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Friday, October 31, 2014

Julio Travieso vs. Angel Santiesteban

Con bastante retraso he leído las opiniones vertidas por Ángel Santiesteban sobre la asistencia de un grupo de escritores cubanos, entre los que me encontré, a la Feria del libro de Mazatlán, México, a finales de marzo pasado.
   Mi primera reacción fue de sorpresa.
   No alcanzo a comprender exactamente qué pretende A. S. con tal escrito: ¿burlarse de un grupo de escritores, criticarlos por conductas impropias, condolerse de ellos por las "humillaciones" que, según él, pasaron y el trato que le dieron los mexicanos, denunciar a la institución cubana (en este caso el ICL) que tuvo que ver con su viaje? ¿Ganar notoriedad, en Cuba y el extranjero?
   Si le otorgáramos el derecho a la duda, diríamos que quiso divulgar una verdad. Pero, ¿qué verdad?
   Escrito lo anterior, debo confesar que, aunque A.S. y yo no hemos conversado más de tres veces, siempre le respeté como persona (al igual que a otros colegas) y aprecié como escritor. Me gustaba su literatura.
   Me permito recordar que en l995 ganó el concurso UNEAC de novela con su primer libro, "Sueño de un día de verano", obra polémica en aquel entonces. Yo fui jurado de ese concurso y no vacilé en votar a su favor para premio.
   Pero una cosa es ser escritor de ficciones y otra cronista. El buen escritor se ha transformado en un pésimo cronista. Lo lamento.

(Cubanos en Mazatlán. Una respuesta. Publicado en la red)

Thursday, October 30, 2014

Armando Valdés Zamora vs. Severo Sarduy

Al cabo de veinte años, la intrascendencia de la obra de Sarduy se puede explicar precisamente por el artificio de su imaginación. Quiero decir, que se trata de una literatura que se elimina a sí misma con sus propias armas: la apoteosis de la simulación, la proliferación de descripciones y ambientes artificiales, los simulacros de un lenguaje obligado a repetirse en aras de crear un sentido que por su levedad, insisto, desaparece después de la lectura.
   Si en Carpentier, a pesar del dominio magistral de la lengua, subsiste una fatigosa racionalidad que subordina lo acontecido a la historia, y en Lezama las imágenes se fundan en asociaciones disparatadas que se expresan a través de un sujeto que él llama metafórico y en un lenguaje paradójicamente natural, la tentativa de Sarduy de representar lo cubano a través de una autónoma construcción lingüística y de la distanciación mencionada, termina por agotarse, incluso, una vez comprendido el mecanismo telqueliano que la sostiene.
   O quizás a causa de eso: cuando uno (con enorme paciencia de soñoliento relojero) termina de seguir sus explicaciones para no considerarse un estúpido ante el desamparo que dejan a nuestra sensibilidad sus novelas…se acaba la película en vez de comenzar: el libro ha sido desmontado y el escritor parece sólo esperar que uno aplauda su ingenio.
   El forzado espejeo termina por desinflar el texto de Sarduy y ese “paraíso de palabras” según su amigo Roland Barthes se nos cae definitivamente de las manos. Se puede argumentar que lo mismo sucede con muchas zonas de la literatura de Lezama, y es cierto. Pero lo infinito en Lezama comienza precisamente en el reconocimiento del arcaísmo, en la eliminación de toda interpretación racional, lo contrario de lo que sucede con los libros de Sarduy.
   Lezama te advierte que no es posible que lo interpretes porque de nada vale. Además Lezama supo evitar las modas y los ismos, e imaginar su sistema de pensamiento asociando símbolos universales mientras que Sarduy aprovechó con la mayor intensidad posible el pensamiento transitorio de una época.
   Si se debe reconocer que “la era Lezama” pronosticada por Sarduy nunca hizo su definitiva aparición, no cabe dudas que habrá que sentarse a esperar por la de Sarduy que, en mi opinión, ya ha pasado, y nunca volverá.

(Severa posteridad para Severo Sarduy. Revista Conexos, agosto 2013)

Wednesday, October 29, 2014

José Martí sobre José María Heredia

Suele ser verboso. Tiene versos rellenos de adjetivos. Cae en los defectos propios de aquellos tiempos en que al sentimiento se decía sensibilidad; hay en casi todas sus páginas versos débiles, desinencias cercanas, asonantes seguidos, expresiones descuidadas, acentos mal dispuestos, diptongos ásperos, aliteraciones duras; ésa es la diferencia que hay entre un bosque y un jardín: en el jardín todo está pulido, podado, enarenado, como para morada de la flor y deleite del jardinero ¿quién osa entrar en un bosque con un mandil y las podaderas?

(Heredia, El Economista Americano, Nueva York, julio 1888)

Tuesday, October 28, 2014

C. A. Aguilera y Pedro Marqués de Armas sobre literatura cubana

Lo que resulta una fatalidad en la literatura cubana es su predestinación geográfica, su recortería insular. No haber podido nunca ser otra cosa que una minúscula y lejana colonia. No haber podido nunca ser otra cosa que una república enferma. Y como «solución final», para colmo, algo así como un shoah de pantomima, no cumplir algo que en principio la revolución mostró como definitivo: la apoteosis de los humildes. No poder cumplir nunca aquello que nunca iba a ser cumplido.

(La Zorra y el Erizo, Encuentro de la cultura cubana, Nos. 28/29, 2003)

Monday, October 27, 2014

Leopoldo Ávila vs. Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy (y Lino Novás Calvo)

Por el camino del ablandamiento ideológico, de la despolitización absoluta se llega a la tontería, pero, a veces, a la contrarrevolución. La Revolución, por ejemplo, no ha exigido ni siquiera intentado borrar de nuestras antologías —ni de nuestra historia— a gente que nos ha traicionado , que ha ido a ponerse de parte del enemigo y tiene alguna obra artística de importancia. Pero hay una jugarreta no inocente que sí no admitimos: la exaltación de traidores, su sutil elevación a nivel de maestros, utilizando recursos transparentes. Levantarle aquí monumentos a un Lino Novás Calvo, por ejemplo, o a Caín, sería peregrino. Llorar como magdalenas sobre sus recuerdos, es arbitrario y poco masculino. Expurgar la novela de Cabrera para analizar si tal parte es más o menos simpática, o tal cuento es aceptable no es tarea nuestra. Cabrera es un tallador de la CIA. Con Severo Sarduy y Adrián García trazan desde el extranjero el camino de la traición con colores rosados a cuanta gente les cae cerca. Nosotros no hemos hecho la defensa de Caín (esa que se haga como se ha hecho, por encargo de la Agencia Central de Inteligencia) sino su radiografía política. Por cierto que la exaltación de la gusanera va siempre o, por lo menos a veces, acompañada del silenciamiento evidente y consciente de algunos autores revolucionarios, aunque se nombre a otros para resguardarse y porque el sol no puede taparse con un dedo.

(Sobre algunas corrientes de la crítica y la literatura en Cuba. Verde Olivo, noviembre 1968)

Friday, October 24, 2014

Antonio José Ponte vs. “Viajes de Miguel Luna”, de Abel Prieto

Abel Prieto pertenece a un grupo de narradores cubanos que, pese a contar con más de sesenta años de edad, se resisten a escribir libros adultos. Esos escritores sobreviven con dificultad a su etapa preuniversitaria, pues debieron alcanzar entonces una altura no cobrada nunca más. Por eso vuelven a la muchachita aquélla, a la pelota que encestó el tanto definitivo, al nombrete inolvidable, al bonchecito que se traían. Los obsesiona el erotismo, aunque en plan adolescente: el problema estriba en ligar, en empatarse, no en lo que viene después de empate y ligue.
   Sus personajes arrastran virginidades muy persistentes (Senel Paz consiguió que el protagonista de En el cielo con diamantes vagara durante más de 400 páginas hasta probar el sexo en compañía), tienen conflictos de patio de recreo: con más de 40 años, Miguel Luna siente pánico de que vayan a tocarle el culo, aunque sea accidentalmente. Siempre anda alerta al respecto, y el narrador no da señal de hallarse por encima de tales desvelos. Luna se masturba tan insistentemente como si acabara de descubrir el juego de muñeca. Mocos, escupitajos, ventosidades y mierda abundan en las páginas de esta novela, aunque sin redención posible. No barroco. No carnaval rabelaisiano. Tan solo ocurrencias infantiloides, gags de comedias para adolescentes.

(Abel Prieto escribe una novela de peluche. Diario de Cuba, noviembre de 2012)

Thursday, October 23, 2014

Yoandy Cabrera vs. un poema de Manuel Díaz Martínez y la Generación del 50

Algunos textos de los autores que pertenecen a la conocida como Generación del Cincuenta o Primera Generación de la Revolución, evidencian que esta ha sido la más estéril e insípida de todo el siglo XX cultural cubano; como generación, quiero decir. Hay autores aislados de un gran valor, como Heberto Padilla y Rolando Escardó que son, incluso, los que más escapan a los postulados generales de un grupo generacional tan politizado, en el peor de los sentidos.
   Dentro de las antologías cubanas de poesía que reúnen a autores de la Generación del Cincuenta, es difícil que falte en la selección un poema de Manuel Díaz Martínez titulado "Como todo hombre normal".
   Ese poema, desde el propio título, encierra al sustantivo "hombre" en unos límites asfixiantes que conducen a modos de misoginia y homofobia. Y es, de hecho, un texto con ciertos tintes misóginos y homófobos. Entre "todo" (pronombre indefinido que involucra a cualquier "hombre", sin distinción, con un toque rancio de igualitarismo militante) y "normal" (adjetivo que prácticamente ahoga al "hombre" que califica en un normativismo trasnochado hasta para la época en que el poema fue escrito), el  vocablo "hombre" apenas tiene espacio para la libertad, para la diversidad, para la diferencia de cualquier tipo.
   Por ello sorprende, quizá, que dicho texto aparezca con tanta frecuencia en las antologías de lírica insular, aunque, sin dudas, representa muy bien uno de los momentos más desacertados de la historia sociocultural cubana, como veremos.
   En verdad el texto reproduce, consciente o inconscientemente por parte de su autor, las limitaciones ideológicas de los años 60 y 70 del Gobierno cubano, la homofobia gubernamental y excluyente institucionalizada durante décadas por el castrismo. Según el poema, "todo hombre normal" ama "a una mujer", es el que actúa, el que transforma y crea; amar, crear y actuar son, por tanto, características propias del "hombre normal", cualquier desviación de esa "normalidad", incluso, variación de género, es excluida de la acción creadora.
(…)
   Incluso, el texto de Díaz Martínez declara, quiere dar a entender que "todo hombre normal" no solo ama a "una mujer", sino que sabe controlar su tristeza, sus nervios, sus angustias: "me llevo bien con mis obsesiones", dice, "mis relaciones con la angustia son cordiales", por lo que se infiere que el "hombre" angustiado, taciturno, "solitario y melancólico" no es "normal", eso en el texto es más propio de la mujer, de la histeria femenil y de los frustrados y sin futuro.
   Si de algo es representante este poema es de la estrechez de visión y de la intolerancia social y política de la Isla en el período revolucionario que pervive todavía en cierto discurso oficialista. "Como todo hombre normal" reproduce la misoginia, la homofobia y las políticas discriminatorias que se implantaron en Cuba a partir de los años 60 desde el poder. Recuérdese cómo se estigmatizó al grupo El Puente por tender a los márgenes, por defender y estar conformado por miembros de algunas "minorías" y por "padecer" unas supuestas y no siempre ciertas melancolía y frustración, como si ello fuera un delito. Poemas como este de Díaz Martínez y posiciones e ideas como las de Guillermo Rodríguez Rivera y Jesús Díaz sobre el grupo El Puente en aquel tiempo fomentaron y apoyaron desde la intelectualidad la política excluyente y segregacional del Gobierno.
   Según el sujeto lírico, el mundo debe ser cambiado "hombre a hombre", pero es que el uso del término "hombre" está visto en todo el poema desde una perspectiva patriarcal, exclusivamente masculina. En ningún momento del texto parece tener valor genérico, no se involucra a la mujer en esa transformación. Ella es un sujeto pasivo, "nerviosa, bellísima, al borde de la histeria", "bellísima y neurótica", que solo interactúa, vive, al recibir placer.
   En estos versos la belleza femenina es igualada más de una vez a la paranoia, la mujer es tan hermosa como esquizofrénica, según el poema. Las partes de la mujer que se destacan son eróticas y maternales: las piernas y el vientre, que reciben al hombre que habla, el cual actúa con "la presteza de sus dedos sobre los controles", y es comparado a las máquinas, "fundido al cuerpo caliente y brillante de las máquinas". Ella (la amada) recibe al "hombre nuevo" en "sus carnes espaciosas".
   La mujer, como la historia, es una tercera persona, no se dialoga con ella, se transforma. Los elementos a los que se compara la mujer son el "tiempo" y la "historia", clasificados también como bellos y neuróticos. Tiempo e historia son los materiales que el "hombre" puede cambiar, transformar, para crear un mundo mejor, de ahí que el ser femenino quede en el plano pasivo y manipulable al lado de la historia y el tiempo en el texto.
   Según el poema "Como todo hombre normal" de Manuel Díaz Martínez, el "hombre nuevo", el "hombre normal", ama a una mujer, es optimista, diestro, sabe controlarse, dar placer al sexo opuesto, y trata a la mujer como a la historia que él protagoniza y transforma. Cualquier paso fuera de este normativismo parece ser negativo, "anormal", maligno. El poema es un reflejo de las limitaciones, principalmente políticas pero también sociales, de un período en la cultura cubana caracterizado por el dogmatismo y la exclusión. 

(El ‘hombre nuevo’ y la ‘normalidad’. Diario de Cuba, febrero 2014)

Wednesday, October 22, 2014

Heberto Padilla sobre Linden Lane Magazine

Quería vivir en España, donde tenía y tengo muchos amigos, la mayoría escritores. España era mi idioma y era donde mi trabajo literario había tenido mayor repercusión. Invertí parte del dinero en un piso magnífico que hoy valdría una fortuna, pero el proyecto fue recibido con más aspereza que entusiasmo. Mi familia, como la mayoría de las familias cubanas exiliadas, prefería vivir en los Estados Unidos. Tuve que olvidar mi viejo sueño de quedarme en Madrid y el dinero fue desviado a lo que resultó ser una pésima inversión. Linden Lane fue sólo un desacierto destinado a la chabacanería de un manual de esoterismo.

(El escritor y el exilio. Encuentro de la cultura cubana, No. 19, 2001)

Tuesday, October 21, 2014

Ernesto Pérez Chang vs. Angel Santiesteban

Los jadeos sexuales furtivos de una infortunadita pareja de vecinos que mantuvo muy preocupado a nuestro "clásico vivo", en su papel de cronista a tontas y a locas, no le permitieron escuchar bien los chismes que le proveyeron sus malas fuentes. En la penumbra y tras la puerta, tal vez entusiasmado con el ardor ajeno, es cuando a su mente le asaltaron —y a mano armada— las energías de algún teórico literario de manicomio con capricho compulsivo de reporter. La que escribiré de inmediato es, sin dudas, una frase de antología: "Aquellos escritores, cuya Literatura jamás cuestiona la gestión gubernamental, fueron hace dos semanas, en una delegación "todos estrellas", a la Feria del Libro de Mazatlán, México." La construcción es bien desastrosa pero será posible y hasta saludable ignorar disonancias y desmaños cuando el esperpento de lo dicho nos detenga ante esa categoría estética que, en su excentricismo asalariado, disfrazado de malquerencia, ha parido el angelito. ¿Cuántos escritores caben en su definición? ¿Sólo la docena que asistió a Mazatlán o la casi generalidad de los que en el mundo han sido? Si nos planteáramos la aventura de una antología de autores del pasado y del presente que no cuestionaron ni cuestionan eso que él llama "gestión gubernamental", terminaríamos este milenio con la derrota de la empresa por exceso de candidatos y, al final del próximo, aún nuestros descendientes estarían sumando autores. Creo que ni siquiera en la obra misma de Santiesteban existe una línea que "cuestione la gestión gubernamental". En su caso pudiera ser, quizás, porque no hay razones ni talento para inventarlas, su discurso cuando pretende ser político se trueca simplemente en sonido y furia, al cual salpimenta con algunos melodramas plagiados de los peores discípulos de Felix B. Caignet. Tenga en cuenta que todo el supuesto arsenal ofensivo del cual dispone Ángel para su papel de articulista "disidente", se modula en una suerte de más de lo mismo. Sólo haría falta que un filólogo, sólo por aburrimiento, se dé a volcar su pericia en demostrar cuán miméticos, seriados y acompasados resultan los blogs que Cubaencuentro, PRISA and Cia. se han dado en colgar como una nueva, desesperada y deslucida estrategia para fabricar una disidencia "otra" —con visos de "cultural" o de "generacional" (para que parezca una epidemia) — que maneje, siempre hacia la derecha, la ya manipulada opinión pública mundial con deformaciones, desinformaciones y gigantes por molinos, una empresa que sólo ha de servir para que, en un saldo de cuentas harto jugoso y muy bien planeado, una megaindustria de la contrarrevolución con sede en Miami se engorde con cualesquiera de los peores destinos de nuestra nación. Estas estrategias a la moda serán desenmascaradas, una a una, en su momento.
   Pero virtudes hay en la paginita de Ángel, no se las neguemos. Además de acuñar esa abarcadora, aunque torpe, "clase literaria" para definir la literatura cubana actual, de la cual desconoce (¿por sus escasas o malas lecturas?) la diversidad y la pluralidad que en el presente la caracterizan. Santiesteban ha descubierto el modo más eficiente de condensar desinformación, disparate, torpeza, impericia literaria, falta de imaginación y antiperiodismo en un record de tres cuartos de página. El mérito habrá algunos que se lo discutan pero creo que bien sumará desde ahora el mote de "majestad de la pifia", al otro ridículo y carcajeante apelativo de "clásico vivo" que acuñara aquel alucinado Emir del Valle de los Manipuladores en un aborto de entrevista forzada que hace unas pocas semanas circulara por e-mails. Claro, aún así, henchido de mofa el disparate, hubo algunas cacatúas de la Isla que lo repitieron —es decir, aquello de "clásico vivo"— sin percatarse de que el "elogio" en la boca del zorro era para el queso en el pico del cuervo. ¡Y bien que se lo ha mal creído el angelito! Quedándole chico el traje de narrador que bien le ganó a los tutores con libros y premios, ahora se ha arrebatado con lo de las cibercrónicas que mucho, como sonaja imprescindible, llevan de fantasía y absolutamente nada de autenticidad y vocación por el reportaje. Ese escupitajo de ponzoña lanzado con tirria sobre aquellos que fuimos invitados a la feria del libro de Mazatlán, evidentemente es delirante y cínico. No conozco ni me preocupa saber cuáles fueron las expectativas de cada uno de nosotros antes o después de la llegada a México. Es intrascendente para lo que con éxito sucedió allí. En lo particular, siempre he asumido los viajes con responsabilidad intelectual, porque soy un escritor; y con la inquietud del descubrimiento, porque desciendo de errantes chinos, franceses y españoles e inexorablemente lo empujaron los siglos en la sangre. Fue esta hacia Mazatlán una delegación tan heterogénea como así de escritores fue armada con acierto, como así de humanos, como así de diversos. Pocos de los que asistimos fuimos alguna vez discípulos incondicionales de alguien. No llevamos sino las marcas, las alevosías literarias y los contornos que nos hacen distintos, y creo que exhibimos muy poco de estrellas. Cada cual dialogó con la prensa y el público desde su personal ideología, y creo que desde esa sinceridad intelectual que en un final es la que impide que en los silencios y los murmullos y las incoherencias, más que humanas, crezcan los fantasmas del odio del ofuscado Ángel que sí busca emplazar en la literatura ese "registro con valoraciones extraculturales" del que dice cuidarse pero al cual acude en su propensión al divismo. Lo cierto es que nada de lo que escribe sobre Mazatlán se corresponde con lo acontecido. No sé a qué viene su pena ajena. Sé que en ningún momento las instituciones cubanas aseguraron a los organizadores mexicanos que correrían con una parte de los gastos nuestros. Las invitaciones cursadas desde México son explícitas y los responsables mazatlecos cumplieron el papel de anfitriones con todo el respeto y la amabilidad que por tradición histórica les caracteriza. Soy consciente de que dejamos satisfacción y experiencia en ellos. Hablamos sobre nuestros libros y sobre Cuba. Recibimos solidaridad y atención. Cuba era la invitada de honor a un evento cultural que por vez primera dejaba de ser nacional. Fuimos los cubanos, y no sólo los escritores, los privilegiados por los lazos culturales que unen a Mazatlán y a Cuba. De Cuba son los profesores de ballet y música que imparten clases en sus academias; de Cuba es, incluso, su Reina de Carnaval.
   Pienso en miles de razones que han llevado a Santiesteban —que ha integrado, en numerosas ocasiones, representaciones similares, organizadas por instituciones culturales cubanas— a perpetrar el más fallido de todos sus textos. Atribuirle un dilema me seduce: o no tiene sobre qué hablar y apela al despropósito, o algún periodista inhábil que no pudo colar por mediocre sus desbarros en el más barato de los diarios de derecha, le ha pedido que juegue sucio por él. Ahora, ante esta página desentonada sobre Mazatlán, no dudo en que hay muy "mala leche" en su aparente penar solidario. No sé si padece de Alzheimer, pero creo que al nuevo blóger se le olvida que a alguien ambicioso, en la cercana Hispaniola, se le vio trotar discreto en episodios lastimeros y tremebundos, denigrantes. Y que en nuestra Isla ese mismo filibustero formó parte de, intervino en, tomó partido por y celebró cuanta iniciativa noble y justa sirvió de vehículo para enaltecerle.
   Lo que me parece mucho más bruto que cualquiera de los dislates comentados —algo así como la irrupción del pelo en la sopa— es que el autor de este blog colgado en Encuentro se promueva —en el lado derecho de la página, es decir, allí en la zona donde se difama y se trasviste— como hijo desahuciado, como escritor excluido, y hasta censurado, mientras en el margen izquierdo exhibe una larga nómina de premios importantes otorgados por esas instituciones cubanas "oficialistas" (dígase Casa de las Américas, Instituto Cubano del Libro y UNEAC) que también han publicado la recua de títulos que el espacio del ensalce personal exhibe, creo que para reafirmación del estrellato por el cual solloza.

(Angel Santiesteban: las torpezas de un reporter. Publicado en la red)

Monday, October 20, 2014

Jesús J. Barquet vs. “Imagen y posibilidad”, compilación de Ciro Bianchi Ross

Con lo que Lezama sí estaría en desacuerdo es con la imagen que el libro y su "Introducción" quieren dar de él, al punto de hacerlo un portavoz (y hasta profeta exaltado y partidista) de la Revolución Cubana. Veamos cómo se proyecta esta imagen deformada. Ni el título del libro ni el orden de los artículos revelan imparcialidad por parte del recopilador, sino la más evidente (mal) intencionalidad. No se trata de "prosas dispersas" sino de "imagen y posibilidad", es decir,que el título del libro está tomado precisamente del artículo de Lezama sobre el 26 de Julio, el cual, por supuesto, encabezará la recopilación. La aparición de los artículos en el libro no sigue los incompromeditos órdenes alfabético o cronológico, sino un supuesto orden temático de oscura dilucidación y que juguetea con el tiempo (Joyce y Cortázar metidos a compiladores). El libro se inicia con "El 26 de Julio ... " (nov-dic. 1968), le sigue "Ernesto Guevara" (en-feb 1968) y más tarde "Céspedes" (oct 1968), quien viene a cerrar así ese bloque temático que en realidad abriera con su "señorío fundador", como señala
   Lezama . Nos preguntamos: ¿quién o qué está en el fondo de todo esto? El propio Bianchi parece darse cuenta del juego cuando nos espeta exabruptamente en medio de su "introducción" que "en el ordenamiento de los materiales que aquí se incluyen colaboró el poeta Cintio Vitier" (p. 12). Parece deseoso de compartir (o descargar totalmente) la responsabilidad de su recopilación. Vitier fue el elegido. Por eso cuando se refiere a los "nuevos actos nacientes" que en enero de 1953 profetizaba Lezama para la isla y los vincula con el asalto al Cuartel Moncada, Bianchi no afirma sino pregunta: "¿Eran hechos como ése los nuevos actos nacientes que avizoraba Lezama?" (p. 8), y nos manda ipso facto para una nota al pie de página que señala la fuente (Cintio Vitier) de la idea en cuestión. ¿Es la suya, pues, una pregunta retórica, es decir, afirmativa, o rezuma más bien ironía, alejamiento, oblicuidad en lo que se le ha señalado que diga? Misterio. Silencio. Pero no vale hacer señalamientos individuales cuando sabemos que el individuo constituye una mera pieza de un sistema . Ya Lezama percibió ese drama en 1961 cuando dijo en una carta:

   No es lo mismo estar fuera de Cuba, que la conducta que uno se ve obligado a seguir cuando estamos aqul, metidos en el horno. Existen los cubanos que sufren fuera, y los que sufren igualmente, quizás más, estando dentro de la quemazón y la pavorosa inquietud de un destino incierto.

   Preferimos, pues, condenar ese "horno" que determina semejantes actitudes. Es el "horno" quien realmente demanda esa imagen demagógica de Lezama partidista o al menos simpatizante de la Revolución. Un Lezama congelado en los principios de la década del 60, cuando aún la esperanza abierta por la Revolución era una oscura fe (o certeza) en muchos; de ahí esos artículos a favor de la misma escritos por Lezama. Otra sería la realidad del país y del autor en los años siguientes (finales de los 60 y los años 70). El Lezama activo, productor, y hasta feliz a pesar de su desgarramiento familiar, que vemos en su epistolario de principios de la Revolución, se ve poco a poco sustituido por un ser inactivo, falto de estímulos, alejado de la vida cultural, condenado al ostracismo. Pero de este último período de la vida del autor no se ha hallado ninguna "prosa dispersa". Tenemos que acudir a sus cartas. Y exhorto al lector curioso: ¿acaso no mueve a reflexión comprobar que data de 1969 el último artículo publicado por Lezama en Cuba y que Bianchi incorpora? ¿Qué ocurrió en ese lapso de 1969 hasta su muerte en 1976? Misterio. Silencio. La nueva era, una vez concebida como "posibilidad infinita" por el poeta, se ha vuelto ahora la era de la "imposibilidad" también infinita: imposibilidad de viajar, imposibilidad de publicar, imposibilidad de participar, imposibilidad de ser. Pero el orden desordenado del libro (que pretende ser temático) escamotea esa realidad trágica. El lector se despista con la mezcla y hasta omisión de fechas. Asistimos al más antimarxista intento de ahistorizar una figura, un pensamiento. En el fondo se pretende ocultarle al lector la entrada a ese paréntesis del ostracismo padecido por Lezama. Y en esa confusión temporal se va disponiendo, sin embargo, una zigzagueante inversión cronológica mediante la cual el lector termina con un Lezama—allá en los años 50— coral, centro de una generación pujante, gestor de su destino, creador. Precisamente lo opuesto a su triste rea1idad de los últimos años en que, a pesar de estar en el pináculo de su madurez intelectual y su reconocimiento internacional, sencillamente se esfuma, o mejor dicho, "lo" esfuman, condenándolo a un exilio interior en su Trocadero 162, a apenas dos cuadras del "Prado de su infancia". Son los años en que confiesa que tiene "¡tan pocos estímulos!" (1974), en que siente que él y su esposa están "muy solos y el cerco se aprieta cada vez más" (1974).
   El punto máximo de esa congelación requerida por el "horno", lo satisface el compaftero Bianchi cuando afirma que "después de 1959 las revistas literarias, que al calor del triunfo revolucionario comenzaron a editarse en Cuba, le abren las puertas a Lezama" (p. 17). Es cierto, hasta cierto punto, o fecha, en que las propias revistas le cierran dichas puertas. En la década del 70, Lezama apenas llegó a publicar cuatro poemas en las revistas literarias cubanas. No se trataba de aridez creativa, pues ahí está su impresionante poemario de esos años, Fragmentos a su imán, sino de ostracismo. Aquel espíritu coral que tanto perseguía, se vio de pronto reducido a la sala de su casa : "Llevamos una vida muy recogida, de lecturas y visitas de amigos que nos son agradables", escribe en 1975. Son los años en que quizás como nunca antes, debido al ostracismo social y literario, disf.ruta de la oralidad de su poesía. No había encuentro amistoso en que no sugiriera (o se dejara sugerir como un infante) la lectura de sus nuevos poemas. Así conocimos, (aunque inéditos, éditos en su voz) sus " Discordias", su "Nacimiento del día", "Los dioses", la "Vieja balada surrealista", etc. En el extranjero, un público inmenso lo reclamaba invitándolo a conferencias, cursos, homenajes. Imposibilidad infinita. .
   No terminan aquí los signos de congelación que perseguimos. Bianchi, atrevido, sugiere otro más:

   Creo que en cualquier momento de su existencia, Lezama podría haber vuelto la vista atrás y reasumir cada una de sus palabras, desde la primera, sin verse precisado al escamoteo o al rechazo. (p. 13)

   Sabemos que Lezama jamás hubiera "rechazado" sus escritos anteriores. Se respetaba mucho como para renunciar a cualquiera de sus fragmentos, pero dificilmente hubiera "reasumido" aquellas ideas idílicas sobre la Revolución Cubana. Hubieran quedado fijas en su momento de gestación esperando el análisis historicista que derivaría de éstas y el acontecer posterior un ejemplo de sentimiento de esperanza y frustración que significó para nuestros mejores intelectuales la Revolución Cubana. Lezama prefirió callar. Condenado al silencio, respondió con el silencio que, como en Martl, significaba una forma de censurar.
   Al morir Lezama, el "horno" se apresura a publicar póstuma mente sus obras inéditas de ficción. No fue labor de reivindicación ni mucho menos (pues como su entierro, todo se llevó a cabo con el mayor silencio), sino una jugarreta editorial, es decir comercial, que pretendía levantar además una demagógica cortina de humo ante la opinión internacional. Por otra parte, las concepciones de Lezama (de las que fui testigo en varias ocasiones) sobre publicar siempre primero en su patria, no operaban igualmente en su esposa María Luisa Bautista, más determinada a publicar los manuscritos en el extranjero si las editoriales cubanas no lo hacían inmediatamente. Fue un momento crucial en que "el horno no estaba para galleticas". Un año más tarde salen a la luz Oppiano Licario y Fragmentos a su imán (éste no registra el dato de los derechos de autor). Cuatro años más tarde, Imagen y posibilidad pretende seguir, con mucha mayor y explícita (mal) intencionalidad, esa misma política oportunista e hipócrita. Vale, sin embargo, como un esfuerzo (no muy grande por cierto, pues todos los lectores fieles de Lezama conocíamos de una u otra forma esos textos recopilados y dónde localizarlos) por agrupar esa obra dispersa de Lezama, que fuera de Cuba es prácticamente desconocida. Lástima, por otra parte, de "introducción" y de ordenamiento.

(Un Lezama inventado por el horno, Revista Mariel, No. 4, 1984)

Friday, October 17, 2014

Virgilio Piñera vs. “Los siervos”, de Virgilio Piñera

Comenzaré por desacreditarla, y con ello no haré sino seguir aquellos, que con harta razón, la desacreditaron. A pesar de ser un hijo de la miseria, me daba el vano lujo de vivir en una nube... Por otra parte, el ejemplo de la Revolución rusa seguía siendo para mí un ejemplo teórico. Fue preciso que la Revolución se diera en Cuba para que yo la comprendiese. Por supuesto, esta falla no abona nada a favor mío. Cuando los estudiantes dicen que la mayoría de los intelectuales no nos comprometimos, tengo que bajar la cabeza; cuando los comunistas ponen a Los Siervos en la picota, la bajo igualmente. Pero no crea...Todo escritor tiene en su haber un Roquentín más o menos.

(Diálogo imaginario, Lunes de Revolución, Mar. 1960. Visto en: La Habana Elegante, segunda época)

Thursday, October 16, 2014

Jacobo Machover vs. Zoé Valdés

El caso de Zoé Valdés obedece más a un fenómeno sociológico que a una idea estrictamente literaria. Muy cercana a las más altas esferas culturales del régimen (sobre todo al ICAIC, el Instituto del Arte e Industria Cinematográficas de Cuba, dirigido por Alfredo Guevara), luego formó parte de la delegación cubana ante la UNESCO, también bajo la protección del todopoderoso Alfredo Guevara, hasta el momento en que decidió quedarse en París, en 1995. Poetisa al principio, escribió después una novela, Sangre azul, y una segunda, que conoció un rotundo éxito, La nada cotidiana (Barcelona, Emecé, 1995), publicada primero en francés en 1995. Se trata de un librito que mezcla una reflexión desencantada de la vida cotidiana en Cuba bajo el castrismo (nacida en 1959, Zoé Valdés sólo conocía esa realidad pero tenía el privilegio de poder efectuar constantes viajes al extranjero) y un erotismo tropical subido de tono (descrito por una mujer, lo que es bastante inhabitual). El éxito, más tarde, iba a ser sorprendente. Finalista del premio Planeta con Te di la vida entera (Barcelona, Planeta, 1996), sus libros, tanto en España como en Francia, adquirieron la categoría de best-sellers. Sus posiciones políticas sobre el régimen de Castro se fueron radicalizando y sus artículos, sobre temas tan diversos como la vaca loca o la visita del papa a Cuba, han sido publicados en los periódicos del mundo entero. Llegó incluso a formar parte del jurado del festival de Cannes. De hecho, Zoé Valdés se transformó en una verdadera estrella de la literatura y de la política, un reconocimiento otrora inimaginable para la mayoría de los escritores cubanos exiliados, lo que provocó bastantes celos por parte de muchos de ellos. Pero su éxito no depende para nada de sus discutibles cualidades literarias.

(La memoria frente al poder. Publicacions Universidad de Valencia, 2001)

Wednesday, October 15, 2014

Jorge Salcedo y Alexis Romay sobre el Canon de Roberto González Echevarría

En el próximo canon nos veremos
si no va lleno y para en la parada,
si no hay confronta o si la madrugada
sosiega la ansiedad de irse a los remos.

En el próximo canon estaremos
traficando influencias, mermelada…
Al canon, con su puerta entrecerrada
por el molote, nos engancharemos.

Canon cubensis, llénanos de gracia,
asciéndenos —a Yale o Hialeah
y su alta y literaria aristocracia.

Cheva, tírame un cabo con Haroldo.
Recuérdale que escribo poesía:
Mi prima está desnuda bajo el toldo…

(3:10 to Canon. Blog Belascoaín y Neptuno, Jul. 2008)

Tuesday, October 14, 2014

Guillermo Cabrera Infante vs. “Los dispositivos en la flor”, de Edmundo Desnoes

La supuesta antología de literatura revolucionaría cubana confeccionada por Juan Edmundo Pérez Desnoe (usando su alias de Edmundo Desnoes) y publicada ilegalmente en Estados Unidos es un libro antifonal: sólo sirve para el coro de Castro. Tan intenso es su intento que ha contaminado la crónica de Mariano Aguirre, de EL PAÍS de 13 de diciembre, propia para ingresar en el coro. Dije publicación ilegal porque Edmundo Desnoes, viniendo de un país sin leyes, ha pirateado textos de Severo Sarduy, Calvert Casey, Reinaldo Arenas, Antonio Benítez Rojo y Heberto Padilla, todos escritores en el exilio. También ha robado textos míos y ya le he iniciado su correspondiente acción legal en EE UU por haber infringido allá mi copyright. Pero el libro no es execrable por su piratería descarada, sino por el embozado propósito, aún más nocivo, de tratar de hacerlo pasar por una colección variada, pero imparcial, de literatura cubana cuando no es más que pura propaganda castrista encuadernada para consumo externo. De más está decir que ninguno de los autores exiliados acogidos en la antología pueden ser publicados o siquiera leídos en Cuba.

(Contra Edmundo Desnoes. El País, enero 1982)

Monday, October 13, 2014

Angel Santiesteban sobre Delegación de escritores cubanos a México, 2009

Aquellos escritores, cuya literatura jamás cuestiona la gestión gubernamental, fueron hace una semana, en una delegación “todos estrellas”, a la Feria del Libro de Mazatlán, México.
   Uno de ellos, que ve los viajes con la regla más pragmática del ajedrecista: se gana o en última instancia se logra tablas, titubeaba en asistir o no. Tal postura se traduce en que, si no puede conseguir algún dinero de viático o por la venta de libros para su beneficio, nunca sacrifica el poco dinero que tiene. Éste encontraba remota la posibilidad de adquirir algunos pesos, pues alguien le dijo que aquel festejo no iba más lejos que la feria de Las Tunas, sólo que, con luces y Coca Cola. Sin embargo, el propio día de la partida, a su madre se le rompió un zapato y, apremiado, voló al país vecino sin miramientos. Dios quiere que asista, me dijo, mientras guardaba un papel con la silueta de la plantilla. 
   Otro integrante, previendo lo mal que pudiera irle en esa ciudad, pidió una semana más de estancia en el Distrito Federal, para a como fuera revertir sus carencias habaneras. Un baño de capitalismo, de vez en vez, no viene mal, aseguró.
   Alguno comentó que aceptó la invitación al país azteca para disfrutar de la tranquilidad de una alimentación adecuada, sábanas limpias a diario, la CNN, y agua caliente para ducharse. Con eso me siento como si me hubiera ganado el premio Nobel, o más que eso: campeón de los pesos completos, me dijo. No le importó que un amigo mexicano, dado a las letras, le aseverara vía correo electrónico que desconocía que en aquella ciudad organizaran una feria del libro. 
   Apenas llegaron al aeropuerto mexicano, se escuchó el alarido de los organizadores. Cuba había prometido correr con parte de los gastos. Tras pagar ellos el pasaje, infirieron que los escritores llegarían con el dinero del hospedaje. Nada tan ajeno a la verdad. Luego de una gestión del comité gestor, varios dueños de hoteles, siempre en aras de cooperar con la cultura de su ciudad, “brindaron” hospedaje gratuito a los cubanos.
   No conformes con esto, dos días después de su llegada, los escritores cubanos nombraron un representante de la delegación para que exigiera su estipendio, mostrando a cuantos encontraron en su camino, la carta de invitación que aseguraba la entrega de un eximio peculio. Y lo lograron. Antes, uno de los organizadores comentó, que somos los únicos extranjeros que conoce incapaces de exigir en su casa lo que les toca o les prometen, pero eso sí, aptos para reclamar, a cualquier anfitrión, favores con escopeta.  
   Duele contarlo. Cuando me lo dijeron sentí pena ajena por ellos. Un sentimiento solidario emerge, al constatar tanta humillación. Preciso es confesarlo, en lo personal me alegra no formar parte del “todos estrellas”, como tampoco de ningún otro registro con valoraciones extraculturales, salvo las listas de los no oficialistas o la de insurrecto. Sin embargo, a ellos estoy unido, quiéranlo o no. Estamos unidos. No en vano integramos la generación de los hijos que nadie quiso.

(Los muchachos se despiden, Blog Los hijos que andie quiso, 2009)

Friday, October 10, 2014

Club del Poste vs. Luis Manuel Pérez Boitel

Por fin se hunde en la muerte
Luis Manuel Pérez Boitel,
el mariconcito aquel
que tuvo tan buena suerte.
Se fue tras paliza fuerte
de su joven bugarrón,
plagió versos a montón
en sus poemas fatales,
mil premios municipales
lo escoltan hasta el panteón.

Thursday, October 9, 2014

Camilo Venegas vs. Enrique Ubieta

Enrique Ubieta defiende sin capa y con espada a una dictadura que ha sumido a Cuba en la miseria económica y moral, convirtiendo a la nación cubana en una paupérrima isla a la deriva y sin futuro. Yo, quiero un país plural, con todos y para el bien de todos, donde cada cubano tenga derecho a decir lo que piensa y a participar en el futuro de su patria con entera libertad.
   Enrique Ubieta presume que “en Cuba existe una Revolución, porque existe un pueblo revolucionario”. Yo, creo que la revolución (así, con minúsculas) no se atreve a preguntarle a los cubanos qué piensan de ella y por eso ha preferido mantenerlos en el oprobio sumidos. Ubieta habla en nombre de un pueblo sin otro sustento que no sea el de una infame maquinaria propagandística.

(Mañana mismo, Ubieta. Blog El Fogonero, noviembre 2009)

Wednesday, October 8, 2014

Orlando Luis Pardo Lazo vs. “Viajes de Miguel Luna”, de Abel Prieto

Lezamiano de los más tempraneros después de muerto y enterrado Lezama (entre la ambulancia enviada por Alfredo Guevara y los micrófonos de la policía política), Abel Prieto consigue por fin el milagro de un libro tan arduo de leer como Paradiso, aunque por motivos antípodas: el opus magnum de Lezama es un laberinto intraducible que funda a su propio lector (al resto los funde); mientras que Viajes de Miguel Luna es el paroxismo de la legibilidad en cubano alto y claro (argot cuasi-militar), una hipertransparencia anecdótica que termina siendo atiborrante (la maldita circunstancia de la bodriografía de Miguel Luna o "Mick o Mike o Miki o Mickey Moon o simplemente Mikimún" por todas partes).
   En un esfuerzo stajanovista de "difusión popular", escrita como trabajo voluntario detrás de su buró político en el Ministerio de Cultura o el Comité Central del Partido Comunista, esta es la saga simpática que esperaba leer desde 1989 el Hombre Nuevo (perestroika de papel); es el Bildungsroman que nuestra clase media reclamaba a gritos para paliar el vacío de esta Era Imaginaria de transición hacia un capitalismito de Estado; es el best-seller que los intelectuales podríamos regalar sin complejos un domingo de mayo a nuestras mamás (sin esperar la muerte de ninguna Rosa Lima, tan cariñosa como represora); y es, también, más que una epopeya viajera, la última "novela de becas" del siglo XX cubano, ese género que nació senil pero que tantos funcionarios ha dado en tiempos de paz.

(Viajes de Abel Prieto. Diario de Cuba, diciembre de 2012)

Tuesday, October 7, 2014

Ramón Alejandro vs. Miguel Barnet

No hay duda que por su bajeza natural y grosera manera de ser se ha ganado merecidamente el desprecio general de todos los cubanos, hasta de los mismos jerarcas del régimen que mastican pero no llegan a tragarse su condición de chernovil, y algunos odios justificados de mucho cubano de a pie, escritores o artistas dentro y fuera de su UNEAC.
   Como sucedió en el pasado con otros personajillos autoritarios y grises del mundo uneacoide, la membresía no logra decidirse por fin si arrastrarlo, cuando llegue el momento, hacia el Malecón o hacia 23, partiendo de la esquina de la sede de la ilustre institución.

(El reloj de Kcho y el pasaporte español de Mimí Yoyó. Blog Café Fuerte, diciembre 2012)

Monday, October 6, 2014

Ernesto Hernández Busto vs. Zoé Valdés

Pero no hay arreglo con esta demente: todo lo que no sea ella resulta, inobjetablemente, cosa de la Seguridad del Estado. Un caso lamentable el de Zoe, envuelta cada vez más en los olores escatológicos que convoca.

(Zoe Valdés, la burda. Blog Penúltimos Días, marzo 2010)

Friday, October 3, 2014

Leonardo Padura vs. Hugo Chinea

Creo que si alguien tiene necesidad de mentir para mejorar o borrar momentos de su pasado es usted, no yo. No tengo oscuridades que ocultar, sobre todo oscuridades que hayan podido afectar a otras personas. A usted, sin embargo, por mucho que patalee y por más consignas que repita, la historia (si tiene tanta memoria como para recordarlo) lo condenará. De hecho, ya lo ha condenado. Tanto que, como usted mismo dice, algunos creían que usted ya era cadáver.

(Cinco minutos para Hugo Chinea. Blog La Joven Cuba, octubre 2012)

Thursday, October 2, 2014

Armando Añel vs. algunos escritores homosexuales de Miami

¿Existe en ciertos ámbitos culturales de Miami supuestamente mixtos —en cuanto a inclinaciones sexuales, se entiende— un cada vez menos solapado ambiente discriminatorio contra los artistas y escritores heterosexuales? ¿Se respira en ellos una atmósfera de intolerancia y prejuicio anti-heterosexual? Hay que tener cuidado, porque la condición de diferente, de hetero, no debería implicar per se el cartelito de “homofóbico”. De estos equívocos teledirigidos está alimentándose interesadamente una nueva clase parásita, la del jinetero cultural (gay) esbozado arriba, que esconde sus carencias creativas y humanas tras la fachada del victimismo.
   Por sus obras los conoceréis, no por sus palabras (menos por sus bretes y calumnias). Sería bonito que los homosexuales y bisexuales de la cultura miamense —y me refiero sobre todo al ámbito cubanoamericano—, los honestos y auténticamente creativos, que son la inmensa mayoría, tuvieran claro lo que cuatro gatos acomplejados pretenden de ellos: Comerles la cabeza, usarlos en su beneficio, dividir en bandos artificialmente contrapuestos desde la manipulación interesada y el complejo de inferioridad.  Vista larga hace fe.

(Miami, heterofobia y jineterismo cultural. Blog Neo Club Press, noviembre 2012)

Wednesday, October 1, 2014

Reinaldo Arenas vs. Cintio Vitier (2)

Una de las lecturas más indignantes y miserable que se hicieron en la UNEAC fue la efectuada por Cintio Vitier en el año 1969. Aquélla fue calificada por nosotros, los escritores clandestinos, como la conversion de Cintio Vitier. De repente, aquel hombre que durante todos aquellos años había estado criticando la Revolución y se había negado en gran medida a publicar bajo el regimen de Castro, ahora se declaraba más castrista que el propio Castro y leía largos poemas inspirados en la recogida de café y en el corte de caña. La oficialidad cubana estaba allí amparando a Cintio: Retamar, Guillén, Raúl Roa.
   Indiscutiblemente, ya Cintio sabía de qué lado soplaban los vientos politicos y quería ponerse a buen recaudo. Era la actitud típica del católico reaccionario, la actitud típica de la misma Iglesia Católica; siempre del lado de los poderosos y traicionando a los humildes.

(Antes que anochezca. Tusquets, 1992)