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Friday, November 15, 2013

Jorge Fornet sobre Wendy Guerra

Ya comenté en algún sitio, por ejemplo, la paradoja de que a muchos escritores se les reprocha estar plegados al mercado por eludir la "realidad" de sus países, mientras que a los cubanos se les reprocha lo mismo, exactamente por la razón inversa. Pero está claro que los riesgos de que el escritor sea influido negativamente por los intereses de los editores o agentes literarios están latentes. Me llama la atención, por ejemplo, el caso de la novela de Wendy Guerra Todos se van. Durante años Wendy estuvo trabajando en torno a la figura de Anais Nin y esta novela era, de hecho, parte de ese proyecto. Sin embargo, Wendy contó que en algún momento Carmen Balcells le había recomendado despojar el texto de la historia de Anais Nin y concentrarlo en la figura y el drama de ese personaje cercano a la autora. ¿Por qué? ¿Por qué Wendy debe renunciar a aquella historia y concentrarse en sí misma y en su entorno? No tenemos modo de saber si el consejo obedecía exclusivamente a factores literarios o si respondía a una idea preconcebida de lo que debe ser (y a lo que debe dedicarse) un autor cubano. Es probable que, efectivamente, la novela de Wendy haya mejorado, pero es improbable que un editor cubano hubiera hecho tal petición, lo que significa que, de haberse publicado aquí, estaríamos leyendo otro libro. 

(Jorge Fornet y el camino de los cuestionamientos, entrevista de Elizabeth Mirabal Llorens, La Jiribilla, No. 305, 2007)

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