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Friday, April 10, 2015

Belkis Cuza Malé vs. Francisco Morán, Lourdes Gil y Encuentro

En primer término, la nota de prensa —aún con el cuerpo insepulto de Heberto— donde se decía que el poeta había estado haciendo gestiones para regresar a Cuba. Luego, la aparición del número de La Habana Elegante dedicado a Heberto, donde inescrupulosamente se apropian de su obra sin solicitar permiso alguno, y su director, Francisco Morán, entrevista a la mujer que ahora trata de convencernos que amó al poeta. Para los que no conozcan esta triste historia sirva de recordatorio la forma en que Heberto murió en Alabama, solo, absolutamente solo, como lo había estado siempre en estos años finales.
(…)
   Por extraño que parezca, desde el mismo día de la muerte de Heberto, he visto crecer ante mis ojos un nuevo fenómeno: el de la calumnia. La vocera ha sido siempre la misma señora de esta historia, pero todo parece indicar que el amo es otro. Nadie que no estuviese apoyado por fuerzas superiores, sería capaz de enfrentar un proceso de difamación tan costoso como peligroso para la reputación de los involucrados. No soy yo ahora la que acusa a la señora Lourdes Gil de difamación, es ella la que tras poner las cartas sobre la mesa, la que tras reiterar en su entrevista en La Habana Elegante, que Heberto estaba haciendo gestiones para volver a Cuba a un acto de restitución, está diciendo muy a las claras lo que oculta.
   ¿Se trata —me pregunto—, de las maquinaciones de una mujer que quiere vivir de la fama del hombre que en vida maltrató, o se trata de toda una campaña de descrédito no sólo de mi persona, sino de la del propio Heberto Padilla? El Gobierno de Cuba, la tiranía castrista, ha estado acosándome desde la muerte de Heberto, como lo hizo en Cuba a partir del Caso Padilla, cuando a fin de eliminarme del panorama literario y político de Heberto, no paró en sus intentos por desprestigiarme.
   Prueba de esto es ese amañado número de La Habana Elegante con la autocrítica de Heberto, donde se eliminan todos los párrafos en que me menciona, así como la entrevista en la que Lourdes Gil recurre a la más vil difamación y a la mentira. Incluso, inventa un "torturado amor", pues, según ella, estaban siendo perseguidos por todos nosotros, sus ex esposas y sus hijos, quienes les grabábamos todas las conversaciones. Llega incluso a decir que Heberto vino engañado a Texas porque se le dijo que su hijo había tenido un grave accidente. Cuando en realidad, fue Heberto quien llamó y pidió venir, quien se brindó a dar una conferencia aquí en Fort Worth, en La Casa Azul: Centro Cultural Cubano, y que en su momento no sólo se anunció en el Internet, sino en los medios de prensa. Y que resultó ser, por paradojas del destino, la última que dictaría.
   Tras su aporte a ese número de La Habana Elegante, en el cual el director le agradece su colaboración especial, porque sin ella hubiera sido imposible realizarlo, Lourdes se asocia a la profesora Patricia Pardiñas Barnes en la creación del Coloquio 2001 que ahora se celebra, y que en un gesto de descortesía sin nombre, no invita a ningún miembro de la familia Padilla, ni siquiera a las veladas artísticas y sociales.
   En medio de la preparación de este coloquio, la revista Encuentro, a cargo de Jesús Díaz, uno de los invitados al mismo, en su número de Invierno del 2001, publica otra de las hazañas de Lourdes Gil: un "homenaje" a Heberto Padilla, con textos, entre unos pocos, del propio poeta y de "la cantante" (como ya han comenzado a llamarla algunos, por ser también el nombre de una artista del género). Tiene no sólo la osadía de publicar un texto apócrifo de Heberto, como son esas supuestas memorias del exilio, que dice escribió junto a ella. Heberto no escribía nada desde hacía muchos años, desde los años primeros de Princeton. Y, por supuesto, mucho menos un texto torpe como ése, lleno de mentiras, injurias contra mí, datos, nombres y fechas que no concuerdan en espacio ni tiempo. La señora se ha dedicado a reeditar otros textos, a los que ha interpolado esas calumnias puestas ahora en boca de Heberto, cuando en realidad es ella la que piensa así. Tengo la certeza de que esta mujer miente intencionalmente y la emplazo a que haga público dicho texto.
   Denuncio, pues, a la opinión pública, este nuevo Caso Padilla, porque esta vez es el gobierno de Cuba, el verdadero amo, quien intenta hacer aparecer a Heberto como un marxistoide, un izquierdista que detestaba al exilio, a su familia y a Belkis Cuza Malé. Quiero que Lourdes Gil muestre la copia original de esas "memorias del exilio" de Heberto, pues a mí no me puede engañar. Es notoria su deshonestidad, el ardid que usó, al otro día de su muerte, para apoderarse del pasaporte de Heberto, su certificado de ciudadanía, e incluso una tarjeta de crédito a nombre de mi hijo que le había entregado yo durante su estancia aquí en mi casa. En todos los sitios se hacía pasar como su esposa, y tengo pruebas de cómo manipulaba los asuntos de éste durante su breve estancia en el College of Columbia, en Georgia, las cartas falsas que escribía a nombre suyo, así como la invención de todo tipo de artimañanas para rodearse de escritores y artistas célebres.
(…)
   Un día, Jesús Arboleya, quien entonces fungía al frente del departamento de prensa y propaganda en la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas, me llamó para ofrecerme la lista de unos ciento cincuenta profesores, académicos, artistas y escritores cubano-americanos pro castristas, con los que Cuba deseaba que yo me relacionara. En esa lista, me recalcó en especial los nombres de dos mujeres: Lourdes Gil y otra persona, y me pidió en especial que no dejara de ponerme en contacto con Lourdes, una poetisa que el año anterior (1978) había ido a Cuba como invitada al Festival de la Juventud (evento internacional comunista que ese año se celebró en La Habana). No pasaron muchos días sin que Lourdes y una amiga, acompañadas de un poeta puertorriqueño de nombre Orlando, aparecieran por casa en Elizabeth, New Jersey. Traían incluso un hermoso cake de fresas comprado, dijeron, en la terminal de trenes de New York.
   Así conocí a la misma que hoy calumnia a diestra y siniestra en cuanta publicación encuentra, y no tiene reparos en presentar al poeta de Fuera del Juego como un grotesco personaje, lanzando improperios contra su esposa de treinta años y madre de su hijo, y gestionando una visita a la Isla, en busca de perdón. ¿No les suena demasiado raro todo esto?
   A mí, que he vivido de cerca las malévolas campañas de la Seguridad del Estado, que en Cuba no se cansó de intentar aplastarnos, y que ahora está usando las propias instituciones del exilio contra la imagen del hombre que generó el primer y gran brote de disidencia de los intelectuales cubanos, nada puede extrañarme ya. Hoy es ese acto en la Universidad de Miami, el "homenaje" de la revista Encuentro, las calumnias y la apropiación ilegal de los poemas por La Habana Elegante, el anuncio de la publicación de otros textos apócrifos del poeta (sin la autorización de la familia). Mañana, ¿qué?

(¿Fuera del juego? La Nueva Cuba, abril 2001)

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