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Thursday, October 1, 2015

Armando Añel vs. Rolando Jorge (2)

Rolando, a nadie le ha pasado por la cabeza, a propósito de los debates recientes sobre el “intercambio cultural”, tu supuesta participación en un libro en Cuba. En mi caso, al momento de producirse y filmarse dichos debates ni siquiera podía imaginar que tú, que desde hace años te paseas a lo largo y ancho de la ciudad proclamándote “un lobo solitario”, hubieras rumiado esos pastos. Así que tranquilo, a cualquiera le da un dolor de muelas o tiene la mala suerte de que lo publique una editorial financiada por el enemigo (incluso, dicen que en Cuba la UNEAC ha llegado al colmo de publicar a los exiliados a la fuerza). Lo importante es reponerse y seguir adelante con el convencimiento de que cualquier tiempo futuro tiene que ser, lógicamente, mejor.
   Pero vamos a los puntos, que es de lo que supuestamente RJ quiere que se hable. Primero, nos asegura que no hay en Miami (supongo que se refiere a esta ciudad) “una maldita editorial” que ayude a publicar y promocionar a los escritores cubanos y de otros países, y se equivoca. Las hay, y son varias. Por mencionar solo dos que me tocan de cerca: Neo Club Ediciones y Alexandria Library. Por si fuera poco, el excepcional abaratamiento de los costes de producción del libro en los últimos tres años (Amazon es el culpable, que diría el bolero) pone la autopublicación al alcance de cualquier bolsillo en Estados Unidos, un país donde casi nadie gana menos de ocho dólares la hora. Lo único que hay que hacer es trabajar.
   Asegura RJ en su segundo punto que “la llamada Feria del Libro de Miami es una maldita mentira: no les interesa la literatura para nada y mucho menos la poesía o los autores de aquí”, y por una vez estamos completamente de acuerdo. No solo es maldita la mentira, sino ridícula. Pero dicho esto, me pregunto dónde andaba metido RJ cuando en el año 2011 se debatió durante semanas en Neo Club Press y otros sitios digitales sobre la censura en dicha feria, pretextando que eran autopublicados, de dos libros producidos por Alexandria Library. ¿En qué cueva se escondió? RJ, como tantos otros “intelectuales” de la ciudad que conocían muy bien dicho debate, callaron por miedo, oportunismo o simple inercia (que nadie se ofenda, son solo inoportunos pensamientos que me vienen a la cabeza y que no me queda más remedio que zarandear).
(…)
   Abunda RJ en su tercer punto diciendo que no existe “un concurso literario de ningún tipo” en Miami, y ya miente abiertamente, me pregunto otra vez si para provocar exposición. Este mes de noviembre, por ejemplo, se darán a conocer las bases del segundo concurso de narrativa erótica Los Cuerpos del Deseo (internacional), y Alexandria Library y Neo Club Ediciones preparan en conjunto otro premio de poesía y narrativa a convocarse en la primavera de 2014. No hay que olvidar, sin embargo, el importante precedente de Letras de Oro, concurso de envergadura que por diez años se convocó en Miami. Pero RJ prefiere mirar para otro lado, convencido de que las cosas que él no ve la gente las entierra sin ceremonia.
   En su cuarto punto, RJ asegura que no existe hasta hoy una revista literaria importante… ¿en  Miami o el exilio entero? La verdad es que han existido múltiples revistas importantes, aunque la continuidad en algunos casos no haya podido garantizarse. Hay que recordar además que una revista literaria producida en el exilio, Encuentro de la Cultura Cubana, fue muy superior a cualquier publicación de su tipo producida en Cuba durante los más de diez años en que circuló. Se producía en Madrid pero circulaba fluidamente en Miami, a donde arribaban cientos de ejemplares. Y esto para no hablar ya de revistas electrónicas (escritores como Luis de la Paz o Reinaldo García Ramos han  editado algunas de ellas). Desde hace años vivimos un proceso de sustitución del papel por lo digital, y en este contexto es un poco utópico esperar una revista impresa ahora mismo, pero publicaciones online hay muchas, y de excelente calidad.
   Para RJ, no hay en Miami “ninguna organización donde se puedan reunir los escritores a debatir ideas, libros, trabajos”. Eso afirma en su quinto punto, pero existen espacios de sobra para ello. Peñas, tertulias y encuentros de toda clase proliferan en la ciudad. El problema, sospecho, es que Rolando Jorge prefiere una teta que lo amamante, una “organización” tipo UNEAC que distribuya gratuitamente entre los declamadores ron albañal con refresco de polvito. Se va a poner viejo esperándola. Esto es Estados Unidos, un país donde el individuo prima sobre lo colectivo y, precisamente por eso, nos refugiamos en él.
   En su sexto punto RJ se queja de que los medios de difusión masiva están en función del entretenimiento y la política, jamás de la literatura. Me pregunto de debajo de qué piedra salió nuestro quejoso. ¿Dónde, en qué país o sociedad, los medios de difusión masiva han estado en función de la literatura? Ni siquiera bajo el totalitarismo. El propio concepto excluye en gran medida lo literario: “medios de difusión masiva”. ¿Desde cuándo la literatura considerada “seria” es masiva?
   Finalmente, Rolando Jorge nos deja como punto siete un “etc., etc., etc.”. Adivina adivinador. Después de tildar de “perros”, “mafiosos” y “plumíferos” a quienes de una manera u otra, durante años, le han tendido la mano o han abordado complacientemente su literatura, el Punto 7 es el Punto G de RJ: El afán de figurar como enfant terrible. Pero lo verdaderamente terrible, Rolando, lo impresentable, es que todavía haya lobos que para roncar cuenten ovejas.

(El ronquido del lobo solitario. Neo Club Press, octubre 2013)

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