Lamento, sin embargo, que el señor
Ricardo Luis Hernández Otero haya tomado mi crítica a este error de atribución
de una forma personal, porque yo no escribí este artículo para desacreditarlo a
él, ni lo publiqué en este preciso momento para estropear su viaje por Estados
Unidos. Mi propósito al escribir este ensayo fue rectificar la bibliografía de
Martí y encaminar la investigación por otro rumbo. Las Obras completas de
Martí tienen tantos errores, erratas, omisiones, y crónicas cortadas al gusto
de los editores, que se necesitaría un contingente de especialistas para irlas
depurando de tantos ripios. El cuento titulado “Irma” es solo un ejemplo.
Como dije en mi primer artículo quien
quiera conocer mejor el tema y las razones que llevaron a este error que
empiece leyendo el artículo del señor Hernández Otero y después lea el cuento
de Pérez Triana. Yo, como he dicho, no tengo dudas de que es un texto apócrifo,
pero si el señor Hernández Otero quiere seguir pensando que es de Martí y que
Pérez Triana lo “plagió” esa es su opinión, a la que tiene todo su derecho,
aunque esté por supuesto equivocado. Yo por mi parte, no tengo nada más que
agregar a esta discusión y dejo a los editores de las Obras completas que
son los que tienen el privilegio de decidir qué incluir y no incluir en
sus Obras completas, que tomen una decisión al respecto.
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