La cuestión no es tanto, que también, si la negativa a publicar el artículo de BCM constituye evidencia de censura en Encuentro en la red. La cuestión es, a mi juicio, el por qué los rencores privados de BCM se convierten en cuestión a discutir en público. El por qué sus cuitas matrimoniales y sus infructuosos desvelos con la literatura, han de tener más espacio que el de las cuatro paredes de la Casa Azul, Heberto Padilla Cultural Center, cuya misión, leo en su site “is to be… a center for human development, with emphasis in art and culture joined together with non-excluding spirituality, or religious, with postulates based in the historical figure of Jesus, the Son of God”. Por cierto, ahí sí que veo un insulto a la memoria del poeta de Fuera del juego.
(Blog El Tono de la Voz, 2007)
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