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Thursday, January 2, 2020

Orlando Luis Pardo Lazo sobre Leonardo Padura


Padura, aunque lo niegue con pánico oportunista, es un actor más político hoy en Cuba que cualquier miembro del Consejo de Estado, el Consejo de Ministros, la Asamblea Nacional del Poder Popular, o el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (el único legal).
   El sesgo ideológico de Padura es sólo una máscara: la novela de su vida. Él es un hombre que no cree en el socialismo, pues conoce bien de toda la barbarie cometida por este sistema a nivel mundial (como todos los sistemas lo hacen), con la complicidad criminal de los Castros en Cuba. Pero Padura tiene que insistir patéticamente en que es un producto crítico “desde dentro” de la Revolución Cubana (el mercado se lo exige así: al capitalismo le encantan las dictaduras alternativas al statu quo). Incluso, Padura tiene que fingir cierta heterodoxia de izquierda, cuando en realidad su única experiencia existencial en Cuba es la de habitar en una nación sin esfera pública, sin sociedad civil, en un régimen monolítico-monárquico tanto por Ley como por Constitución, sin la menor noción de lo que es un espectro político funcional, la separación de poderes moderna, y mucho menos la diversidad multicultural.
   El intelectual cubano contemporáneo ya no es un ser subdesarrollado, sino un engendro contradesarrollado.
   No se le pueden pedir peras a Padura. Nuestro hombre en Mantilla ha hecho muchísimo desde su trinchera novelística en medio del fin de la tiranía cubana. Y tenemos que dejarlo que maniobre ahora a su conveniencia para no quemar demasiadas naves al interior de la Isla, pues nadie está a salvo de la represión en la Cuba de Castro. Nadie está a salvo de los mecanismos anónimos de la muerte que aplica el Ministerio del Interior como tácticas de biopolítica estalinista: muerto el hombre, se acabó el problema del hombre. Padura lo sabe.

(De Padura y otras preguntas. Blog Lunes de Post-Revolución, octubre 2017)

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