Alberto Garrandés, que aquí
habla de “mi [por suya] negativa a la censura” en sus tiempos de editor en
Letras Cubanas, fue responsable, junto a Basilia Papastamatiu de la censura de
una novela de Atilio Caballero, como él intenta ahora hacer olvidar.
Entonces le escribí una carta (teníamos
cierto trato) y otra a Basilia Papastamatiu, a propósito de esa censura. Y
luego, en una reunión de la sección de Literatura de la UNEAC celebrada en el
teatro del Ministerio de Comercio Exterior, en La Rampa, denuncié también la
censura de esa novela de Atilio Caballero, mencionando el nombre de los
censores Garrandés y Papastamatiu, sin que ninguno de los dos replicara.
Ahora, puesto que su memoria empieza a hacer
oleajes, me gustaría dejar en claro esta mendacidad suya, aunque, por supuesto,
para la cultura cubana hayan existido Pavón y otros censores mayores que él.
(Comentario publicado en la
red, agosto 2017)
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