Tuesday, July 19, 2016

Fermín Gabor vs. Teresa Melo

Un último texto despierta mi curiosidad. Las páginas de un artículo, aprisionadas entre dos lomos del montón de libros, me sacan la lengua. Su autora, Teresa Melo (Santiago de Cuba, 1961), cuenta en él sus impresiones de la recién concluida Feria del Libro de República Dominicana.
   Enviada especial de muchísimos eventos, Melo viajó esta vez en compañía del presidente de la UNEAC, Carlos Martí, del presidente de la Sección de Escritores de la UNEAC, Francisco López Sacha, y del director de la Biblioteca Nacional, Eliades Acosta. Y allá se sintió acogida por la multitud de banderas del stand cubano en la feria, por las canciones de Silvio Rodríguez, y por las asociaciones dominicanas de amistad con el socialismo cubinski.
   Ella asistía a la Feria con el pretexto de ofrecer una conferencia sobre los poetas cubanos de su generación. Su verdadero objetivo, sin embargo, consistió en enunciar esta verdad como un puño: “En Cuba sólo se censura lo que no tiene calidad literaria”. Y denostar un poco a Zoé Valdés, quien había estado también allí de conferencista,  y alrededor de la cual lanzaron sus ataques las mismas asociaciones de solidaridad que entregaban cariño a los cubanos llegados de la isla.
   Apoyándose en lo escrito por un periodista dominicano, Melo tilda a Valdés de escritora desconocida. La acusa de haber rebajado a política una cita dedicada a la literatura. Como si Teresa Melo fuese conocida... Como si no hubiese viajado a República Dominicana por razones políticas... (Política, ya se sabe, es todo lo reprobable en quienes no integran las delegaciones oficiales cubanas. Cultura, todo lo obrado por tales delegaciones, incluyendo sus tejemanejes políticos.)
   En su artículo publicado en La Jiribilla, la poetisa santiaguera carga contra el mercado editorial que dispone artefactos como los de Zoé Valdés (famosa novelista pésima, aunque autora de algunos poemas mejores que los de Melo), y compara la dignidad de las pequeñas editoriales con el desempeño del equipo cubano de béisbol en la reciente Copa del Mundo. (Llama la atención que quien critica el mercado literario vaya luego a procurarse piezas de convicción en el campo del deporte. El deporte, la competencia de la que alguien sale ganador, sirve en muchas ocasiones de modelo a quienes sostienen batallas de ideas. No entienden éstos que el arte, si tuviera que compararse con el deporte, sería competición de la cual sale perdedor todo participante.)

(La Lengua suelta # 32. La Habana Elegante, segunda época)

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