Este libro, primero entre los
libros
que propagaron la intención
cubana,
esta Canción de Gesta que no tuvo
otro destino sino la esperanza
fue agredido por tristes
escritores
que en Cuba nunca liberaron
nada
sino sus presupuestos
defendidos
por la chaqueta revolucionaria.
A uno conocí, cínico negro,
disfrazado hasta el fin de
camarada;
éste de cabaret en cabaret
ganó en París las últimas
batallas
para llegar campante como
siempre
a cobrar sus laureles en La
Habana.
Y a otro conocí neutral eterno,
que huyendo de los nazis como
rata
se portó silencioso como un
héroe
cuando era su voz más
necesaria.
Y otro tan retamar que
despojado
de su fernández ya no vale nada
sino lo que le cuesta a los
cubanos
vendiendo elogios y comprando
fama.
(Canción de gesta, en Obras
Completas, RBA Barcelona, 2005. Visto en Neorrabioso Blog)
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