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Friday, September 23, 2016

Ricardo Luis Hernández Otero vs. Jorge Camacho en defensa de un cuento supuestamente martiano

Aunque no lo conozco personalmente, lo estimo por ser un colega de profesión, amante de la investigación y con especial apego a José Martí, como yo. Referencias tengo de sus trabajos en torno al tema, incluso no ha mucho supe de sus hallazgos de textos desconocidos de él que reprodujo “La Estrella de Panamá” a partir de que aparecieran en las lamentablemente inencontrables “La América” y “El Economista Americano”.
   Aun varios días después de que cubaencuentro acogiera y lanzara al ciberespacio sus apresuradas –no puedo calificarlas de otro modo– notas acerca de “Irma”, cuento probadamente –en mi criterio– de José Martí, no logro entender las razones que haya tenido usted para, en estos precisos momentos, exponer públicamente sus ideas al respecto. Créame si le digo que no sé si agradecerle o reprocharle el que haya puesto en amplia circulación mi nombre y mi prestigio como investigador. Dicen que alguien dijo: Que hablen mal o bien es lo de menos, la cuestión es que hablen. No me muevo en esas coordenadas, aunque acepto las críticas a mi trabajo si son fundamentadas y respetuosas. No todos tenemos que pensar del mismo modo, ni ante un asunto específico llegar a similares conclusiones, como es el caso que nos ocupa. 
   Por otra parte, pienso que quienes conocen mi trayectoria como investigador cubano –que no castrista, como han apuntado algunos comentarios queriendo generalizar– estarán extrañados de que yo haya podido cometer, según su autorizado –aunque erróneo, en este caso– parecer, semejante dislate; quienes no hayan sabido de mi hasta este instante –a lo cual tienen todo su derecho–, se formarán una idea errada de mi persona y de mi quehacer en torno a la cultura y la literatura cubanas.
   Le escribo para que sepa que estoy releyendo mis palabras de presentación de “Irma” como cuento de José Martí y acopiando otras informaciones para responder adecuada y respetuosamente a su artículo, con elementos probatorios de que usted está mal enrumbado en sus afirmaciones sobre el verdadero autor del cuento y de que no aporta suficientes elementos probatorios de las mismas. La tarea no me será difícil, pues no tengo más que remitir a mi presentación del cuento, donde todo, según entiendo, está más que claro y probado, con elementos que usted olímpicamente soslaya porque no se avienen a sus conclusiones. Estoy indagando también en la vida y obra de Santiago Pérez Triana para corroborar mis criterios.
   En estos momentos me encuentro en Estados Unidos, donde he realizado algunas presentaciones en universidades y colleges de varios estados, algunas de ellas sobre resultados investigativos personales o en colaboración con un colega, en torno a novedosos aspectos relacionados con la obra de Martí. Imagino que cubaencuentro me permita, en mi condición de afectado por el trabajo de usted sobre “Irma” divulgado por ella, publicar allí mismo mis descargos.

(Publicado en la red, abril 2016)

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