Después de pensarlo mucho he llegado a la conclusión de que Armengol desea secretamente que Zoé Valdés lo sodomice. Parece extraño, ya lo sé, pero las cosas del sexo suelen ser así de raras algunas veces. No encuentro otra explicación a la evidente fijación que sufre el periodista de El Nuevo Herald con la escritora cubana radicada en París.
Armengol, como se sabe, ha decidido hacer carrera criticando a los cubanos de Miami. Me parece bien. El material es suculento. Se coincide ahí con toda la crápula castrista infiltrada en los medios de comunicación de Miami, pero todo tiene su lado ingrato en la vida. Y la vida es riesgo o abstinencia, como dijo el Maestro.
(Blog Emanaciones)
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