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Friday, March 29, 2013

Duanel Díaz vs. “Sedición en la pasarela”, de Rufo Caballero

Si es obscena toda poesía mentida, salida de la confusión de la poesía con su envoltura, de la ingenua creencia de que escribir en verso, usar una estrofa o pergeñar una rima es hacer poesía, es obscena esta escritura que se autotitula “poética” y que cree ingenuamente que lo poético, frente a la aridez de la expresión científica, descansa en la metáfora. Es obscena esta mezcla de metáforas chillonas con palabras como “diégesis”, “distasia” y “acronología”. (Recuerdo que Lezama, al prologar un libro de Julio Ortega, no encontraba mejor elogio que señalar que el gran crítico peruano “nunca ha escrito la palabra sintagma”.)
   Es obsceno este texto donde el autor declara que lo que le interesa es, más que las manías clasificatorias de los manuales, “el ensayo asentado en la idea, en la producción de ideas más que de casillas”, pero que se soporta en buena medida sobre un manual y dos casillas. Es obsceno este libro que, luego de criticar pretenciosamente “las imprecisiones de craso rigor” de la bibliografía sobre el tema, no avanza en el plano teórico mucho más allá de las malas lecturas, no en el sentido de Bloom, sino en el sentido común.

(Ligereza en la pasarela, La Isla en peso, 2001)

Thursday, March 28, 2013

Zoé Valdés vs. Jesús Díaz

Y así, durante años, Jesús Díaz, un escritor y un cineasta del realismo socialista cubano, apoyó al castrismo y a los fusilamientos que el castrismo llevó a cabo. Desde la revista castrista Pensamiento crítico pasando por el magazine El Caimán Barbudo hasta Cubaencuentro Jesús Díaz fue uno de los peores extremistas que el castrismo usó a sus anchas. Tanto, que ni siquiera un niño podía hacer chistes contrarrevolucionarios delante de él, porque así le ocurrió al hijo de un editor de sus películas, en el ICAIC, que siendo un niño hizo un chiste en contra del gobierno mientras Jesús Díaz y su padre estaban en la moviola, editando uno de sus bodrios pro castristas y anti exilio, entonces el director Díaz se volvió hacia el niño con el dedo en alto: “Para hacer chistes contrarrevolucionarios hay que ser un revolucionario”.
   Sin contar los numerosos cartelitos que colocaba el Secretario General del Partido del ICAIC, Jesús Díaz, en el mural de trabajadores cuando alguno faltaba al trabajo voluntario, y cómo soltaba la frasecita sata de “Fulano es un maricón” para describirlo como desafecto a la revolución.

(Dormir de un solo lado y bajo techo de vidrio, Blog Zoé Valdés, enero 2012)

Wednesday, March 27, 2013

Manuel Vázquez Portal vs. “El vuelo del gato”, de Abel Prieto

El Vuelo del Gato es, a mi estrábico ver, una novela exótica. O no es una novela. En caso de que, con mucha resistencia de mi parte, convinamos que se trata de una novela, no quiero dejar de apuntar algunas cosas. Se levanta de ella un tono más exegético que narrativo. El distanciamiento (a veces con matices de descrédito o desprecio por el género) con que su autor se adentra en las historias se acerca más a la exposición reflexiva, conceptual del etnólogo, el sociólogo o el filósofo que a la descripción fabuladora del novelista. No creo que haya narratología, por más heterodoxa que sea, que no exija de la novela un argumento contado. Y es que en El Vuelo del Gato hay un afán, anterior a la concepción misma de la progresión dramática, de legitimar, por medio de los recursos del género, ciertos rasgos psico-sociales de los personajes que los desnaturaliza. Viajan por el entramado de la narración con un alma prestada por su creador. Son marionetas puestas a actuar, sin azares fácticos, para hacer válidos los presupuestos de una utopía narrativa que revalide una utopía política venida a menos. El lenguaje es un vehículo catequizador más que narrador. Se hace demasiado obvio el propósito de probar una hipótesis social antes que culminar una historia de ficción que luego resulte, ante los ojos de los analistas, la reinvención artística de una realidad social con todos sus matices; y esto despoja de toda cripticidad estética a la obra. Pretende ser misterio y develación a la vez, y con ello se crea un engendro macabro más que un híbrido armónico.

(Volar es otra cosa, Cubanet, Abr. 2001)

Tuesday, March 26, 2013

Enrique Piñeyro vs. Juan Francisco Manzano

Hubo en Cuba un poeta negro, Juan Francisco Manzano, que fué realmente esclavo, y debió la libertad á la simpatía que despertó su talento; por esto muchos acaso lo oponen á Plácido, considerándolo mucho más interesante por su color y su condicion servil. Hay en efecto, en las pocas poesías de Manzano que se conservan, una melancolía, una tristeza profunda que en las de Plácido no se percibe tanto, ni del mismo modo. Pero eso es todo, no tienen otra cosa, ni merecen el nombre de composiciones literarias.

(Estudios y conferencias de historia y literatura, New York, 1880)

Monday, March 25, 2013

Arturo Arango vs. anónimos

Insisto en que estoy mirando sólo aquella zona, digamos, literaria de esos textos que llegan bajo firmas falsas. Para ser justo, debo reconocer que a muchos de ellos no les falta agudeza y que a veces expresan criterios con los que coincido (ya sabemos, “El diablo no tiene la razón pero tiene razones que vale la pena atender”), aunque en otros casos son chapuceros, tontos y su escritura pésima. Pero más allá de cuestiones de calidad, hay en la propia manera en que existen, en que toman cuerpo, argumentos que me molestan, que me preocupan, sustancialmente. Algo que huele mal.
   Lo primero es su intolerancia política. Como dije antes, se descalifican, sobre todo, escritores cuyo compromiso con la revolución cubana es explícito. Si décadas atrás nos quejábamos de que la izquierda dogmática desestimara figuras valiosas sólo por sus ideas de derechas, o aun por su indiferencia, invertir la ecuación no es menos nocivo y demuestra idéntico sectarismo: ni uno ni otro pueden hacer bien a la cultura, aunque uno y otro lleguen amparados por situaciones de poder o por el espíritu de la época.
   Me molesta también la falta de rigor, la comodidad que se impone con el anonimato (y evito escribir la palabra “cobardía” para no cometer el pecado de la comodidad, de la descalificación fácil, adjetiva). Ya sabemos, desde Barthes y Foucault, que un autor es algo diferente que el nombre de quien escribe. El anónimo se esconde también como autor. No sólo pone su persona, su rostro o su cuerpo mismo a salvo de réplicas, represalias o agresiones sino que está enajenando esa otra parte que le pertenece como autor. Al polemizar con un seudónimo de este tipo, sea el de Leopoldo Ávila o el de Fermín Gabor, lo hacemos contra una ficción, contra una fantasmagoría que terminará escapando (ya lo hemos comprobado en el primero de los casos), contra un cuerpo de ideas sin respaldo, sin historia.

(Anónimos, La Habana Elegante, segunda época)

Friday, March 22, 2013

El Caimán Barbudo vs. Heberto Padilla

En consecuencia, Padilla la emprende a mandarriazos contra Otero, el novelista-funcionario, con una violencia –o un resentimiento– que desborda los límites de la crítica literaria y que parece haberse acumulado aún antes de publicarse la novela. Hay una desproporción escandalosa entre la brevedad de Pasión de Urbino y la vasta irritación con que Padilla la ataca. Muchos no comparten su opinión –la encuesta se abre precisamente porque los 5’000 ejemplares de la novela se agotaron en menos de una semana–, pero no es a nosotros a quienes corresponde ahora juzgarla. Sólo añadiremos que –dejando a un lado su irritación– el enfoque de Padilla nos parece de una arbitrariedad capaz de invalidar cualquier crítica literaria.

(Respuesta, El Caimán Barbudo, 1967)

Thursday, March 21, 2013

Enrico Mario Santí vs. Lisandro Otero

No es descabellada la hipótesis de que Otero fue traicionado por las mismas fuerzas que él aprendió a servir. Fue el mismo caso de Arnaldo Ochoa, un año después, devorado por los leones tras su abyecta confesión. Mejor dicho: es el mismo caso de siempre. Después de destituido de la  presidencia de la UNEAC, Otero no cejó en buscar el poder y encontró, a los cuatro años, una oportunidad, acaso sugerida por el propio Aldana, para echarle una mano a una crisis del régimen. Ni él ni Aldana pensaron que los tiros saldrían por la culata. Mucho menos que ellos mismos eran la carnada. Después de echada esa suerte, sólo quedaban dos opciones: quedarse atrapado, como Aldana, o escapar, como Otero. Sólo que Otero, funcionario menor, siempre podía alegar, como de hecho ha ocurrido, que lo que debería cambiar en Cuba “eran los funcionarios, no los dirigentes”, y que él no rompería “sus vínculos con la revolución, pese a las coyunturas propiciatorias a un desgajamiento”. Por eso, una vez que conocemos estas memorias, ¿quién quita que este dirigente no pueda cosechar éxitos aún mayores en su futura carrera?
   En un final, el caso de Otero interesa menos por sus pormenores que por las preguntas que plantea. A saber: ¿Podemos creer a un intelectual con semejante comportamiento? ¿Puede construirse una política a partir de la radical ‘desubicación’ que practica su texto? ¿Puede lograrse, como al parecer él mismo desea, la “generosa conciliación” de la mancomunidad cubana habiendo mutilado la memoria histórica como él lo hace? Para afirmar estas respuestas haría falta asumir una responsabilidad que Otero todavía desconoce. Y aún más, abandonar la premisa que atraviesa su carrera y su memoria: la persistencia de la Utopía. La escribo con mayúscula para resaltar su carácter mítico y, por tanto, manipulable. No la confundo con los valores de generosidad, caridad y fraternidad que a muchos nos interesan. Ni tampoco con la subordinación de la historia y, sobre todo, de vidas de carne y hueso, a justificaciones huecas y, casi siempre, sangrientas.
   Debe ser triste, en efecto, llegar a “los años de la declinación” y descubrir que se ha malgastado la vida negando la realidad. Por eso, lo dejo recordando un viejo refrán: más vale tarde que nunca. Y también con un aviso, hoy por cierto muy de moda en Cuba: No es fácil.

(Mi reino por el caballo: Las dos memorias de Lisandro Otero. Encuentro de la cultura cubana, Nos. 16/17, 2000)

Wednesday, March 20, 2013

Pablo Díaz Espí vs. Zoé Valdés

A diferencia de Cabrera Infante y de Jesús Díaz, Zoé Valdés ha optado por reescribir su pasado, justificándose siempre a sí misma y lanzando acusaciones a diestra y siniestra. En su reescrita historia personal, no deja de presentarse como víctima de un poder del cual, en realidad, formó parte. Un velo de ingenuidad la protege, el azar la hace sortear barreras infranqueables para los cubanos comunes.

(Tres pasados, un presente. Diario de Cuba, enero 2012)

Tuesday, March 19, 2013

Orlando Luis Pardo Lazo vs. “Cuerpos divinos” de Cabrera Infante

En este contexto condenado, Cuerpos Divinos nos llega entonces como un eco de aquella epoquita épica: el chillido de goma del acelerón de los cincuenta a los sesenta. Pero hoy, en los años cero, ya toda lectura parece y padece de parodia: incluso Guillermo Cabrera Infante imita infantilmente a Guillermo Cabrera Infante. Lo real nos ralentizó y cualquier ficción huele a caucho quemado, incluido este work in progress trunco de GCI, que se repite a sí mismo avant la lettre o avant la literature. Mientras más peripecias, peor (síndrome de la telenovela ilustrada). Mientras más datos develados, más tedio (síndrome de la lectura exhausta). Mientras más estrategias de estilo, más esterilidad (Cuba como cauterización).

(Cadáveres divinos, Diario de Cuba, junio 2010)

Monday, March 18, 2013

Juan Abreu vs. Senel Paz

Sentarse con ese tipo de escritor vendido a un régimen totalitario es ya validarlos. Es una manera de frivolizar la tragedia cubana, de hacer el juego a los carceleros y a los torturadores. Encaja a la perfección en la estrategia castrista de las “dos orillas que dialogan” y otras políticas concebidas y propagadas por el DGI cubano. No importa lo que digamos al emisario; compartiendo con él un foro de ciudadanos libres rebajamos el concepto de libertad. No se sirve a la libertad y a la democracia hablando con el sirviente de los conculcadores de la libertad y la democracia.
   ¿Tiene el sirviente entidad propia? Creo que no.
   El caso de Senel Paz es especialmente lamentable pues se trata, como ya dije, de un personaje que firmó la infame carta de apoyo al fusilamiento de tres infelices cubanos que intentaban escapar del paraíso de Senel Paz y los Castro.

(Carta abierta a Casa Amèrica Catalunya, Blog Penúltimos Días, marzo 2009)

Friday, March 15, 2013

Antonio José Ponte vs. Cintio Vitier

El nombramiento oficial ocurre en 1993. Desde ese mismo César referido en carta, llega a Cintio Vitier el título de diputado de Bayamo a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Escasa relación habrá tenido el diputado con tal ciudad. Ni nacido allí, ni residente, no conoce a quienes deberían ser sus electores. Pero es título que le llega por edicto y desde lo simbólico, porque Bayamo está al comienzo de la poesía cubana y de las luchas independentistas del siglo XIX. Espejo de Paciencia, el primer poema de la literatura cubana, tiene como escenario a sus alrededores (Vitier ha hecho una valiosa edición de esa obra) y, lo mismo que Moscú ante la invasión napoleónica, Bayamo fue quemada por sus pobladores antes de entregarla al enemigo.
   Resulta entonces altamente simbólico que el César que arrasa nombre a Cintio Vitier  diputado por la ciudad quemada. La asamblea de militantes comunistas ofrece escaño al católico practicante como premio a sus intensas búsquedas de coartadas políticas en Martí, a sus esfuerzos por relacionar la labor del grupo Orígenes (y toda la historia intelectual de la nación) con la revolución de 1959. El Estado Prusiano condecora a su Hegel.

(El libro perdido de los origenistas, Renacimiento, Sevilla, 2004)

Thursday, March 14, 2013

Abelardo Estorino vs. Luis Pavón

Una noche pasé frente al TV y vi la imagen de un anciano sentado con cara agriada pero conocida aun, el locutor dijo su nombre y me quedé sorprendido. No sabía si existía o había muerto, hacía mucho tiempo que nadie pronunciaba su nombre, todos lo habíamos olvidado. Fue una cura de salud olvidar sus momentos de poder cuando puso en peligro todo el trabajo que se hacía por construir una cultura diferente, con aliento renovador. Si ha muerto, ni siquiera debemos recordarlo y para suerte nuestra no volveremos a oír su voz, ni firmará nuevos edictos; si vive, permitir que su voz vuelva a oírse, será sufrir otra vez las persecuciones, el miedo, la mentira.

(correo publicado, 2007)

Wednesday, March 13, 2013

Orígenes vs. Dirección de Cultura en 1954

Si andamos diez años con vuestra indiferencia, no nos regalen ahora, se lo suplicamos, el fruto fétido de su admiración. Les damos las gracias, pero preferimos decisivamente vuestra indiferencia. La indiferencia nos fue muy útil, con la admiración no sabríamos qué hacer. A todos nos confundiría, pues nada más nocivo que una admiración viciada de raíz. Estáis incapacitados vitalmente para admirar. Representáis el nihil admirari, escudo de las más viejas decadencias. Habéis hecho la casa con material deleznable, plomada para el simio y piedra de infiernillo. Y si pasean enloquecidos dentro de sus muros, ya no podrán admirar al perro que les roza moviendo su cola incomprensible.

(Editorial, # 35,1954)

Tuesday, March 12, 2013

Rafael Alcides vs. Raúl Luis

Ya me lo imagino hinchadito en su Sábado del Libro de semanas atrás, durante la fraudulenta presentación de El Cazador, más contento que José Martí en Playitas al pisar de nuevo tierra cubana, oyendo caer flores sobre su cabeza, pero sin conciencia de su engaño.
   Por eso, y por el favor que un día me hizo, por la publicación de aquel libro que le seguiré agradeciendo hasta que me muera, no lo llevaré ante los tribunales. Respetaré la infancia tan triste que debió de tener en el caserío de la desolada llanura camagüeyana donde nació, la falta de afecto que también de grande debió de perseguirle sin lograr jamás sacarla, o no al menos en las cantidades faraónicas que su idea de sí mismo demandaría, según se evidencia ahora. No es un delincuente, es un enfermo. Nadie lo ha visto con el sombrero con que solía cubrirse el poeta Zequeira para hacerse invisible, pero su insaciable necesidad de fama, y sus métodos para obtenerla, y los elementales huecos por cubrir dejados al urdir la expropiación que me deparaba, así lo demuestran. El sorprendente señor Raúl Luis ha enloquecido. Compadezcámoslo, que es cuanto al respecto cabría sin sublevar la voluntad de los dioses.

(Acuse de recibo: Declaración jurada de Rafael Alcides, Blog Penúltimos Días, agosto 2012)

Monday, March 11, 2013

Jorge Pomar vs. Encuentro de la cultura cubana

Encuentro forma hoy parte de un viejo proyecto frustrado de la nueva política cultural del régimen. Ante el creciente descontento y estampida de escritores y artistas a mediados de los 90, los halcones de la nomenclatura intelectual se propusieron crear una entidad mediática en el exilio capaz de atraer a los tránsfugas intelectuales que no optasen por cruzar el puente de plata del “exilio rosa”. Objetivo: mantenerlos dentro de los límites de disenso consentidos a escritores y artistas dentro de la Isla.

(Si no hablo me ahogo, Blog El Abicú Liberal, junio 2007)

Friday, March 8, 2013

Juan Marinello vs. los escritores

Aun en los casos de mayor coraje innovador sigue siendo el intelectual un junco pensante, azotado por vientos de todo origen, y su mayor hazaña no está en que se oponga eficazmente a los viejos moldes, sino en que descubra sus nuevas imágenes y reencarnaciones. Nada tan cambiante, proteico y pérfido como el hábito literario. Mil veces el poeta y el teatrista, el ensayista y el narrador combaten con armas que están hechas, sin que lo sospechen, del mismo metal de las que pretenden abatir. Y la invención formal, que es tanto en nuestro oficio, les hacen creer que están edificando en tierra incógnita, cuando en verdad no han salido de la vieja heredad.

(En la revista Casa de las Américas, 1977)

Thursday, March 7, 2013

Duanel Díaz vs. Roberto Fernández Retamar

¿No es significativo que toda la obra ensayística de Retamar posterior a 1959 sea dispersa y fragmentaria? ¿Que de sus libros de ensayo los únicos verdaderamente orgánicos son los dos estudios que escribió antes de la Revolución: la tesis sobre la poesía moderna en Cuba y el repaso de las corrientes de la estilística? Luego, ensayos sueltos, notas, ponencias. Calibán y su saga, donde Retamar discretamente va soltando, como un lastre cada vez más inconveniente, la artillería estalinista que en el panfleto original enfiló contra Borges y Fuentes.

(La mediocracia intelectual. Blog Penúltimos Días, septiembre 2006)

Wednesday, March 6, 2013

Fermín Gabor vs. Ena Lucía Portela

Ena Lucía Portela es una habanera de treintitantos años autora de unas novelas soporíferas y de unos cuentos apreciables pese a las bravuconerías que hay que aguantarle a su protagonista siempre mujer, siempre escritora, siempre lesbiana, siempre ella misma. Maquinadora de personales futuros gloriosos y despachadora de los demás con frases lapidarias, soñadora de que erotiza a todo animal que le cruce por al lado y soñadora de que seduce al lector a golpe de inteligencia y de ironía, bajo el disfraz de una literatura endiablada Ena Lucía Portela ha escrito algunas de las páginas más bobas de la reciente literatura cubana.
   Djuna Barnes afirmó alguna vez que los escritores norteamericanos se especializaban en exponer las cosas soportables de un modo insoportable, y que a ella afortunadamente le interesaba lo contrario. Lo escrito por Ena Lucía Portela pertenece más al primero de estos grupos que al vecindario de la Barnes. Su especialidad consiste en tomar a algunos conocidos y convertirlos en personajes de sus historias, y tal vez ella sea la mejor exponente de algo que podría llamarse narrativa saprofítica.
   Carente de imaginación como para inventar personajes o situaciones, anda escasa también de filosofía o moraleja o tesis que le entregue algún sentido a lo que copia. Y, una vez desenvuelto el tamal del chisme en sus novelas o cuentos en clave, queda al lector bien poco de sorpresa. Aunque es cierto que, en país de ciegos, su prosa ha sido celebrada por algunos miembros de la ANCI (Asociación Nacional del Ciego).

(La lengua suelta # 6, La Habana Elegante, segunda época)

Tuesday, March 5, 2013

Edmundo Desnoes vs. Reinaldo Arenas

Pero yo me he aislado bastante precisamente porque al principio Arenas se apareció en una de mis conferencias con un grupo de amigos y el encuentro fue a puñetazos. Arenas me creó un problema serio porque me acusó de ser agente de Fidel Castro para reclutar a intelectuales norteamericanos en el mundo académico para la Revolución en Nicaragua. Fue una acusación que hizo ante la CIA, y me vino a visitar el FBI porque ellos decían que yo no podía tener la posición expresada en la antología, y que yo estaba haciendo un trabajo a favor de la Revolución. El no haber atacado al régimen era índice de que yo estaba trabajando para la Revolución. Y eso fue una acusación tremenda, porque eso me trajo al FBI cuando todavía de la guerra fría. Arenas escribió un ensayo de setenta páginas en una revista llamada Kosmos donde –en un ejemplo del poder de la imaginación sobre la realidad– me acusaba que yo estaba enamorado de Fidel Castro porque yo era lampiño y admiraba la barba de Fidel.
   Pero ese no fue un conflicto real. Yo no fui amigo de él, no tuve relaciones con él. Cuando yo estaba trabajando en el Instituto del Libro facilitamos que él escribiera ensayos y propusimos la publicación de su segunda novela. Pero él me veía como representante del poder, y con un poco del espíritu campesino él me vio con aspecto anglosajón y hay un resentimiento por parte de él. A parte de eso no había razón para su agresividad. Quizás él viera una realidad profunda y lo usó como símbolo en el que mi pasión por Fidel se debía a que yo soy lo opuesto de Fidel. Fidel es un hombre de acción y yo no.

(Entrevista con Edmundo Desnoes, por Denis Berenschot, La Habana Elegante, segunda época, No. 30, 2005)

Monday, March 4, 2013

Virgilio Piñera vs. la literatura respetuosa

Cuba es, sin duda alguna, uno de los grandes productores de este tipo de literatura. Viene moliendo esta caña pensante hace sus buenos cincuenta años, y por lo que se echa de ver parece que la molienda respetuosa proseguirá a toda máquina. ¿Cuáles son los ingredientes de tal literatura? Catolicismo, pero no el cristiano sino el literario, es decir hablar y citar constantemente a los místicos, Claudel, a Maritain y al Papa en turno. Añádase después unos cuantos preciosismos, los suficientes para que el producto quede convenientemente adornado. En seguida se echará una gran cortina de humo, (es preciso a toda costa ocultar el pensamiento). Acto seguido se dejará caer en la mixtura dos gotas de lisonja y una (se trata de un producto muy concentrado) de cobardía. La unión de todos esos ingredientes da por resultado el producto conocido por el nombre de Literatura Respetuosa, y se detalla al público en forma de poema, cuento, ensayo, obra teatral o simplemente en su presentación más evanescente, es decir: crítica literaria.
   Por otra parte, como el producto es para el consumo local, su venta está asegurada de antemano. Sin embargo, me he expresado mal: no hay tal venta, ya que el gran público no lo consume. Más bien se trata de un intercambio cuya moneda corriente es el elogio mutuo. No bien el producto está en la calle, y una vez que el tribunal se ha asegurado de su bondad, todos se ponen en movimiento para ponderarlo. Cada cual, según sus posibilidades de alabanza y la dosis de cinismo que estime conveniente. De una cosa puede estar seguro el escritor respetuoso: aunque su producto sea, a ojos vista, en el estricto sentido literario, un mamarracho, el crítico que lo enjuicie se las arreglará para hacerlo aparecer como bueno. Por lo genral sus críticas comienzan así: “El fino (o la fina) escritor X acaba de enviarnos sus versos. Agradezco su fineza, y me complazco en decirle, desde las columnas de este periódico que son muy finos sus versos. Fe y adelante”.
   Pero éstos, diríamos, son los sub-productos. Con la gran producción el peligro se acrecienta. Ya no se trata del escritor que es simplemente un pobre diablo. Por el contrario éste es un buen escritor, y las hadas en su cuna lo dotaron con el talento y la gracia. Nunca se sabrá bien por qué infortunadas circunstancias pasó a formar en las filas de la literatura respetuosa. Por inercia. ¿Por cobardía? ¿Por escalar posiciones? ¿Porque se dio cuenta que en Cuba es ése el único modo de “llegar”? Sea por una u otra causa, lo cierto es que, con el tiempo, su expresión se va haciendo más y más alambicada, más y más inocua hasta parar de cabeza en la Academia de Artes y Letras o ser un monstruo tan respetado que ya no le será posible los deliquios de ser insultado, puesto en tela de juicio o ser sujeto de inspiración para la juventud. Y es que nada se hace impunemente en esta vida. Vuelvo a repetir que las artimañas, zalamerías, carantoñas, cortinas de humo, los apretones de mano, la frecuentación de ciertos círculos traen aparejados la muerte del escritor como tal y, en última instancia, se vuelven contra él como tábanos enfurecidos.

(Las plumas respetuosas, Revolución, julio 1959. Visto en La Habana Elegante, segunda época)

Friday, March 1, 2013

Belkis Cuza Malé vs. Encuentro y Reina María Rodríguez

Los escritores y artistas promovidos por Encuentro son lo que son, no los marginados por la cultura oficialista, ni a los que se les escluye de la UNEAC o La Casa de las Americas. Los homenajes van y vienen como si se trataran de grandes escritores fallecidos, cuando en realidad en su gran mayoría son figurones turbios que viven publicando, paseando y comiendo mientras el pueblo de Cuba sufre hambre y represión.
   Dos Premios Casa de las Americas y todos esos viajes, y la existencia misma de esa “azotea” es de por sí una imputación. No soy yo la que acusa, son los propios hechos. Allí en Cuba todos los escritores oficiales colaboran con la Seguridad del Estado. Y punto.

(Fuera del juego. Respuesta a “Encuentro”, Blog Belkis Cuza Malé, marzo 2007)