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Friday, July 29, 2016

Rafael E. Saumell vs. Abel Germán Díaz Castro

De entrada declaro y enfatizo que como cualquier lector considero que mis criterios no son infalibles, que aplaudo y promuevo la crítica discrepante siempre que esté consagrada a enriquecer las obras examinadas y que tenga lugar en un marco profesional y respetuoso. No soy miembro de ningún club de admiradores a ultranza de ningún escritor ni utilizo la crítica ni las polémicas para rendirle pleitesía a nadie. Tampoco me interesa caerles en dúo o en pandilla a los críticos que no comparten mis juicios de valor. Lamentablemente, en cuanto a Abel y a Marco Tulio tengo que confesar que sus motivaciones no son nada literarias. Más bien han actuado como escuderos de su causa favorita, y demostrado que están dispuestos a magullar a cualquier sospechoso de no comulgar con ellos.
   Cuando Amir me avisó que iba a publicar un trabajo adverso al mío lejos estaba de imaginar que al final serían dos, sin cortar la “Nota Editorial”. Naturalmente, los leí y releí, atento siempre a encontrar y aceptar observaciones pertinentes, bien fundamentadas y encaminadas a lograr una mejor apreciación de la obra en disputa. Para mi frustración, nada hallé de lo esperado. Entonces me pregunté muchas veces si acaso los antagonistas de referencia habrían leído de verdad el trabajo. Repito: me entusiasman las diferencias de valoración. Eso es lo saludable. Lo insano es polemizar mediante la deplorable manipulación de unas cuantas citas extraídas de su contexto para llegar a la conclusión interesada de que yo pretendí serrucharle el piso, de forma oblicua,  a la obra de Viera.
   Quien no haya leído lo que antes publiqué podría llevarse la impresión de que este servidor es un canalla. Aclaro lo siguiente: si quiero adelantar un juicio desfavorable de algún libro, lo hago honestamente, sin que falten la integridad, el tacto y el obligado rigor conceptual.  El archivo de esta revista contiene numerosas pruebas al respecto.
   Abel Germán me atribuye intenciones veladas, encaminadas a cuestionar la validez de su prólogo de la novela en cuestión y de los juicios de un grupo de reconocidos autores que, según la versión suya, están en pugna con mis supuestas descalificaciones. Es decir, me echa a los leones para que me descuarticen a zarpazos y a dentelladas, para aniquilarme, en suma, por unos pecados terribles que habría cometido. Los siguientes son los ejemplos que llamaron mi atención. a) A Saumell la novela le parece floja pero lo dice a la sordina; b) le irrita que aluda a dos referencias culturales que advierto en la novela. Sobre todo se encabrita cuando menciono al rey David que, según él, nunca ha ido a Santa Clara. Pobres poetas, escritores y creyentes de esa ciudad, digo yo de paso; c) “Saumell mata al mensajero”. Es decir, soy un homicida en sentido literal y figurado; d) Saumell [no el narrador] “cita y esquematiza a los personajes”; d) Me acusa de considerar la novela de Viera como aburrida, predecible y monótona, a pesar de que me señalo por las claras a la vida en la Santa Clara del narrador; e) mi preferida entre todas las metrallas que lanza: “Saumell se aplica en “reventar” o “destripar” la novela. [En otras palabras, le hice un mitin de repudio a la novela]. Por contar, cuenta hasta la frase con que Viera cierra el libro.” [Arruiné el final, qué barbaridad].
   Simple y sencillamente, invito a los interesados a leer mi trabajo y no a dejarse llevar por el listado de mentiras que acabo de reproducir. Realmente, el tono, la adulteración de la fuente sobre la que pretende basarse,  los dictámenes engañosos y torcidos empleados por Abel son deplorables y algunos delatan que hay una buena dosis de ignorancia y de veneno en los dardos lanzados contra “el profesor Saumell”. Resulta muy grave y constituye una inexcusable falta de respeto falsear y manipular ideas para enmascarar lo que en resumen son ataques personales gratuitos, inaceptables e imperdonables.

(Quieren bailar en casa del trompo: Respuesta a Abel Germán y Marco Tulio Aguilera. Revista Otro Lunes, # 39, enero 2016)

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