Friday, March 23, 2018

Alberto Garrandés vs. Antonio José Ponte

Ponte, como siempre, metiéndose conmigo… Si estuviera concentrado en su obra, no tendría tiempo que perder, porque, en verdad, el tiempo escasea y ya él debería tener (que no la tiene) una obra sólida (larga y sólida), y no esos libritos medio enclenques y llenos de aire… En su momento, Ponte nunca se atrevió a emplazar el verdadero censor. ¿Quién censuró y por qué fue censurada Naturaleza muerta con abejas, la novela de Atilio Caballero? Sencillo: desde la presidencia del Instituto Cubano del Libro, en 1997, creció la censura. La novela tenía ya una edición española y la revista Encuentro, en uno de sus números, incluyó una promoción que decía: “Una novela de riesgo”. Ahí empezó todo. Temeroso, el director de la editorial Letras Cubanas puso la novela, sin consultarme, a disposición de la Presidencia. Y fue censurada… al menos por uno o dos años, hasta que la propia editorial la publicó. Claro, por aquel tiempo Ponte intentaba engañar a todo el mundo procurando crearse un expediente de escritor aristocrático y perseguido (de hecho, creo que intentaba conseguir una especie de beca en alguna de las llamadas ciudades-refugio), y aprovechó la oportunidad y me atacó. Atacó al supuesto censor. ¿Por qué no se metió con los censores auténticos? Porque necesitaba crear un debate que le diera masa y relleno a lo que por entonces (ni ahora, por cierto) no tenía ni masa ni relleno: su obra. Y porque, cuando Dios hizo el mundo, a unos les dio entereza y a otros, no. Mi historia en la editorial Letras Cubanas es la de alguien que tuvo frente a sí dos opciones: o salirse o capitular en favor de la censura. Por eso me fui, hará 20 años, de ese lugar, el Palacio del Segundo Cabo, y me convertí en un bibliotecario en el Centro Cultural de España. Pero esa es otra historia, que será escrita.

(Comentario publicado en la red, agosto 2017)

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