Solicito a los lectores que traten de encontrar en nuestros alegatos críticos, una sola de las argumentaciones de Granma sobre el pasado de CAM, tal y como este sugiere y a donde trata de arrimar el asunto, de paso, otra vez, desfigurándolo. Súbitamente CAM me empuja al lado de Granma y convoca la solidaridad de los lectores. Y lo hace porque CAM y Granma son complementarios, y las difamaciones de Granma son parte del capital político de CAM.
Luego CAM se regodea en un juego retórico en que narra situaciones negativas que se han vivido en Cuba. Y en cada caso, adopta la postura superior e imparcial de un juez que declara no tener evidencias de mi participación culpable. Pero que deja sobre la mesa mi vinculación indirecta por consentimiento. Es una pena. Y sería una doble pena si CAM aspirara a que yo me dedicara a explicar mi vida y mis ideas. Solo puedo decir que cuando miro hacia mi vida pasada veo, como en toda vida, lados malos y buenos. Pero creo que puedo asumir con satisfacción una suma algebraica positiva basada en mis principios y en mis creencias.
A nadie oculto —no hay motivo para ello— que tengo una formación teórica fuertemente alimentada por el marxismo crítico, diría que soy fundamentalmente marxista, pero no sectariamente marxista. Tampoco oculto mi inclinación política socialista. Solo que ni el marxismo ni el socialismo que reclamo son los muñecos de paja que CAM construye para poder luchar ventajosamente con ellos. CAM nunca contiende con el marxismo o el socialismo, que ni conoce, ni entiende, sino con bagatelas que el mismo diseña para ofertar en los tianguis políticos que merodea.
Ojalá que CAM pueda hacer con su vida y sus creencias lo que yo puedo hacer las mías. Pero evidentemente no lo hace. Y llega al extremo de negar la existencia de su propia ideología y de reducir al liberalismo político al neoliberalismo económico.
(Las tres tristes trampas de Carlos Alberto Montaner. Cubaencuentro, julio 2013)
No comments:
Post a Comment