Total Pageviews

Thursday, February 28, 2013

Jorge Mañach sobre Guy Pérez Cisneros

Y ¿cómo no referirme a esas alusiones, un poco crueles sin duda, de su compañero Guy Pérez de Cisneros en el número inicial? Tenía noticia vaga de ellas; sólo ahora las veo en su concreción, en su espíritu. Marinello y yo “mercenarios”, vendedores al extranjero del esfuerzo que ahí se necesita…No protesto de la actitud; este pedir cuentas, este ajustar a cada cual la responsabilidad de su conducta, es cosa saludable, y así me inicié yo, y no otra cosa hice mientras viví allá. Pero sí protesto de la inexactitud. ¿Sabe Pérez de Cisneros que yo desde que estoy en este país no hago sino anhelar volver a Cuba? ¿Sabe que por mi terquedad en esa esperanza, en ese propósito, he rehusado aceptar en esta tierra posiciones académicas muy brillantes que se me han ofrecido bajo condición de permanencia? ¿Sabe que, desde este exilio, no hago sino acechar la oportunidad de poder volver a Cuba en forma que no tenga que esclavizarme desde que llegue, y que a ese afecto aguardo se cree en la Universidad la cátedra de Historia de la Filosofía, para ir a las oposiciones de ella y ver así de darle a Cuba lo que no quisiera estar dando a gente extraña?

(En carta a José Lezama Lima, abril de 1938)

Wednesday, February 27, 2013

Pablo de Cuba Soria vs. Heberto Padilla

Políticamente hablando, Padilla ha devenido poeta fuerte dentro del canon cubano. (La academia, las agencias literarias, las editoriales, los sin talento poderosos, todo lo que norma, condiciona políticamente el canon.) No así poéticamente. Fuera del juego apenas soporta ya otras exégesis que la de los discutidores de las polis, lo que es decir: querer sostener la escritura con alfileres ajenos a lo poético. El hombre junto al mar resulta en buena parte mediocre como su título; salvando aquellos textos que recuerdan, deliciosa magdalena, los mejores versos de El justo tiempo humano. Vaya mala paga (por demás justa) al creador de su generación en que, quizás, se encontraba el suficiente talento para convertirse en lo que alguna vez intentó: la contraparte-Lezama.
   En Padilla, al parecer, se encontraban la suficiente contención de escritura, el vasto imaginario, y la cantidad necesaria de desasosiego para escribir textos como los que dejó entrever en Infancia de William Blake y en Dones. Pero su personalidad fue inferior a los torpes designios de la Historia. Fue incapaz de dominar sus experiencias; dejó que su vida precediera a su destino literario. A diferencia de su bien amado Auden, quien a pesar de su neblinosa existencia ”parecía que nunca tachaba ni perdía el hilo, nada superfluo y falto de nada” [Cyril Connolly], Padilla no supo reponerse a la expulsión de la República. Olvidó que Platón ha sido determinante en el devenir del pensamiento occidental, mas no precisamente en el de la poesía.

(Heberto Padilla: más allá de la polis, El Nuevo Herald, julio 2007)

Tuesday, February 26, 2013

Reinaldo Arenas vs. Norma Niurka

Sus escritos, señora Nurka o Nurko,
más que en español están en turco.
¿El tema? Siempre el mismo: nada, nada.
¡Y al pie su horrible foto engalanada!

En eso de decir nada es usted terca
(como en lo de esparcir el venenito),
es la misma terquedad conque la puerca
año tras año nos ofrece algún puerquito.

(visto en la red)

Monday, February 25, 2013

Antonio José Ponte vs. Guillermo Rodríguez Rivera

Rodríguez Rivera no hallará episodio en que yo haya ejercido como censor. Aunque alguien que muestra tan escaso respeto por los hechos no tiene por qué atenerse a estos. Puede, en cambio, remitirse a lo hipotético, al futuro, y pronosticarme un puesto de fiscal. O hacer figurar nuestro intercambio bajo el ejemplo del guerrero y de la mosca.
   Según ese aforismo, cualquier falla del guerrero habrá de ser disculpada por las tantas contiendas en que ha participado. A diferencia, la perfección de la mosca resulta irrelevante desde que ha hecho poquísimo. El mismo hiperbolismo que le hiciera creer que José Martí es más grande que el mundo, da licencia a Rodríguez Rivera para tomarse por guerrero. Se reserva el papel humano y manda a su oponente a predios de animalidad, con lo cual sigue una querida costumbre de quienes propician campos de concentración.
   En defensa de la mosca debo decir que, luego de contabilizar los libros publicados por ella y los publicados por Guillermo Rodríguez Rivera, ambos quedan en tablas, si bien el guerrero supera a la mosca en veintiún años. Muy poco aprovechados, según parece.
   Que la mayoría de los títulos moscosos no estén publicados dentro de Cuba podrá ser una barrera infranqueable para un escritor condenado a ediciones locales como Rodríguez Rivera. Aunque es plausible sospechar en él otra barrera: igual a tantos de su generación y de generaciones mayores, apenas se interesa por lo que escriben autores más jóvenes, publiquen o no dentro del país.
   Antologías, traducciones y premios tampoco cantan la ventaja del guerrero. Puede objetarse, sin embargo, que la importancia de un autor no se mide por copiosidad, sino por intensidades. De acuerdo: no sé de qué podrá alardear entonces Guillermo Rodríguez Rivera. (Otra cosa es que el abismo entre guerrero y mosca esté poblado por desempeños burocráticos).

(Crítica, censura y campos de concentración. Cubaencuentro, abril 2006)

Thursday, February 21, 2013

Juan Abreu vs. Cintio Vitier

A mí, francamente, la poesía de Cintio Vitier me parece espantosa. Cuando no es meliflua y obediente es panfletaria, meapílica, castrada, e ideológicamente cerril. En cuanto a sus libros de ensayo. En mi lejana juventud leí Lo cubano en la poesía y me asombró la mirada puritana y catolicona que acogotaba sus páginas, su prosa a punto de estallar de tanto fraserío altisonante y patriotero. Más que la obra de un pensador parecía la obra de un monaguillo. Toda aspiración a la verdad y a la luz, diluida en superstición y prosopopeya.

(Blog Emanaciones)

Wednesday, February 20, 2013

Rolando Sánchez Mejías vs. Literatura cubana

Aquel que conozca de cerca la larga y sólida tradición de realismos de la literatura cubana realismo que hoy se disfraza preferentemente en las formas del folclor, formas que las editoriales europeas, y sobre todo las españolas alientan con fervor lascivo,  sabe de qué estamos hablando al enfatizar la importancia de una Ficción en el orden del Absoluto,  aun con  la cantidad peligrosa de metafísica que pueda contener dicha expresión. 
   En un país donde el Estado ha alentado una política cultural de escritores artesanos cuyo realismo es peor que el realismo socialista porque se enmascara detrás de los supuestos eternos de la literatura, cualquier fuga de la escritura y cualquier posibilidad de “pensar” escribiendo ha sido mirada desde la incredulidad, la incomprensión o la suspicacia, incluso por el propio gremio intelectual cubano, hoy inseparable del Estado. 

(Olvidar Orígenes, Diáspora[s], No. 1, 1997)

Monday, February 18, 2013

Rafael Rojas vs. Fidel Castro escritor


Fidel Castro confunde la narración de su vida con el relato de la historia de Cuba, y no duda en alterar detalles. ¿Cómo podría reivindicar la vida del padre Varela si esta es incompatible con un régimen de partido único?

   ¿Por qué un político como Fidel Castro, que gobernó durante medio siglo Cuba y que no siguió gobernándola sólo porque su salud se lo impidió, que tiene a su hermano menor al mando del país y que jamás es cuestionado en la opinión pública de la isla, dedica su retiro a justificar insistentemente su lugar en la historia? En los últimos seis años, Castro ha publicado cuatro libros de memorias y ha agenciado la publicación de alguna biografía favorable. ¿Cuál es la raíz de esa obsesiva administración de un legado político?
   Hay algo significativo, por no decir sintomático, en el hecho de que este dictador haya iniciado su carrera política anunciando que la historia lo "absolvería" y que la termine enfrascado en alegatos personales sobre su comportamiento en el pasado. Si no fuera forzar demasiado el paralelo, podría observarse en Fidel Castro el gesto de Luis XVI en la Torre del Temple, narrado por Lamartine en la Historia de los girondinos (1847). El historiador francés destacaba que en su alegato justificativo, antes de ser condenado a muerte por traición a la patria, Luis XVI atribuyó toda la tragedia francesa a la "situación" y al "tiempo" que le tocó vivir.
   Los cuatro últimos libros de Fidel Castro —Biografía a dos voces (2006), una larga entrevista autobiográfica con Ignacio Ramonet, La ofensiva estratégica (2010), La victoria estratégica (2010) y el más reciente, Guerrillero del tiempo (2012),otra larga entrevista autobiográfica, en dos tomos y más de mil páginas, con la periodista cubana Katiushka Blanco— son narraciones que reiteran pasajes conocidos de la vida del político cubano: la infancia en Birán, los estudios en el jesuita Colegio de Belén, la turbulenta juventud universitaria, el Moncada, México, el Granma, la Sierra Maestra, la entrada en La Habana en enero del 59, Playa Girón, los atentados, los sabotajes y su larga "lucha contra el imperio", frase con la que se despachan de un plumazo los últimos 50 años de la historia de Cuba.

   Pasajes tan conocidos que hasta un escritor cubano, Norberto Fuentes, los contó ya en primera persona y mejor prosa. Si alguna historia conoce el pueblo de Cuba es esa, ya que, en síntesis, no es otra que la historia oficial de la Revolución Cubana, machacada durante cinco décadas a varias generaciones de niños y jóvenes. La misma historia que en cinco décadas han contado la radio y la televisión, los carteles y la fotografía, el cine, la plástica y los cientos de escritores y periodistas que han aspirado, alguna vez, al cobijo del Estado cubano. La misma historia que repite día con día la cronología épica y el panteón heroico del Gobierno insular.

(La tiranía de la memoria, Informe21.com, febrero 2012)

Friday, February 15, 2013

Alejandro Armengol vs. José Martí

Creo que para los cubanos ha llegado la hora de enterrar a José Martí. No se trata de olvidarlo, sino de bajarlo del pedestal que sólo sirve de provecho a los arribistas de cualquier tendencia. Otorgarle el valor merecido a sus escritos y dejar que los críticos valoren sus versos –algunos brillantes, otros mediocres– y los historiadores continúen analizando su papel en la fundación de la república cubana.
   Es lamentable que en la formación de la nacionalidad se sobrevalore un cuerpo rector formado por frases brillantes, que forman un catecismo de fácil manipulación, propicio a todos los usos. Pensamientos en los que lo luminoso de la palabra dificulta encontrar lo efímero de su contenido. Lugares comunes que nos parecen únicos por lo ejemplar de la escritura.
   Un ejemplo es una de las frases más repetidas de Nuestra América: ``Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio ¡es nuestro vino!''
   Se trata de una exclamación lapidaria y funesta. A partir de ese momento, los incapaces y oportunistas –abundantes en Cuba y en el exilio– han tenido su justificación garantizada.
   Esta declaración apasionada contribuyó a la creación de un canon de miseria y chapucería donde lo autóctono se impuso sobre lo extranjero, no por su esencia, sino como una categoría moral falsa. No hay manifestación más clara, en el terreno político y cultural, que ese vanagloriarse de los errores mediante un nacionalismo agresivo e inculto. En el plano individual o ciudadano, se nos regaló la posibilidad de hacer mal las cosas y cerrarles la boca a los críticos.

(Enterrar a Martí, El Nuevo Herald, julio 2006)

Thursday, February 14, 2013

Virgilio Piñera vs. Guillén y Lezama como colaboradores de la Nueva Revista Cubana

Decididamente, este primer número de la Nueva Revista Cubana ha tenido mala suerte en lo que respecta al rapé. Lo digo, porque un poeta tan alejado del polvillo delicioso como es Nicolás Guillén publica un poema que es todo un canto al Antiguo Régimen. No digo que Guillén no pueda permitirse tales libertades, pero tal parece que frente a un programa de concierto tan clásico, no le quedó otra salida que dar esa Epístola (dedicada a dos amigas cubanas que invernaban en Palma de Mayorca.) A sólo cinco meses del triunfo revolucionario, uno debe presumir que Guillén, poeta revolucionario en toda la acepción de la palabra, nos ofrecería algo revolucionario. Pero no pudo, el programa exigía el rapé, y ya lo ven, ahí están las dos amigas —Agueda y Nora— chismeando agradablemente con el poeta en las páginas de la Nueva Revista Cubana. Bueno, el Partido le pasará por alto este acto venial.
   En cuanto a Lezama (siguiendo con los Luises y los lises) me recuerda a Carlos IX, el desafortunado autor de las famosas Ordenanzas, que acabaron por sacarlo del trono. “Himno para la luz nuestra” no es otra cosa que la senil voluntad de un monarca tratando de imponer su Ordenanza. Por lo demás, canción escuchada hace sus buenos veinte años.

(La Nueva Revista Cubana, Lunes de Revolución, junio 1959. Visto en La Habana Elegante, segunda época)

Wednesday, February 13, 2013

Fermín Gabor vs. Lisandro Otero

Lisandro Otero era hasta ahora, además del autor de varias novelas (alguna no del todo deleznable), el protagonista de varios zafarranchos con famosos. Joven periodista capaz de importunar a Ernest Hemingway mientras éste escribía en la barra del Floridita, hubo de aceptarle al norteamericano un puñetazo o el amago de un puñetazo. Recibió menosprecio por parte de Neruda en sus memorias. Y quienes han transitado el epistolario de Ernesto Che Guevara aseguran que la única carta airada y de desprecio que aparece allí va contra Lisandro. Puñetazo, insulto y carta ponzoñosa, Lisandro Otero lo ha aguantado todo. Y ahora suma a su destino de punching bag, el Premio Nacional de Literatura 2002. 
   Gana nuestro mayor premio literario y regresa a la isla luego de años de vida en Ciudad México. Señas de agasajamiento nacional no le faltaron desde hace unos meses: por las librerías habaneras andan como zapatos ortopédicos ejemplares del volumen que recoge cuatro de sus novelas y también ejemplares de una biobliografía suya. Y recién otorgado el Premio, La Jiribilla ha publicado una entrevista donde él habla de su regreso, elogia a Fidel Castro y lo compara con Isabel Tudor, con Octavio Augusto, y nos aclara enseguida: “Puedo decir esto sin temor a ser acusado de adulador, porque mi vida privada al margen de toda actividad pública y sin ninguna dependencia oficial, me permite esta licencia”. 
   Es bueno que Lisandro no muestre temor, porque de tal acusación no va a escaparse. No sólo adulador, sino también chicharrón, guataca y “la-ceniza-Senador”, quiere equivocarnos respecto a su hoja de ruta.  “He residido  muchos años fuera de mi país en Francia, Chile, Gran Bretaña, Rusia, España”, suelta en esa misma entrevista, y he aquí que nos asalta la envidieta y empezamos a preguntarnos si acaso fue con los derechos de autor de sus novelas que pudo permitirse esos lujazos. ¿O fueron sus artículos periodísticos los que le dieron tanta ala?

(La lengua suelta # 5, La Habana Elegante, segunda época)

Tuesday, February 12, 2013

Ana María Simo vs. Jesús Díaz

Es peligroso por eso agrupar bajo una sola etiqueta de diccionario puritano a todo un proceso editorial de cuatro años y a un grupo de personas que discrepaban radicalmente entre sí.
   Disoluto es el individuo que se entrega únicamente a los placeres y que los tiene como finalidad principal de su exis­tencia. Sus sinónimos son: licencioso, vicioso y libertino. Son ideas afines a estas, las de corrupción, depravación, perversión, inmoralidad y pecado. Lo contrario de disoluto es lo austero y lo virtuoso. Disoluto es un calificativo de orden moral (en su sentido más restringido, en el de moral sexual incluso). Calificar una empresa literaria y a un grupo de escritores en tanto que escritores (pues se supone que de esto se trata), con una palabrita así, es un recurso victoriano o un acto de dela­ción intelectual.

(Respuesta a Jesús Díaz, La Gaceta de Cuba, No. 51, 1966)

Monday, February 11, 2013

Gastón Baquero vs. la poesía “negra”

En 1965 ofrecí en la Tertulia Literaria de Rafael Montesinos una lectura provocativa de poemas de autores africanos, seleccionados y adaptados, más que traducidos, por mí, con la sola intención de añadir un argumento más en contra de esa estulticia llamada “poesía negra”, “afroantillana”, “afrobrasileira”, etc. que, salvo excepciones contadísimas, ni es negra ni es poesía.
   Al ofrecer esos poemas africanos intentaba exaltar la belleza y la sensibilidad de una poesía que muestra a la perfección —como toda poesía auténtica— la conmovedora y magnífica espiritualidad del hombre negro. Quiero dedicar estas adaptaciones a Lidia Cabrera, la gran traductora del máximo poeta negro de las Antillas, Aimé Cesaire. Ella dio a las letras hispanoamericanas “Orígenes” “Cuaderno del retorno al país natal”, con dibujos de Wifredo Lam, y su gesto debió bastar para impedir que en Hispanoamérica se siguiese cometiendo la frivolidad de denominar “poesía negra” a una cosa útil sólo para ser estudiada por los sociólogos y analistas del racismo enmascarado.

(Introducción a Poetas africanos, 1975)

Friday, February 8, 2013

Reinaldo Arenas vs. Edmundo Desnoes

En cuanto a los personajes descritos en la novela, algunos son intercambiables con los de la llamada “vida real”. Entre los incesantes jugadores de canasta es fácil descubrir al mismo Virgilio Piñera, quien fue asiduo contertulio y aficionado a esos juegos. ¿Y ese Edmundo, funcionario que “frío y azul” yace congelado, no se identifica perfectamente con Edmundo Desnoes, quien cuando Virgilio escribía esta novela era su jefe en el Instituto Cubano del Libro? “Este Edmundo –escribe Virgilio– desnudo y azul sobre un témpano, reducido al menor espacio posible, navegando plácidamente por las aguas del tiempo (al menos así lo afirmaba el doctor Gil) debió haber fracasado en toda la línea para apartarse de modo tan tajante de la sociedad y los hombres. Viéndolo así, desnudo y monstruoso, comprendí que el aburrimiento, los fracasos del alma, la soledad en compañía, lo habían llevado a la estéril solución del bajo cero”… ¿Quién que conozca personalmente a Edmundo Desnoes, no sabe que, además de tener los ojos azules y una configuración poco agraciada (“azul y monstruoso”), sus condiciones morales y su vida fracasada concuerdan cabalmente con la descripción con que Virgilio lo define?…En breve paréntesis podemos agregar que la persona de Edmundo Desnoes ha inspirado negativamente a otros escritores cubanos anteriores y posteriores a Virgilio Piñera: Él mismo aparece metaforizado en Paradiso, de José Lezama Lima, bajo el nombre de “la Margarita tibetana”, descrito entonces por Lezama como un adolescente arribista y lépero, dispuesto a comerciar sus caricias con el maestro. Pero ya En mi jardín pastan los héroes (1981), Heberto Padilla lo camuflagea someramente bajo el nombre de El Inmundo, jefe de traducciones y agente de la Seguridad del Estado de Cuba, a quien el protagonista (Padilla) debe entregarle semanalmente su trabajo. Extraña y casi satánica ironía la del caso Desnoes: habiendo escrito tres novelas no será recordado jamás por ellas, sino por haber figurado como personaje despreciable en tres novelas ajenas. Una prueba más de que la ficción supera la realidad, y la mala ficción.

(Necesidad de libertad, Ediciones Universal, 2001)

Thursday, February 7, 2013

Zoé Valdés vs. William Navarrete (y Wendy Guerra)

Tal vez Manny López desconozca quién es Reina María Rodríguez, pero no ignora quién es el Tartufo Ladrón de Gina Pellón, el mismo que se dice representante en París de Yoani Sánchez, de Wendy Guerra y de Daína Chaviano, quien busca ser aceptado por los castristas mientras se mete en todas las organizaciones anticastristas de Miami para pedir dinero, y de sus viajes vuelve cargado de cheques según él de Carlos Saladrigas, de Janisset Rivero, de MAR por Cuba, y de otros tantos más que no saben que tienen al enemigo pastando en sus jardines. El mismo tipo que le dijo a Pepe Triana que no le regalara un libro de poesía porque encontraba la poesía inútil, y que de la noche a la mañana se convirtió en poeta, ganó un premio en Nueva York de poesía, tan parecido al premio que ganó Wendy Guerra en España, un premio para hacer de ella una voz cubana, algo disidentona, pero que invariablemente defiende a Cuba y al castrismo por encima de todas las cosas, que ataca a Miami en un programa de la televisión francesa, sin embargo se pasea por los predios de la Feria del Libro de Miami, invitada como una de las figuras de referencia, el mismo año en que El Ladrón de Gina Pellón (ha vivido durante años de vender lo que le robó a Gina en Miami, incluso a los mismos amigos de Gina) se presentó en la Feria del Libro de esa ciudad como editor y poeta, ahora para colmo es novelista.
   A este Ladrón de Gina Pellón lo conozco muy bien, también estuvo metido en mi casa, gracias a mí tuvo su primer trabajo serio, gracias a mí conoció a mucha gente en Francia importante, lo presenté a editoriales y a editores, y una vez que se coló, empezó a hablar mierdas de mí, pero todavía se presentaba en Miami como el tipo que escribía mis novelas (mi negro), mi secretario, y el dueño de mi vida y mis secretos más íntimos. Fue el que dio la información (distorsionada) al Inmundo García para que hiciera un programa de radio en mi contra, donde el pintor Ramón Alejandro, imbuido por este personaje, deschavó y mintió sobre mi vida personal y la de Ricardo Vega. Al día siguiente el Ladrón de Gina Pellón colgó muy orondo esta entrevista en su blog, haciéndole uno de los mejores trabajos al castrismo. Este es el mismo personaje que se cartea con Mariela Castro, el mismo que escribe a personalidades francesas en contra mía, un delator nato. Envidioso, sabandija, castrista tapiñado, que incluso publicó poemarios de presos políticos que se encontraban en la cárcel y se clavó dinero de esas publicaciones, no sé si mediaron contratos editoriales de por medio con esos presos y con sus familiares. Es el mismo tipo que se vende como católico en algunos círculos y viaja a la Arabia Saudí y se adapta muy bien al país que decapita homosexuales y lapida mujeres, siendo él mismo homosexual. Ese tipo, que es el odio en persona, el castrismo en persona, la delincuencia en persona, leyó poemas en Zu Gallery y devino compinche de Manny López, es quien representa a Yoani Sánchez en varias actividades en Italia y publica gracias a las gestiones que hace con el editor italiano de Yoani Sánchez, según él mismo grita a voces. Publica artículos en Cubaencuentro y en El Nuevo Herald sobre viajes que nunca hizo, copia como un caballo de Wikipedia, y no es más que un jinetero que se hace pasar por profesor de la Sorbona, y hasta se dice miembro de la Academia Francesa, ¡por favor!

(Blog Zoé Valdés)

Wednesday, February 6, 2013

Heberto Padilla vs. "Pasión de Urbino", de Lisandro Otero

Conozco los países socialistas (en algunos he residido algún tiempo); sé de los peligros que la cobardía intelectual pueden acarrear a esta sociedad que es la medida de la justicia y la libertad; pero en la misma medida en que cada uno de nosotros lo haga posible. No puedo, ni debo ocultarle a Lisandro Otero que, después de La situación, cuya importancia he destacado más de una vez públicamente, Pasión de Urbino es un salto a la banalidad, inadmisible a los 35 años.
   Para él se abren además, las dos únicas opciones posibles a su profesión: el destino gris de burócrata de la cultura, que a duras penas podrá escribir divertimentos, o el del escritor revolucionario que se plantea diariamente su humilde, grave y difícil tarea en su sociedad y en su tiempo.

(A propósito de Pasión de Urbino, El Caimán Barbudo, 1967)

Tuesday, February 5, 2013

Aurelio Mitjans vs. Francisco Javier Blanchié

Blanchié es vulgar por otro lado: por lo quejumbroso y abatido. No diremos que su tristeza fuese hipocresía y exageración como en otros románticos cuya doliente voz remeda los ejemplos de la escuela literaria, porque sabemos que fué huérfano, desvalido y desgraciado, y respetamos al hombre. Pero si es lícito y aún plausible que el poeta melancólico y sentimental exprese sus dolores, sus quejas, sus punzantes recuerdos con naturalidad y bellas formas, no es tolerable que amontone frases sin sentido y que se muestre dominado de rebuscada y falsa hipocondría.

(Estudio sobre el movimiento científico y literario de Cuba, La Habana, 1890)

Monday, February 4, 2013

Ramón Alejandro vs. Guillermo Cabrera Infante

Guillermo Cabrera Infante se sentía muy inseguro de su escritura, pues desconfiado como era sospechaba hasta de sí mismo y de su propio talento, quizás pensando para sus adentros que estaba constituido solamente por una maraña informe de chistes y juegos de palabras sin gran interés.
   Una vez que le dije que había dado un ejemplar de Vaya Papaya! a ya no sé cuál extremadamente famoso escritor argentino que me encontré en un vernissage en París donde exponía retratos imaginarios de escritores famosos, como si fueran máscaras de fama. Se ofuscó y me dijo reprochándomelo amargamente de que no debía de haberlo hecho porque ese individuo pensaba eso mismo de su obra, que solamente eran jueguitos insignificantes sin ninguna profundidad.
   Le asustaba la mirada de ese malévolo colega y rival suyo, en la medida que confirmaba su propia sospecha, avivando así su tortura interior.
   Parece que recordaba como fue que esa vez que se ganó el premio español que lo hizo conocido mundialmente. La entidad premiadora había pedido al recientemente creado gobierno revolucionario cubano que enviara buenos pretendientes al prestigioso premio porque ese año se lo daban a un cubano de todas formas. Guillermo no le había dado forma aún a ese conjunto de textos diversos que constituyeron Tres tristes tigres y a toda prisa los ensambló como mejor pudo, puesto que ya entonces cualquier conjunto de textos por muy disparatados que fueran era considerado “novela” gracias al vanguardismo imperante.
   Esta azarosa génesis de su aparición sobre el escenario mundial de la literatura quizás le producía retrospectivamente cierto vértigo.

(Reflexiones de la Caimana: Filosoflying, Blog Café Fuerte, julio 2012)

Friday, February 1, 2013

Ernesto Pérez Chang vs. Orlando Luis Pardo Lazo

Solo hay que ser muy tonto para no darse cuenta de que ningún espacio cultural o político del planeta que habitamos carece de tales demarcaciones, hoy mucho más que necesarias si de salvar nuestro proyecto social se trata, así que cuando escucho a un escritor, que en determinado momento consideré profundo, rebelde, performático, y al que veíamos alzarse libro a libro (todos publicados y premiados en Cuba), quejarse ante determinados medios (des)noticiosos, del rechazo dizque “sufrido” por parte de nuestras editoriales, y de la maniobra de exclusión de la cual se declara una víctima inocente, debo pensar que, o sufre de una bipolaridad severa, o de una pérdida de memoria, o que actúa en una maniobra de transformismo planificada y oportunista, en una treta maquiavélica donde recita lo que es obligatorio para que su ego, disminuido por las insatisfacciones personales, su engorde en las primeras planas y en los titulares que el oficio simple de escritor no le aseguran, al menos en una Cuba distante de esos mercados foráneos, en su mayoría mucho más interesados en los rendimientos por venta, que en la genuina trascendencia de la obra literaria. Son estas malas actuaciones frente a las cámaras, las que me llevan a pensar que detrás de aquella escritura inquieta aunque harto descuidada, siempre estuvo la mueca del verdadero figurante de segunda, del hipócrita que hoy clama por una tolerancia y una paz que no le han faltado.
   Le había visto a Pardo, días antes, recorrer la Feria sin que nadie lo obligara a abandonar el lugar, semanas atrás había ultrajado un símbolo que para la mayoría de los cubanos —revolucionarios o no, fidelistas o no, de “adentro” y de “afuera”— resulta sagrado, y son estas acciones vejatorias, unidas a la mentira y al espectáculo, por indignantes, las únicas que, comprensiblemente, han derivado en un justo rechazo. Ofender a la nación, suceda en Cuba o en cualquier otro lugar del mundo, es un crimen, aunque las leyes en ocasiones le dejen impune con su benevolencia. Que vaya entonces y que publique bajo cualquier otra bandera, las forasteras, para las que simulará una obediencia, porque bajo la nuestra, manchada por su irrespeto, ya no lo dejaremos hacer.
   Muy amarga y fugaz será la trascendencia si por esta vía del espectáculo callejero y mentiroso se le busca. Ya sabemos de la indignación que agitó al cubano, y lo moverá al odio por siempre, aquella imagen de unos marines sobre la estatua del Apóstol. Ya vislumbramos, en las imágenes del payaso del Lazo Pardo, la perpetuidad del aborrecimiento que habrá de provocar su actuación en todo intelectual genuino.

(Pardo Lazo: mucha publicidad mala, y poca literatura buena, La Jiribilla, febrero 2009)