Tuesday, July 5, 2016

Enrique del Risco vs. Guillermo Rodríguez Rivera y Manuel Cofiño: socialistas y realistas

Hace un par de años Guillermo Rodríguez Rivera al ser entrevistado para La Jiribilla declaraba que “Aquí nunca hubo una expresión única que fuera la revolucionaria, cosa que sí pasó en Europa. Aunque el realismo socialista dio algunas cosas interesantes, pero solo cuando el autor lo eligió él mismo, porque todas las cosas impuestas son malas, pero en arte son terribles. En Cuba hubo gente que quiso imponerlo, que luchó por eso, pero jamás se impuso el realismo socialista como política oficial”. Y lo dice con propiedad porque él mismo hizo su novelita policiaca, “El cuarto círculo” haciendo uso de su libre albedrío. Y llegó un poco más lejos al enunciar los principios a partir de los cuales se debía escribir una novela policiaca socialista:

   1. El criminal no es el enemigo de una víctima personal, sino del Estado (...)
   2. (...) El investigador (...) forma parte de una policía eficaz, bien entrenada y bien equipada técnicamente, y se distingue por su ‘moral intachable’ que le gana la admiración y el respeto del pueblo cubano, a quien representa. (...) [El protagonista] se concentra tanto en seguir la pista del asesino, que no se menciona su esposa hasta la página 235 (la novela tiene 266 páginas). (...)
   3. El investigador cubano cuenta con la ayuda de los ciudadanos cubanos y, sobre todo, de los Comités de Defensa de la Revolución (...)
   4. (...) se subraya la importancia del trabajo de equipo en la sociedad socialista.(...)
   5. El propósito de la obra policíaca no es sólo divertir, sino también investigar las causas sociológicas y psicológicas del crimen.

   Otro novelista teórico del realismo socialista fue Manuel Cofiño, que en paz descanse quien también tuvo tiempo de escribir los principios en los que se había basado para escribir obras maestras como “La última mujer y el próximo combate”.

   -Concepción de un héroe positivo que resume en su trayectoria vital el compromiso del individuo con el proceso revolucionario desde adentro del mismo, en una marcada relación dialéctica entre individuo y sociedad. (…)
   -Caracterización tipológica de los personajes siguiendo el método realista, lo cual no excluye, todo lo contrario los conflictos propios del mundo exterior, pero se enfatizan aquellos que se afrontan en el contexto.
   –Confección novelesca ajena a la alegorización y mitificación de la realidad (…) para tender a un plano significacional directo, desprovisto de afanes ontologizantes acerca de “lo cubano”.
   -(…) Utilización de un lenguaje y de una estructura que posibilitan un mayor acceso a la comprensión de la obra. (…) Sobrio manejo de los recursos expresivos de la novela contemporánea (…) sin pretensiones experimentalistas.

   ¿Y a los que no les atraía el realismo socialista como Lezama o Piñera, a qué se dedicaban en los 70? Pues a escribir obras póstumas.

(El realismo socialista como trabajo voluntario. Blog Enrisco, mayo 2008)

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