Friday, May 6, 2016

Juan Abreu sobre el Cabrera Infante revolucionario

Con algo de trabajo si no fuera Cabrera Infante a estas alturas lo habría dejado ponerme a leer tabarras revolucionarias (léase fidelistas), cuesta a estas alturas. Pero la formidable prosa de CI. Aunque al servicio de la turba encarnada, el Líder Dios, el Pueblo sabio y hermoso. Santocielo cuánta paparrucha sentimental y panfletaria.
   ¡Lo cubano! Algún día alguien tendrá que explicarme qué coño es eso. Que un hombre como CI no supiera que el Pueblo no existe. Lástima.
   Por otro lado. Cómo ha envejecido toda esa época y cómo se ha vaciado. Leer estas apologías antimperialistas y revolucionarias de CI es como caminar entre ruinas pobladas de fantasmas que no paran de menear sus culos obsoletos, vacuos.
   Y. Claro. No puedo dejar de preguntarme ¿en qué medida esta excelente prosa este talento puesto al servicio de la estupìdez colectiva ayudó a construir la estructura del edificio criminal?
   En qué medida, me pregunto. Y me respondo: en gran medida.

(Blog Emanaciones, octubre 2015)

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