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Monday, November 23, 2020

Fermín Gabor vs. “Antón Arrufat. Autorretrato sin enmiendas”, de Carlos Espinosa (2)

"Volviendo a mis hábitos como escritor, no reescribo", declara Antón Arrufat a Carlos Espinosa Domínguez.

   Ah, qué bien. Estamos en una página crucial del recién aparecido "Antón Arrufat. Autorretrato sin enmiendas" (Los Libros de las Cuatro Estaciones, Kansas, 2020).

   Antón Arrufat, que vio salir de un prostíbulo a Jorge Mañach y supo de labios de una prostituta lo que Mañach hizo con ella allá adentro, parece dispuesto a confesar lo que él hace cuando se queda a solas y escribe.

   "De hacerlo", dice del reescribir, "habría recibido ya muchos premios y estaría camino del Nobel".

   Creo que este es un momento perfecto para aclarar que tanto las frases elegidas de las prosas de Leonardo Padura y Senel Paz publicadas aquí como esta frase arrufatiana que acabo de teclear, son exactas y verdaderas. Invención de esos autores a los que les han sido adjudicadas y de ningún modo invención mía.

   Corte al Paseo del Prado. Exterior, día. Caminan dos escritores, uno anciano y el otro maduro. Van de la estatua de Manuel de la Cruz a la estatua de Juan Clemente Zenea o viceversa. Pasan entre leones. El anciano es Arrufat. El maduro, Senel Paz. Los llamaremos (por títulos de sus libros) Pequeñacosa y Niñoaquel.

   Van Pequeñacosa y Niñoaquel por el Paseo del Prado. Laureles y leones. Laureles, que con sus hojas se tejen las coronas del triunfo. Leones, que así trata la lengua inglesa a las grandes figuras literarias. Pequeñacosa, Niñoaquel, laureles y leones.

   Hablan de la gloria y Pequeñacosa suelta: "Vargas Llosa caminaba conmigo por La Habana. Vino cuatro o cinco veces y paseábamos juntos".

   Fue por los años en que él hacía la revista "Casa".

   "Y ya tú ves", agrega, "él es Premio Nobel y yo no".

   Eso está en este libro del cual hablo. No le he añadido nada, lo refiero casi con las mismas palabras, con idéntica lógica. Pequeñacosa cree que la gloria se pega de andar juntos, que el Nobel es el coronavirus.

   En respuesta, Niñoaquel mira muy serio a su interlocutor y le pregunta cuántas novelas ha publicado Mario Vargas Llosa.

   Bufido de guagua que abre la del medio, y también la de atrás, como respuesta.

   Y Niñoaquel pregunta a Pequeñacosa cuántas novelas tiene escritas él.

   Alza este último los dedos en V como solía alzarlos Churchill.

   "Con dos novelas no se puede ganar el Nobel", lo disuade Niñoaquel. "Vargas Llosa se ha dedicado a trabajar y nosotros no".

   Volver de Manuel de la Cruz a Juan Clemente Zenea o de Juan Clemente Zenea a Manuel de la Cruz es una las tareas más extenuantes que habrá podido imponerse este par de humanos bajo el peso de sus haraganerías sin reconocimiento.

   Eduardo Abela los coge a los dos y los hace Bobo y Sobrino en ese mismo paseo. (Eh, eh, Bobo y Sobrino no es mal nombre para una empresa comercial.) Carlos Espinosa Domínguez, sin nada de Abela, habrá transcrito la anécdota con total seriedad.

   Se toma tan en serio su trabajo Espinosa Domínguez que inicia el libro con este aviso: "Este libro que ahora ve la luz viene a integrar, de modo natural y orgánico, una trilogía con dos anteriores que he publicado, 'Cercanía de Lezama Lima' (1986) y 'Virgilio Piñera en persona' (2003)".

   No sé de qué forma natural y orgánica un escritor como Antón Arrufat, reescriba o no reescriba, puede colocarse en interés público a continuación de José Lezama Lima y Virgilio Piñera, protagonistas de dos volúmenes que agradecemos a Espinosa Domínguez. Ha de ser que cuando el pedal de la máquina de coser coge carrera, da igual coser un bajo más. Es Singer y la máquina canta.

   Pero si lo que Carlos Espinosa Domínguez quiere es seguir tirándose en chivichana por la escalera del Capitolio, que no lo deje en trilogía y vaya a tetra. Que la cultura cubana anda necesitada de un libro donde Ambrosio Fornet revele cuáles son sus hábitos de escritura y confiese si reescribe.

   Y si escribe.

   Ambrosio Fornet fue más amigo de Vargas Llosa que Arrufat, y estuvo más expuesto al contagio del Nobel. Ese libro en el cual le hablaría a Espinosa Domínguez de su vida y obra va a ser apasionante. Desde ya cuenten con mi lectura.

(Publicado en Facebook, marzo 2020)

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