Thursday, March 24, 2016

Rafael Alcides sobre el “Che Comandante” de Nicolás Guillén

Yo conocía el texto; Nicolás me había mandado a buscar a casa con su chófer Jacomino para dármelo a leer, porque pensó que yo le daría ánimos en aquel duro momento, pero no me gustó el texto, no me pareció bueno y, además, lo hallé tocado aquí y allá, contaminado por el peor Neruda; pero considerando que eso sería más grave que mentarle la madre, no se lo dije. En cambio, David [Chericián], que podía recitar de memoria toda la obra de Nicolás, pero que también respetaba al Che, no se midió. Poniendo cara de asco, volvió el pulgar hacia abajo como en sus días de tirano de Roma en la otra vida y ahuecando el vozarrón le dijo con todas sus letras: «¡Oh..., esto es una mierda, Nicolás!». Nicolás sabía que no había escrito un buen texto, pero; se lo habían encargado por teléfono de un día para otro, y eso fue lo que le salió. Precisamente, porque sabía que no era un buen texto, escribiría después dos más que tampoco lo dejaron satisfecho.

(Recordando a David Chericián. Encuentro de la cultura cubana # 34/35, 2005)

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