Según
un artículo publicado por Luis Leonel León bajo el título Nueva narrativa cubana: una antología de literatura emergente, por
primera vez escritores cubanos marginados se publican fuera de la Isla. Esto
está muy lejos de la realidad.
De
acuerdo a la entrevista realizada a Orlando Luis Pardo Lazo, escritor,
fotógrafo y editor de Generación Año Cero
(antología impresa por Sampsonia Way Magazine –City of Asylum/Pittsburgh),
dicha compilación es atípica por dos razones: la presencia de autores no
oficialistas que residen en su país y de cuentos que el lector cubano no
conoce.
Asimismo,
agrega que la mayoría de los autores compilados ha visto sus obras mutiladas,
o, como el editor –Pardo Lazo–, están perennemente censurados por sus
actividades disidentes. “Otros se autocensuran y no pierden el tiempo de
entregarlas a editoriales nacionales, pues los límites de la tolerancia oficial
son estrechos y macabros”.
Sin
embargo, Pardo Lazo fue ganador del Premio La Gaceta de Cuba por su cuento Cuban American Beauty (2005) y obtuvo la
Beca de Creación Onelio Jorge Cardoso por Un
lugar llamado Lili (2006). Además, fue antologado en La ínsula fabulante, el cuento cubano en la revolución (1959-2008).
En
cuanto a lo de oficialistas o no, o de quiénes son mayoría en Año Cero, está por verse. Si acudimos a
los currículos de los más conocidos en la antología de marras, estos demuestran
que gozan del reconocimiento oficial, que sus obras se publican dentro de la
Isla y que, si están perseguidos, es por los premios.
Con
dos ejemplos basta. Jorge Enrique Lage (La Habana, 1979) es el jefe de
redacción de la revista El Cuentero y editor del sello Cajachina del Centro
Onelio Jorge Cardoso, institución oficial. Ha sido jurado del Premio Alejo
Carpentier, entre otros, y ganador de diversos concursos a nivel nacional. Su
obra es muy publicada en Cuba, y abarca el cuento Yo fui un ladrón adolescente de tumbas (2004), Los ojos de fuego verde (2005), El
color de la sangre diluida (2007), Vultureffect
(2011), y la novela Carbono 14
(2010). Fue antologado en La ínsula
fabulante y en Como raíles de punta
(2013).
Otro
de los antologados en Año Cero, Amhel
Echevarría (La Habana, 1974), goza de igual suerte con editoriales
oficialistas. Miembro de la UNEAC, ha publicado los libros de cuentos Esquirlas (2006), e Inventario (2007), y las novelas La Noria, Premio Ítalo Calvino (2012), y Como búfalo ciego al matadero, Premio Novela José Soler Puig
(2013), entre otros galardones.
Es
decir, que pese a “no ser oficialistas” son bastante publicados en Cuba, a
diferencia de otros escritores que viven en la isla, han sufrido persecución y
cárcel, nunca se les ha permitido siquiera visitar una editorial y sus cuentos,
poemas y ensayos se publican en el exterior a partir del Concurso El Heraldo.
(Una antología de perseguidos... por los
premios. Neo Club Press, noviembre 2014)
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