El gobierno cubano
nunca ha estado interesado en que se fomente diálogo alguno fuera de sus
cuarteles. Por eso armó una tropa de condotieros dispuestos a reventar el
propio funcionamiento de la Cumbre, y programada para apalear opositores, sea
en Atlapa o en el Parque Porras. La intención nunca fue otra: entraron en
zafarrancho de combate con las mismas cantaletas autoritarias y desfasadas de
siempre.
Técnicamente casi
nadie de esta gavilla de gamberros sin historia puede considerarse sociedad
civil, pues son funcionarios estatales, o viejos informantes del MININT que han
jugado por décadas a ser sociedad civil con organizaciones protegidas, como es
el caso del CIERI, cuyo director por 30 años aparece llamando mercenarios a los
opositores y agitando un panfleto con la cara desencajada y la mirada
estrábica. Estaban encabezados por uno de los escritores cubanos más frívolo y
aparatosamente mediocre, Abel Prieto, cuya filiación estatal es explícita como
asesor cultural del General/Presidente Raúl Castro. Las fotos muestran a Miguel
Barnet, sobre el cual huelgan los comentarios, empujando una puerta y gritando
consignas, cosa que, por cierto, nunca hizo cuando en Cuba se perseguía y
encerraba homosexuales en nombre de la moral revolucionaria.
No es la primera vez
que hacen esto. Lo han hecho en LASA en cada congreso, secuestrando un Grupo
Cuba que se ha convertido en caja de resonancia de todas las aberraciones
oficialistas con el beneplácito asustadizo de todos sus participantes. Lo han
hecho en eventos como ferias del libro y presentaciones de intelectuales
emigrados. Pero reconozcamos que lo que han hecho ahora rompe con todo lo que
quedaba —si algo— de dignidad y decoro.
(La inmundicia cubana en Panamá. Cubaencuentro, abril 2015)
No comments:
Post a Comment