El nombramiento oficial ocurre en 1993. Desde ese mismo César referido en carta, llega a Cintio Vitier el título de diputado de Bayamo a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Escasa relación habrá tenido el diputado con tal ciudad. Ni nacido allí, ni residente, no conoce a quienes deberían ser sus electores. Pero es título que le llega por edicto y desde lo simbólico, porque Bayamo está al comienzo de la poesía cubana y de las luchas independentistas del siglo XIX. Espejo de Paciencia, el primer poema de la literatura cubana, tiene como escenario a sus alrededores (Vitier ha hecho una valiosa edición de esa obra) y, lo mismo que Moscú ante la invasión napoleónica, Bayamo fue quemada por sus pobladores antes de entregarla al enemigo.
Resulta entonces altamente simbólico que el César que arrasa nombre a Cintio Vitier diputado por la ciudad quemada. La asamblea de militantes comunistas ofrece escaño al católico practicante como premio a sus intensas búsquedas de coartadas políticas en Martí, a sus esfuerzos por relacionar la labor del grupo Orígenes (y toda la historia intelectual de la nación) con la revolución de 1959. El Estado Prusiano condecora a su Hegel.
(El libro perdido de los origenistas, Renacimiento, Sevilla, 2004)
No comments:
Post a Comment