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Friday, May 17, 2013

Enrique del Risco vs. “El vuelo del gato”, de Abel Prieto

No digo que la novela sea absolutamente abominable. Al menos no para todos. Habrá a quien le guste, siempre que cumpla con una condición: no habérsela leído. Lo que quiero decir aquí es que escribir novelas mortalmente ridículas y aburridas no es un delito. Si acaso, una mala costumbre. Así que si el ministro no se opuso a publicar su novela, debiera por esa misma razón dejar que se publiquen libros que él insiste en considerar malos (algo que no le discutiré porque es evidente que de libros malos sabe muchísimo).
   Ministro: no sea tan exquisito. Deje que la gente decida lo que quiere leer y lo que no, incluso si se trata de historias tan irreales que sugieran que el gobierno del que usted forma parte no es bueno ni para dirigir un puesto de viandas. O sobre todo para eso. No tenga miedo a la libre competencia. Estoy seguro que por mucho tiempo su firma en los permisos de salida seguirá siendo un bestseller.

(Retrato del ministro adolescente, Cubaencuentro, Oct. 2005)

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