El
primero, padre adoptivo del Calibán chesperiano. El otro, dueño de la patente
del gato volador.
Sobrevivientes ambos. Retamar, de Orígenes y
de los 60 que se llevaron a Caín. Y Abel, de cuando se vino Raúl para
siquitrillar a los 12 apóstoles.
Houdinis, Raffles, Lupins; Cintios, Barnets,
Paduras.
Retamar se va, y se queda todo Prieto. A
medio camino entre Moñunga (ritual en cazuela), de Tendencia y El miedo a la
libertad, de Fromm.
Abel nació el año en que Bobby sacó aquellos
endecasílabos de Elegía de Amor. El bebé de Consolación del Sur con el
tiempo también llevaría el pelo así. Endecasilábicamente largo. Y los hombros
encogidos, como quien no sabe nunca qué está pasando. Haciéndose el bobby, que
es el deporte de los que no van a morir, de momento. Intelectuales con memoria
selectiva y conciencia plegable. Porque es mejor no saber. Por eso esconden la
cabeza: uno con gorra bolchevique y el otro bajo la chaika Gipsy Kings. ¿Y qué,
mi socio? ¿Y qué, mi hermano?
Robertón, a lo van van y defensor de la
globalización socialista, se montó en el rutero caníbal y guerrillero que trajo
a Sartre, atropelló a Lezama y luego fue dando bandazos hasta exiliar a Elpidio
y poner a Alpidio de ministro. Abelito, contemplando orgulloso cómo uno de sus
antiguos viceministros, Rojas, lucha por el título de nuevo Pury en Labana, sin
honores ni causas. Se le acumula el trabajo al El Recolector de Datos
Ridículos.
La Casa de las Américas estrena inquilino,
en una isla donde hasta el ganador de la lotería presidencial reconoce que la
vivienda es el principal problema social. Ironías de la vida: lo dijo en Pinar
del Río, donde hay gente evacuada desde los años 80. Una raya más al tigre que
obligó a evacuarse hasta a la cultura: etnólogos, músicos, poetas, filósofos,
bailarines. Desde Lydia Cabrera hasta Cristinito Hernández. Circunstancia de la
amargura por todas partes que amenaza con otaolizar los restos de humedad que dicen
todavía quedan.
Abel entrará a la oficina e imaginará que
abre la primera gaveta para leer la carta de su predecesor (probablemente
escrita el mismo día que lo nombraron, sabiendo cuán fácil es no estar más). En
su lugar, hallará las obras completas de Papito Serguera, y la llave del
pantry. Así como la mano precisa de Marcia Leiseca, la vice saliente y
sobreviviente cuñada de Camilo, y ´dentro del juego´ desde la época de Padilla,
otro bebé de Consolación. Para que vaya todo bonito, ahora que alguien resbaló
con la cáscara del plátano en la pared y en su marumaca aérea escuLpió un 349.
Retamar estará por siempre en nuestros
corazones, inFARtándolos, ¿o inFARTándolos? Por siempre en los anales de la
Literatura y la Stasi tropical. Prieto, con su cabeza repleta de retamas
canosas, escuchará a lo Jay-Z: Blackie is in the buildiiiing. La curva de
aprendizaje les enseñó a contorsionarse como Neo para esquivar los proyectiles
y asegurar el silencio de los corderos.
Alumnos aventajados del Ilusionista en Jefe,
el maestro de la letra pequeña y la tinta invisible: donde dije digo (güi ar
not sóchalist), dije lo que me sale de los cojones (seré marxista-leninista
hasta el final de mi vida). Por eso we are the champions, Freddy Mamoncillo…
… porque a lo rainov, sobrevivir es la
orden.
Mientras sigue sonando el disparo del 45 de
Yeyé.
(En
el Tíbiri-Tábara. El Señor Corchea, diciembre 2019)
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