¡Maravilla lo que ocurre con este poeta! Nace en el campo, es de familia pobre, se dedica a las faenas agrícolas; de modo que pocos como él podían haber dado una nota típica a nuestra poesía, ya que ninguno estaba tan en contacto con la espléndida naturaleza americana. Pero no se inspira en ella, parece desconocerla, y va a cantar en versos estruendosos la Purísima Concepción de la Madre del Verbo, o su fingido amor a Udeliquia, que no se sabe si es pastora o ninfa peregrina de los contornos de su hacienda. Pudo ser un poeta popular, y no fué sino un insoportable pseudoclásico.
Palabras altisonantes, figuras forzadas, símiles impropios, y, por encima de todo, una vulgaridad inmensa en las ideas y una falsedad manifiesta en los sentimientos del poeta, son los caracteres de estos versos…
(Ensayos de literatura cubana, Madrid, 1922)
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