El ensayo de
CI, brillante a ratos, es importante para cualquiera interesado en la cultura
cubana. Pero. Es lamentable que cuando llega a la parte de la historia que
concierne a Reinaldo Arenas, el ensayista opte por la invención. Todo el
episodio acerca del intento de rescate de Arenas, organizado por Jorge y Margarita
Camacho y un grupo de amigos franceses, es (dicho suavemente) inexacto. No hubo
ninguna maleta diplomática con balsa de goma ni red homosexual ni fallo de la
embarcación, que jamás llegó a manos de Arenas. Yo llevé a Joris Lagarde, que
trajo la (mal) llamada balsa de Francia, a encontrarse con Arenas en el Parque
Lenin, y sé lo que digo. Tampoco existieron unos mellizos “femeninos y
amables”, que ayudaran a Arenas. Yo y mis hermanos lo ayudamos y si bien es
verdad que somos amables (a veces) no somos muy femeninos, francamente.
¿Por qué en
1981 y 1984, con Arenas ya fuera de Cuba, Cabrera Infante publicó estas
invenciones como si fueran hechos?
A saber.
(Blog
Emanaciones, octubre 2015)
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