Ya dije que en el amor se interioriza al otro; también se heredan venturas y desventuras. Vivimos dentro del antagonismo agresivo y feroz de sus hijos y ex mujeres a partir de febrero de 1997, cuando Heberto sufrió dos infartos seguidos y pasó dos años y medio sin trabajar. Situación que se recrudeció después de su divorcio. El silencio que mantuvimos al respecto ya no tiene sentido y si he decidido romperlo ha sido motivado por el crimen cometido con el patrimonio literario de uno de los escritores cubanos más importantes del siglo XX.
En el verano del 98 Heberto hizo arreglos con un anticuario de libros de Boston para que lo representara a la hora de disponer de sus libros, papeles, manuscritos, correspondencia, etc. Heberto le explicó que Belkis, durante la separación, le había escondido doscientas cajas con sus libros antes de marcharse a Texas y nadie sabía donde estaban. Tenía todos los derechos legales para recuperarlas, pero desafortunadamente en esas fechas le sobrevino el ataque al corazón que lo colocó al borde de la muerte. Heberto ya no tendría fuerzas sobrantes para una lucha familiar interna.
(El invierno del poeta, Encuentro de la cultura cubana, No. 19, 2001)
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ReplyDeleteImbecil, hijo de puta
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