Y así, durante años, Jesús Díaz, un escritor y un cineasta del realismo socialista cubano, apoyó al castrismo y a los fusilamientos que el castrismo llevó a cabo. Desde la revista castrista Pensamiento crítico pasando por el magazine El Caimán Barbudo hasta Cubaencuentro Jesús Díaz fue uno de los peores extremistas que el castrismo usó a sus anchas. Tanto, que ni siquiera un niño podía hacer chistes contrarrevolucionarios delante de él, porque así le ocurrió al hijo de un editor de sus películas, en el ICAIC, que siendo un niño hizo un chiste en contra del gobierno mientras Jesús Díaz y su padre estaban en la moviola, editando uno de sus bodrios pro castristas y anti exilio, entonces el director Díaz se volvió hacia el niño con el dedo en alto: “Para hacer chistes contrarrevolucionarios hay que ser un revolucionario”.
Sin contar los numerosos cartelitos que colocaba el Secretario General del Partido del ICAIC, Jesús Díaz, en el mural de trabajadores cuando alguno faltaba al trabajo voluntario, y cómo soltaba la frasecita sata de “Fulano es un maricón” para describirlo como desafecto a la revolución.
(Dormir de un solo lado y bajo techo de vidrio, Blog Zoé Valdés, enero 2012)
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