Aquel que conozca de cerca la larga y sólida tradición de realismos de la literatura cubana —realismo que hoy se disfraza preferentemente en las formas del folclor, formas que las editoriales europeas, y sobre todo las españolas alientan con fervor lascivo—, sabe de qué estamos hablando al enfatizar la importancia de una Ficción en el orden del Absoluto, aun con la cantidad peligrosa de metafísica que pueda contener dicha expresión.
En un país donde el Estado ha alentado una política cultural de escritores artesanos cuyo realismo es peor que el realismo socialista porque se enmascara detrás de los supuestos eternos de la literatura, cualquier fuga de la escritura y cualquier posibilidad de “pensar” escribiendo ha sido mirada desde la incredulidad, la incomprensión o la suspicacia, incluso por el propio gremio intelectual cubano, hoy inseparable del Estado.
(Olvidar Orígenes, Diáspora[s], No. 1, 1997)
Tremendamente lucido este escritor cubano
ReplyDeleteHe seguido con fervor su narrativa y poesia