fuera imprescindible y muy nombrado siempre que de filosofía se trataba. En fin que hasta hoy no sabemos porque es considerada como filósofa, en una isla donde el calor enorme, el sol ardiente y la indigencia de nuestras mesas a la hora de las comidas, consiguieron que jamás nos naciera un gran filósofo.
   La filosofía no compagina con el calor, la filosofía se da mejor en la nieve que lleva al encierro y la quietud, pero aun así a ella la tildan de filósofa. ¡Cuánta irresponsabilidad Dios mío! ¡Cuánto descalabro! Teresa no es filósofa, ella solo escribió algunos libros de poemas prescindibles. Ella es una santiaguera que se aferró con fuerza a La Habana y que sufrió mucho cuando, y no sabemos por qué, prescindieron de su dirección de la revista Cúpulas que se hacía en el Instituto superior de arte, ISA. Guardo el recuerdo de aquellos días en los que se sujetó a esta ciudad y no quería volver a Santiago y se quejaba hasta el desfallecimiento porque prescindieron, los comunistas claro, de sus servicios como directora de Cúpulas. Recuerdo aquellos días en los que me visitaba con frecuencia en el solar, recuerdo cuánto quería quedarse en La Habana, y no irse a la heroica Santiago de Cuba.
   Y no se fue, permaneció por acá mucho tiempo más sin que hiciera el viaje a la “indómita” Santiago de Cuba. Y esa Teresa escribe ahora en el Granma, a ella, como a Miguel Barnet, le publican un “poema” en el diario del Partido Comunista de Cuba, aunque el periódico no tenga ninguna vocación por la poesía, y desconozco si “por ese enhebro ella cobra”. A Teresa le publican un poema que, según dice un joven amigo, es más “malo” que el de Miguel Barnet, y también le entregan una réplica del machete de Máximo Gómez, y por eso ella ataca y escribe Adentro/Afuera creyendo que hace versos con diatribas. Ella enfrenta a quienes, como ella, defienden a la “revolución” con los que no le hacen loas, y la juzgan.
  Teresa Melo supone que enfrenta al mal y que se sitúa en el “trono del bien”, sin darse cuenta que a ella no le toca ningún trono y que si le tocara, al menos en un juego, cuando en él se siente y mire arriba, descubrirá entonces la espada de Damocles y supondrá que se le viene encima, que si permanece debajo de ella podría caerle justo sobre la cabeza, y dividírsela en dos, y ya no importarán las diatribas que escribiera contra alguien que dice haber querido y que dejó de querer porque escogió un camino contrario al suyo.
   A esta “mujer con machete” le encantan las oposiciones, hacer notar a los contrarios después de situarse en el sitio más conveniente. Lo suyo es: “o adentro o afuera”, le encantan los divorcios, establecer distancias insalvables, atender a esas diferencias que subraya fervorosa. A ella le encanta la oposición, la blanda claro, esa que la lleva a enfrentar a la restauración de la “Sagrada familia” que casi fue devastada por las llamas, con la Amazonía asolada también por el fuego, sin que sea capaz de asumir que tan importante es el cielo como el suelo, sin notar que por tanto palabrerío soso únicamente recibió un comentario de un tal Vitico que dijo: “Muy bonito y profundo”; al parecer Vitico acababa de escuchar al Benny cantando: “pero qué bonito y sabroso bailan el mambo las mexicanas”.
   Esta señora debía apaciguar su espíritu, debía recordar que alguna vez dejó dejo de ser, y no por su voluntad, la directora de la revista Cúpulas, y que también podría quedar atrás su época de mujer con machete, que la espada de Damocles, esa que se empeña siempre en hacer advertencias, podía caerle encima si se mueve un poquitico, y de muy poco servirá que desenfunde su machete, porque la espada es implacable. Ella debería notar, leyéndose claro, que antes tuvo una escritura un poquitín más bondadosa, y que esas exaltaciones, esas bravuconerías “revolucionarias” que se empeñan en denostar, terminarán volviéndola más amarga de lo que ya es, y peor poeta, debí escribir poetisa.
   Ojalá que su intolerancia revolucionaria y partidista, que sus reclamos a los que no comulgan con ella y su revolución, se apacigüen un poco, que se ponga a escribir en paz, que reciba a la poesía y no a las tontas y ridículas diatribas que hoy le hacen rasguñar el papel y hasta su alma. Ella debería ocuparse en lo que realmente empaña a Cuba y a su gente, entender que el Granma no es lugar para la poesía y que lo que allí publica no son poemas. Esta señora debería entender que está propiciando el odio contra quienes, alguna vez, fueron sus colegas de aventura, que sus diatribas exaltan el odio y ponen, a algunos, en la cárcel. Alguien más debería recordarle…, y recordarla, y pensar que su voz es cada vez más grave, y eso no es bueno, que incluso la podría llevar a la afonía, y perder su voz para siempre. Pobre esta mujer que lo está perdiendo todo creyendo que está “adentro”, cuando en realidad está muy “afuera”, muy lejos de la verdad, y aunque parezca panfletario, de la justicia. Esta pobrecilla no volverá a encontrar el camino de la poesía, porque se convirtió en policía, infelizmente ella no comentará en el Granma que Díaz-Canel llegó al Palacio de las Convenciones con el discurso ya escrito, mucho antes de que los diputados se encerraran en las urnas a decidir quién sería el presidente de la república, sin que la “Asamblea nacional” lo hiciera público.

(Teresa Melo, de la poesía a la policía. Cubanet, octubre 2019)

Friday, November 8, 2019

Zoé Valdés vs. Wendy Guerra (4)


La Quendi Guarra escribió ese librito de mierda titulado 'Dopinga de Revolución', título que según ella homenajea a Lunes de Revolución, queriéndose arrimar a la figura de GCI, quien ni la conoció y si la hubiera conocido la habría despreciado con toda su alma, por enana tapiñada y crica salida del plato.
   Bien, en el libro dicen que cuenta (no leo sus fantocherías) que un actor de Hollywood, puertorriqueño, moreno, alto, se la singó en Cuba hasta casi violarla. Absolutamente todos los abogados y el equipo de Beneficio de la Yegua llamaron a la Agencia de Carmita Carmona Balcells y pidieron la retirada del libro, y pusieron como condición que no se pudiera publicar de nuevo si la autora no cambiaba uno por uno los detalles y datos del personaje que tanto se parecían a él. Dicen que retiraron la novela, ella cambió todo, y han vuelto a editarla. Ahora el personaje es bajito, sueco, aunque también actor de nombre impronunciable de esas películas suecas de las de ahora ... etcétera y demás...
   Sin embargo, ahora anda por Hollywood, que se cuide la mujer de Iñárritu.
   Por cierto, esta tiparraca está fajá con los títulos, porque ese del último: El Mercenario... que no sé qué más... es como para quitarle el único premiecito que se ha ganado. ¿Ganado?

(La esbirra que coleccionaba singantes. Publicado en la red, Agosto 2019)

Tuesday, November 5, 2019

Félix Luis Viera vs. Leonardo Padura


El escritor cubano Leonardo Padura (LP), residente en su país, ha visitado en días pasados  al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien guarda prisión por delitos relacionados con sobornos y otros temas.
   Luego de su encuentro en la cárcel con Lula, LP ha hecho circular una declaración en la que expone entre otros criterios: “Desde el inicio de la causa penal contra el ex presidente Lula sospechábamos que se trataba de una estrategia diseñada para inhabilitar el acceso a la contienda electoral al más seguro candidato a la presidencia de Brasil en las elecciones de 2018”.
   Asimismo, avisa LP que el encarcelamiento y permanencia en la cárcel del expresidente brasileño “advierten a las claras que en Brasil se ha producido la ruptura de un sistema de Estado verdaderamente democrático”.
   Es decir, en Brasil no hay una “verdadera democracia”. Uno quisiera saber la opinión de Padura sobre la democracia en un país que le queda mucho más cerca y cuya dinámica él conoce perfectamente, puesto que allí habita: Cuba. ¿Hay elecciones libres en Cuba? ¿Existen más de un partido político? ¿No se hallan todos los medios de información en la nómina del Gobierno? ¿Hay libertad de opinión? ¿No existe la censura?
   Así, a los muchachos de Izquierda que han alabado la declaración de LP sobre el encarcelamiento de Lula, cabría preguntarles: ¿creen ustedes que en Cuba hay una democracia?
   Por otra parte, LP nos hace llegar una muy buena noticia: “he encontrado a un Lula animado, luchador, convencido de sus razones, dispuesto a permanecer en prisión hasta que pueda salir como un hombre libre. Y confiado en que tarde o temprano, la justicia jugará el papel que debe desempeñar”
   “La justicia”… De nuevo una pregunta parecida: ¿el señor LP se ha preocupado por averiguar si en su país existe Justicia?¿Hay justicia en Cuba?
   Y bueno, creo que el par de opiniones más lamentables de la declaración de Leonardo Padura —firmada en Curitiba el 15 de agosto de 2019— sobre el caso Lula, son las que expreso a continuación.
   “Pienso firmemente que en ningún país o bajo ningún sistema, una persona deba ser perseguida, criminalizada, atacada por sus posiciones políticas. Es un derecho universal del hombre tener libertad de opiniones políticas siempre y cuando esas acciones, ideas, posturas no generen manifestaciones de odio, xenofobia, discriminación o persecución de otros individuos”.
   Cualquiera pensaría que LP se refiere al régimen existente en Cuba; pero no: supongo que él alude a lo que ocurre en otros sitios lejos de la Isla. Puesto que en Cuba, debemos suponer, nadie es perseguido, “criminalizado por sus posiciones políticas” y allí se respeta el “derecho universal del hombre [de] tener libertad de opiniones políticas”.  
   Por otra parte, anuncia Leonardo Padura en su declaración la solidaridad con “todos los hombres y mujeres que en el mundo han sufrido y sufren persecución y acoso por defender sin violencia sus ideas sobre la sociedad y el mundo”.
   Así, ¿debemos pensar que el escritor cubano pronto se pondrá de parte de las Damas de Blanco, que salen a protestar llevando como única arma un gladiolo en alto, y resultan golpeadas, a veces salvajemente por las autoridades? ¿Se solidarizará con los cubanos que sufren en las mazmorras por el solo delito de discrepar, sin violencia, contra el régimen existente en la Isla? ¿Propondrá que, entre otros ajustes de la Justicia revolucionaria, el consulado cubano represente a todos los hijos de aquella tierra, no solo a sus afines, de modo que no suceda más que un cubano muera lejos, sin nadie que lo represente, sin bandera, sin patria? En su búsqueda de la Justicia, ¿LP se declarará a favor de aquellos hijos de Martí a los que el régimen les ha prohibido visitar la tierra donde nacieron, aun en los casos en que deban asistir a los funerales de su progenitora?
   En fin, ¿habrá poco, mucho, demasiado cinismo en la declaración de Leonardo Padura que nos ocupa?
   ¿Quién dice sí o no?

(Lula se siente animado. Neo Club Press, agosto 2019)