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Monday, October 5, 2020

Francisco Morán vs. Gastón Baquero y Cintio Vitier (y su crítica a “La isla en peso” de Piñera)

¿Qué vemos en los dos, en Baquero y en Vitier? Lo primero es el racismo subyacente a ese rechazo radical del poema de Piñera, en tanto este transforma a Cuba, a los ojos de ellos, en la abyección misma. Lo abyecto es aquí lo antillano, que es el lugar de la barbarie y de la negritud. La “culpa” de Virgilio consiste, pues, en haber “anexado” a Cuba, en haberla enredada, conectada, “contaminada” a “una antillanía y una martiniquería que no nos expresan, que no nos pertenecen” (Baquero). Pero para poder entender la verdadera dimensión de ese racismo, hay que ver que la separación y la hostilidad hacia la negritud se fundan nada más y nada menos que en el excepcionalismo cubano. He aquí, en la República, vivo y actuante, el miedo a Haití del racismo colonial.

   En el caso de Vitier, su invocación “mi patria” deja al descubierto la entraña racista de la cubanidad. Esa “patria” ¿no es acaso la del esclavista José de la Luz y Caballero,” la de los esclavistas y racistas también Domingo del Monte y José Antonio Saco? ¿No es la misma que quiere canonizar a Félix Varela por, entre otros logros suyos, una propuesta abolicionista que él mismo se encargó de aclarar era para beneficiar a los criollos ricos? Vitier pone raya por medio entre la “pestilente roca” de La isla en peso – la “antillanía” y “martiniquería” a que se refiere Baquero – y SU PATRIA. Es decir, la patria de los Orígenes, del gran sol del Mundo Moral, la patria de los fundadores: la de los amos de esclavos, dueños de ingenios, enemigos de la trata cuando les convino, y siempre racistas. La “pestilencia” de la roca es el olor, el tufo amenazante, portador de enfermedades y virus; lo que a su vez exige una operación higienista que elimine ese foco de contagio amenazante. Vitier lo dice bien claro: en esa “roca pestilente” ni puede, ni quiere vivir. La roca apestosa, el negro, la vida de los solares y las cuarterías, son el AFUERA de la Isla, y de lo que hay que proteger su prístino, impoluto ADENTRO, que es el de la Patria. La pistola de Castro sobre la mesa en las reuniones de la Biblioteca Nacional marca la apasionada separación que querían Baquero y Vitier. Quedaban claras las opciones: Con la Patria, todo; Contra la patria, ninguna la roca pestilente.

(“¿El mismo pan terrible? República & Revolución”. Publicado en Facebook, julio 2020)


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