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Wednesday, August 14, 2013

Virgilio Piñera vs. Gastón Baquero (2)

¿Cómo escribir a un personaje muerto? ¿Cómo moverle? ¿Cómo interrogarlo? Por la prensa supe de tu muerte. El periódico Información rezaba: “El Premio Justo de Lara adjudicado a Gastón Baquero, etc., etc..” La noticia no me tocó de sorpresa: ya se rumoraba días antes la gravedad de tu estado, consecuencia fatal de un terrible mal contraído meses atrás.
   Y es una muerte más pavorosa que todas las muertes, por razón del corto número que somos contra el largo “que está”. El momento cubano es terrible en todos los órdenes. Cada día la conspiración contra la inteligencia gana nuevas posiciones; cada día sus conspiradores ganan un neófito más. El ganador de hoy eres tú. El de ayer fue Justo Rodríguez Santos. ¿A quién le tocará mañana? Y recuerda que esta gente no concede nada gratuitamente; que tampoco se es ganador de un Justo de Lara, o de cualquier sucedáneo, impunemente. No quiero decir que hayas tenido que pactar para que te lo confiriesen: ningún periodista de Cuba te podría ganar, como se dice en buena lid ese galardón. Sino que tu entrada al mundo de las concesiones, de los paños calientes, de las aguas mansas te hizo criatura amorosa de toda esa ralea intelectual. Hoy ya eres el periodista Gastón Baquero, Premio Justo de Lara; que asiste a banquetes martianos a Pinar del Río para hacer el panegírico de Mañach; que forma en la ronda de la mascarada martiana para aplaudir la idea de una que se dice escritora mexicana. Y así por este camino. Claro que otro no tan rosado como éste era, por ejemplo, el de Espuela de Plata o el de Clavileño; jamás ninguno de los señores que ahora te premian te hubiese premiado por un ensayo como el titulado “Los Enemigos del Poeta”. Las razones son obvias. Ha sido necesario que descendieses hasta Varona para ser comprendido y estimado. Se comienza a tener perros de lujo.
   Pienso fríamente que todo esto responde a una profunda cuestión orgánica. Tú eres así y nada podrá cambiarte. Todo se resume al fin y al cabo en esa amarga frase que Diderot pone en boca de Jacques, en Jacques le fataliste e son maitre: —“Cela etatit ecrit la-haut…” Sí, Gastón, cada hombre tiene la vida que quiere, y tú has escogido la vida que te llamaba. Será toda una vida muy recta, muy ciudadana, llena de cívicas virtudes, amado de tu pueblo, honrado por tus iguales, pero en todo diferente a aquella vida llena de “destierro, silencio y astucia” conque Joyce se fortificaba.
   Es así que tu nueva vida o tu amarga muerte está asegurada. Desde ahora mismo puedes comenzar a disfrutarla.

(Virgilio Piñera, de vuelta y vuelta. Correspondencia 1932-1978. Ediciones Unión 2011)

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