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Tuesday, October 22, 2019

Rafael Rojas vs. Abel Prieto (defendiendo a Cabrera Infante)

La idea de cubanía de Fernando Ortiz no se puede abstraer de su propia ideología, que no era comunista, ni siquiera socialdemócrata, sino estrictamente liberal y republicana. La moral patriótica es un compromiso que, históricamente, puede manifestarse desde múltiples ideologías. De ahí que resulte forzado transferir el patriotismo de Ortiz a cualquier otro, mucho menos al tipo de patriotismo que Abel Prieto y los ideólogos oficiales de la isla quieren difundir en la Cuba del siglo XXI. Ese patriotismo, subordinado a una ideología de Estado que no es marxista, sino autoritaria, es el que opera como una verdadera castración o mutilación de la nacionalidad.
   Abel Prieto usa la letra de Ortiz, y de José Antonio Ramos —cónsul en Filadelfia, profesor de la Universidad de Pennsylvania, protestante, gran admirador de la cultura de Estados Unidos y autor de un todavía útil Panorama de la literatura norteamericana (1935) —, y de Elías Entralgo —seguidor del evolucionismo social de Enrique José Varona y defensor de la Constitución de 1940— para distorsionar su sentido. Así, amparado en la autoridad de tres intelectuales republicanos, decreta, una vez más, la expulsión de Guillermo Cabrera Infante de la cubanía.
   Dice Prieto que «Cabrera Infante era francamente anexionista de alma y pensamiento». Que en su libro Mea Cuba (1993) promovía la adoración por Estados Unidos, que se burlaba de José Martí, que odiaba a la nación cubana, aunque su literatura fuera «radicalmente cubana». En síntesis, lo que dice Prieto es que se puede ser esencialmente cubano en la escritura pero anticubano en la ideología. ¿De veras? ¿Y si fuera al revés? En ese caso, tal vez Prieto sería uno de los escritores emblemáticos de la literatura anticubana contemporánea: un ideólogo nacionalista con una prosa exógena.

(Cabrera Infante o la cubanía. Revista El Estornudo, septiembre 2019)

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