Éramos amigos. Ahora son lejanos. No he vuelto a verlos. Ahí están. Lo peor, para mí, es que conscientes de que están hacienda algo muy mal hecho, se han arropado nada menos que con Cristo y con Martí. Porque afirman ser católicos y martianos. Eso no se vale. Si dices: “Este señor, me parece una maravilla, y por eso estoy con él. Soy comunista”. Dilo y punto. Lo respeto. Pero tú no digas que lo haces por amor a Martí, porque eso es la antítesis absoluta. Martí no tiene nada que ver con el asunto. Son ellos, personas de su cultura, condición y espiritualidad, que para justificar lo injustificable, abrazan un “cristianismo martiano”. ¿Hasta cuándo van a jugar con eso?
(entrevista, en Dile que pienso en ella, de Nedda G. de Anhalt, Ediciones La Otra Cuba 1999)
No comments:
Post a Comment