Monday, October 31, 2016

Ernesto Hernández Busto vs. Rafael Rojas (3)

Rafael Rojas ha publicado en su blog una reseña del último libro de Duanel Díaz, Palabras del trasfondo. Dice varias veces que se trata de un libro indispensable (cosa que yo también opino), pero expone varios reparos reveladores. Para empezar, le parece “vehemente” y demasiado tajante en su anticastrismo: “En varios momentos del libro se tiene la impresión de que, para él, el valor literario de una novela o un poemario está determinado por su mayor o menor anticastrismo.”
   Esto es una simplificación grosera —de Rojas. Para entender bien esta reseña, uno debe haber leído el libro de Duanel, sobre todos las páginas (86-90) en las que polemiza con el propio Rojas a propósito del significado de un poema de Eliseo Diego, “Pequeña historia de Cuba”, [y del poema “Cuba”]. Allí Díaz demuestra fehacientemente que ese poema acaba con una pregunta retórica que Rojas ha querido convertir, un poco a la cañona, en interrogación inquietante o ambigua.
   Después de leer a Díaz, que desgrana con cuidado el texto (y el contexto), a mí me parece bastante obvio que ese poema de Diego intenta justificar, en realidad, la violencia revolucionaria, como un elemento necesario y hasta creador. No sé hasta que punto sea esto un “pecado” en un escritor (en definitiva, esa posición no está muy alejada, a mi juicio, de aquel “cement of blood” del Vespers de W. H. Auden, y cualquier pretensión mitológica ha convocado siempre un elogio simbólico de la violencia) pero lo que sí me parece ridículo es tratar de negar la evidencia ideológica en nombre de la crítica literaria o de una supuesta ambiguedad —que Rojas extiende, además, ¡a un poema de Antón Arrufat sobre Playa Girón!
   Llevada por una incomprensible prudencia, la posición de Rojas sería, más o menos, la que resume esta cita:
   “La obra intelectual de escritores e historiadores, bajo un totalitarismo, no se puede reducir al testimonio de adhesión al régimen. Ese testimonio no debe ser ocultado a conveniencia, pero sí podría colocarse junto a las distancias que, en dado caso, asume un escritor. Si no quiere caer en la misma confusión totalitaria entre literatura e ideología, la crítica debe estar tan atenta a la conexión como a la desconexión entre ambas esferas.”
   En este extraño espacio de “indecidibles” literarios bendecido por un academicismo deslavazado, la objetividad radicaría en poner una de cal junto a otra de arena, y el crítico debería comportarse como esos periodistas que creen que ser objetivos es recoger dos opiniones contrarias sobre un mismo hecho. Lo cual resulta aquí doblemente ajeno, puesto que ni Rojas ni Duanel Díaz hacen crítica literaria en el sentido más estrecho de la palabra, sino crítica literaria en tanto crítica de la ideología, o ensayos de historia intelectual. Desde ese punto de vista, las conclusiones de Duanel en su último libro parecen más acertadas y mucho mejor sustentadas que las de Rojas.
   Lo que hace realmente indispensable Palabras del trasfondo es que muestra la conexión entre literatura y castrismo bajo una luz objetiva, lejos de falsas ambiguedades críticas y con muchas evidencias que Rojas, lamentablemente, no conoce o ha preferido pasar por alto en sus propios libros sobre este tema.

(Rafael Rojas reseña a Duanel Díaz. Blog Penúltimos Días, noviembre 2009)

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