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Friday, May 15, 2015

Jorge Luis Mederos vs. Manuel Sosa

A la segunda FINCA que he tenido la posibilidad de acceder, el colimador cambia de objeto aunque no de objetivo: en esta ocasión la emprende con otro escritor que acaba de ganar la beca “Bolívar-Martí”,  bastante jugosa para nuestro limitado horizonte tercermundista; se trata de Jorge Ángel Hernández Pérez (H.P.) cuyo título, “Sentido intelectual en la era de la globalización mecánica”, no parece gustarle a Sosa (a mi tampoco por cierto)  pero resulta  que del ensayo solo conozco el título y eso no me autoriza, con responsabilidad, considerarlo bueno, regular o mediocre. Tendré una opinión formada cuando lo lea, si lo leo; por ahora lo único que se me ocurre es felicitar a H.P.; cualquier postura crítica que adoptara ante algo que aún desconozco se me antojaría muy cercana a la envidia por no haber tenido tan buena suerte. Y para desbordar, no se le ocurre otro elemento de “gancho” más grotesco que el ex-testículo herniado de Jorge Ángel (aquí le llamábamos “el güevo grande de H.P.”) sin que él se ofendiera nunca que yo sepa.
   Luego, como de pasada, para advertir que ya carece de límites, la emprende con Rogelio Riverón, Pedro Llanes y Alberto Sicilia, su coterráneo y amigo personal. ¡Bonita libertad esta que sin necesidad de enunciar un solo elemento de peso, ya sea literario o político, le permite calificar a cuatro intelectuales de bien ganado prestigio con el peyorativo “escritores reformados”! ¿Quién, se me ocurre ahora preguntar, ha reformado a su vez la mente de Sosa para que, recurriendo a su ingenio innato y a su talento de comunicador, se dedique a estas cosas?... Si el que escribe fuera capaz de utilizar su mismo e irresponsable discurso, afirmaría sin titubear: la mafia contrarrevolucionaria radicada en Miami.  Pero si mal no recuerdo, creo que fue Ghandi el que escribió “ojo por ojo y el mundo se quedará ciego”; así que de ningún modo me atrevería a tildar a Sosa de escritor a sueldo para difamar de sus iguales del otro lado del charco, a menos que tuviera pruebas irrefutables. No lo hago, porque quiero ejercer, con responsabilidad,  cualquier tipo de libertad que me sea dada.

(Escribir en libertad o libertad para escribir. Blog La Finca de Sosa, abril 2008)

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