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Tuesday, December 30, 2014

Amir Valle vs. el silencio de escritores cubanos

Finalmente, es necesario que den una respuesta aquellos que han estado bien cerca de Ángel Santiesteban durante casi ya treinta años y que hoy están en puestos de poder o influencia o relaciones suficientes como para poder evitar que sea encarcelado ese mismo Angelito, el escritor, su “hermano” hasta hace poco, alguien con el que compartieron alegrías y tristezas, momentos terribles y de gloria. He jurado muchas veces no escribir en mis artículos críticos el nombre de ningún colega, de ningún amigo o antiguo amigo. Lo he cumplido, salvo en el caso de mis críticas públicas contra la inmoralidad del más inmoral y oportunista de los escritores cubanos: Miguel Barnet, quien también debería hacerse el favor de pronunciarse apoyando a ese Ángel Santiesteban que no por casualidad es miembro de la UNEAC, la institución que Barnet preside.  Pero ahora rompo ese juramento y, para citar sólo a quienes en Cuba sé que estuvieron hermanados con Ángel Santiesteban, pregunto: ¿dónde estás tú ahora, Abel Prieto, que tantas veces mencionaste a Ángel como el mejor cuentista de mi generación y, en dos ocasiones ante mí, elogiaste el gran ser humano que es?; ¿dónde estás ahora Eduardo Heras León, tú, que pasaste años enteros hablándonos de la necesidad de poner la ética y la verdad como única condición válida para alimentar nuestras vidas y nuestras obras con el sello de la autenticidad literaria y humana?; ¿dónde estás ahora Francisco López Sacha, tú, que sabes bien cuán limpio, cuan humilde, cuan grande es el corazón de Ángel Santiesteban? Puedo mencionar a otros, pero ahí lo dejo. Sólo bastaría que ustedes tres se sentaran a conversar (igual que en otras ocasiones se confabularon en acciones nobles e innobles y ahora más que uno de ustedes está al lado del dictador, tú, Abel) para evitar que lancen a Ángel Santiesteban detrás de las rejas. Sé que Ángel intentará convencerme de que no tienen otra opción que la de callar, mirar a otro lado, hacerse los sordos. Sé que los perdonará si no mueven ni un dedo a su favor, incluso en los momentos más difíciles de esa prisión que hoy amenaza su vida. Pero créanme todos, escritores, artistas, intelectuales de la isla o de otras partes, aludidos en estas palabras, si Ángel Santiesteban tiene que cumplir aunque sea un día de esa injusta condena debido al silencio por miedo o conveniencia, sé que siempre que piense en sus nombres, en sus carreras profesionales, en sus libros escritos y por escribir, encontraré como mi respuesta aquellas dignas palabras que el gran Eliseo Diego pronunció ante los desmanes que comenzaba a vivir la gente de nuestro pueblo a causa de la locura enfermiza de poder de esos mismos políticos que hoy desgobiernan a Cuba: “que los perdone Dios, yo no puedo”.

(Angel Santiesteban va a la cárcel y nadie dice nada, Blog Amir Valle, enero 2013)

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