(¡Qué viva la
ñoñería!): Acaban de avisarme de que Richard Blanco, ese juntaversos pericubano
que le gusta a Obama tanto como (a) Michelle, lleva meses escribiendo en
secreto y por encargo del Departamento de Estado, un poema que leerá este
viernes en la ceremonia de inauguración (¿?) de la Embajada de EEUU en La
Habana. Este Blanco, a juzgar por los versitos que le llevo leídos, su proyecto
de romper el embargo dizque sentimental, ¡qué hay que ser cursi e idiota, por
tu madre!, y el criptoñangarismo básico de cada una de sus manifestaciones
respecto a la dictadura de La Habana, parece ser una suerte de proyección
holográfica del intelectual revolucionario castrista, una criatura que nació
lejos de la UNEAC y daría lo que fuera por sentirse útil, por trabajar para un
gobierno, o dos, por sentir en sus nalgas la caricia áspera del cheque abonado
con desdén. "Poeta inaugural", dicen... ¡Como Silvestre de Balboa
levante la cabeza, se van a enterar!
(Publicado en la red,
agosto 2015)
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