Tuesday, August 2, 2016

Jorge Camacho vs. Graziella Pogolotti

Para concluir, aclaro que mi objetivo en un principio era dar a conocer estas crónicas de Carpentier y resaltar la importancia que tienen dentro del corpus general de su obra. Originalmente mi idea había sido publicarlas junto con este ensayo, mi traducción al español de las mismas, y las fotografías que las acompañan. No obstante, la Fundación Alejo Carpentier, que dirige la señora Graziella Pogolotti, puso tantas trabas para autorizarnos a publicar estas crónicas que lamentablemente no lo pudimos hacer. Primero pidieron que se les enviaran las crónicas sin ningún compromiso de publicación. Después, como me negara a hacerlo hasta después de que salieran en la revista, pusieron como pretexto que tenían que autorizar mi traducción y para esto, por supuesto, necesitaban que se las mandara. Les pedí entonces que suscribieran un documento previo, autorizándonos a publicarlas en francés si no autorizaban mi traducción al español. Le dimos como plazo una semana para que la revisaran. Pero finalmente decidieron que no lo harían y que el plazo era muy corto. Por este motivo, no tenemos más remedio, dado que la fundación posee los derechos universales de su obra, --como me indicó en un mensaje electrónico la señora Pogolotti – que citar fragmentos de dos de ellas como corresponde a la doctrina de “fair use” en la academia norteamericana. Todo esto, sin embargo, nos obliga a preguntarnos si realmente la Fundación Alejo Carpentier está interesada en difundir la obra del escritor que representa, o si detrás de estas evasivas y silencios se esconde la política dura y pura de Estado cubano y de sus intelectuales comprometidos a quienes no les interesa ni el surrealismo ni el anticomunismo de Carpentier. Para ello basta recordar lo que escribió Roberto González Echavarría a propósito de las Cartas a Toutouche (2010) publicadas recientemente en La Habana y México. Como dice  González Echavarría en su reseña, el texto introductorio de Graziella Pogolotti está “plagado de omisiones, reticencias, vaguedades y evasivas”. La señora Pogolotti, sigue diciendo, pasa “como gato sobre ascuas en lo referente a la militancia de Carpentier en el grupo, luego partido político antimachadista conocido por el ABC, de centro-derecha y rival de los comunistas, que es el descubrimiento más sorpresivo y revelador en este volumen.” Esta actitud por consiguiente no es fortuita, y tengo para mí que responde al miedo de los burócratas y herederos absolutos de su patrimonio a airear aquellas zonas en conflicto con su propia ideología. Esperemos entonces que algún día se decidan a publicar estas crónicas que merecen figurar en sus Obras completas.

(Alejo Carpentier en Le Phare de Neuilly: Tres crónicas nuevas en francés. La Habana Elegante, segunda época, 2014)

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