Creo que a estas
alturas Cabrera debería reconocer sus errores y no dar tantas excusas. ¿Se ha
escrito mucho sobre Martí? ¡Por supuesto! Pero eso no es una excusa para
ignorar lo que han escrito otros sobre este tema o ningunear a unos críticos
porque estamos en desacuerdo con ellos. Si él admira a Martí y quiere
defenderlo contra quienes lo critican, pues que lo haga, pero que no espere que
nosotros hagamos lo mismo. La Academia no es un lugar adonde se viene a rezar
el credo nacionalista, ni a censurar un pensamiento que puede hacer cambiar de
parecer a un grupo social determinado. Mucho menos si se nos quiere censurar
invocando el “peligro más grave”. La Academia es un espacio de discusión, de
respeto y reevaluación de todo lo que conocemos, y no nos vamos a intimidar
porque alguien azuce un viejo fantasma contra nosotros. No tengo que decir
tampoco que me creo que poseedor de la verdad. Ni Cabrera ni yo poseemos la
verdad, ni hemos establecido la palabra definitiva sobre nada. La verdad cambia
todos los días con nuevos descubrimientos e ideas, y nuestro trabajo es agregar
un grano de arena en esa discusión. No tengo, por tanto, nada más que decir
sobre su libro, y dejo a los otros lectores que den su opinión.
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