Tuesday, July 12, 2016

Miguel Cabrera Peña vs. Jorge Camacho (2)

En la primera respuesta a la crítica de Jorge Camacho demostré que es falsa su acusación en cuanto a que yo no lo cité en mi libro. Pero que lo haya citado diez veces no le alcanza a su “yo” insaciable. En el fondo, lo que le irrita es que el 99% de las ocasiones le enmiendo la plana. Este es el verdadero problema del profesor, quien parece decidido a hacerme pagar caro el atrevimiento. Por supuesto que es incapaz de ofrecer disculpas por la grave falsedad de su acusación.
   Pero además de no ofrecer disculpas tiene la soltura de insistir sobre lo mismo, y entonces afirma en su segunda aventura contra mi estudio: “no basta con citar a un crítico al final del libro en la bibliografía —aun si fuera 10 veces— ”. Probé que lo cité también en el cuerpo del texto, pero reduce el tema a la bibliografía.
   Con el asunto de las citas Camacho silencia algo que él sabe perfectamente, y es el dolor de cabeza universal que padecemos los académicos para no dilatar el número de referencias, al pie o al final, lo cual siempre interrumpe el proceso de pensamiento y resulta ingrato para la inmensa mayoría de los lectores. A lo anterior se añade la preocupación de aumentar la cifra de páginas en textos no pocas veces extensos. Existen editoriales que no publican libros con un número incluso pequeño de referencias.
(…)
   Sobre un tema del que ya he hablado, se pregunta el académico por qué no lo abordé antes que él. Está de nuevo equivocado. Cuando supe que existía Camacho ya yo tenía mi libro terminado e incluso lo había presentado a dos editoriales que lo rechazaron, precisamente por el elevado número de citas y por la extensión del volumen, aunque no descarto que además lo encontraran defectuoso. Lo que hice con la producción de Camacho y otros fue introducirla donde creí conveniente, como prueba tardía de las pifias de un sector que trabaja en la academia norteamericana. Le recalco a mi contradictor que este tema lo estudio desde hace veinte años.
   En mi primera respuesta le ofrecí al crítico unos diez temas para que demostrara quién los había abordado antes, ya que me acusa de repetidor. Sin embargo, guardó silencio. Para este profesor, todo aquel que no dedique su reflexión a desguazar a Martí será un repetidor y por tanto un mediocre.
   Y aquí termino. Si Camacho quiere continuar con sus venenos, silencios y distorsiones es su problema, pues continuará solo. Tengo cosas importantes que hacer.

(De venenos, silencios y amputaciones. Cubaencuentro, octubre 2015)

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