“Y entonces Osés me
contó algo más macabro que todo lo que había oído en mi nada apacible
existencia. Hacía cinco años, me dijo, habían hallado en la biblioteca de la
Sociedad Patriótica una historia de La Habana escrita por un tal Félix de
Arrate en el siglo XVIII. Pronto el libro se publicaría y Domingo y sus
acólitos iban a aprovechar el suceso para revelar otro gran descubrimiento: dirían
que recientemente había aparecido un poema épico del siglo XVII, que estaba
incluido en otro libro, escrito por el obispo Morell de Santa Cruz hacía unos
cien años, el cual, casualmente, también había sido hallado en la papelería de
la sociedad.
--¿De qué poema épico
estás hablando?
--De un fraude, José
María. El libro del cura existe, es una especie de historia de Cuba, pero él
nada más copió varias octavas que alguien le recitó de un poema de un tal
Silvestre de Balboa, donde se contaba el rescate de un obispo secuestrado por
unos piratas franceses. Eran unos pocos versos, pero ahora entre Domingo y
Echevarría están escribiendo el poema completo, y van a hacerlo pasar como un
documento del año 1600.
--Pero eso es un
disparate.
--No tanto. Porque si
no cuela, todo queda como un chiste literario, como el de los Romances de Domingo firmados por Sánchez
de Almodóvar. Pero ¿y si funciona? Pues ya tenemos una tradición propia,
cristiana, con una épica donde el héroe de la batalla contra los piratas es
nada más y nada menos que un negro bueno que es premiado con la libertad.”
(La novela de mi vida. Ediciones Unión, 2002)
No comments:
Post a Comment