Pero La consagración de la primavera no fue, ni con mucho, la novela que todos esperaban, sobre todo en Cuba, y se puede catalogar como el único auténtico fracaso del carpentier maduro. A medio camino entre las memorias que nunca publicó y la fantasía de vidas que quiso haber vivido (como arquitecto, como activista, como revolucionario), la novela culmina con la invasión de Bahía de Cochinos. El modelo histórico sigue siendo el del Big Bang: la Revolución Cubana aparece como la última de una concatenación de revoluciones cuyo origen es la Rusa y que incluye la Guerra Civil española, en la que participa el protagonista cubano. El esquema hegelo-marxistoide es evidente: La consagración de la primavera es maniquea, con personajes acartonados que suenan falsos, mal escrita; la proximidad de los hechos que narra la daña porque se nota que su autor es alérgcio a lo que carece de densidad histórica.
(Oye mi son: Ensayos y testimonios sobre literatura hispanoamericana. Renacimiento, Madrid, 2008)
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