Thursday, March 17, 2016

Orlando Jiménez-Leal vs. Roberto González Echevarría y Encuentro

Es una pena que un académico de las credenciales de Roberto González Echevarría necesite participar tan activamente de su propio homenaje, como resulta obvio de la lectura de la mayoría de las colaboraciones que lo honran en este número de Encuentro. ¿Quién sino el propio González Echevarría puede haberle pedido su opinión laudatoria a Harold Bloom, su colega de Yale; así como a Ana Rosa Menocal y a Andrew Bush? Pero el testimonio más escandaloso es, sin duda, el de Miguel Barnet, que responde a los elogios que González Echevarría le tributa en su «canon cubano», ofreciendo con ello una muestra de lo que Jardiel Poncela definiera como la «sociedad de bombos mutuos». Por otra parte, es penoso también que la revista Encuentro, que quizá sea la publicación más seria que se hace en nuestro exilio, se haya ceñido la camisa de fuerza de hacer un homenaje en cada número; no sólo por la inflexibilidad que le impone al formato, sino también porque esa regularidad la obliga a ir incurriendo en concesiones que, necesariamente, terminarán por abaratar la publicación. Me parece que se vería con más legitimidad y elegancia que estos homenajes se espaciaran más y se reservaran para números extraordinarios y para personas con el suficiente reconocimiento para que no se vieran en el aprieto de solicitar la ayuda de sus amigos.

(Cartas a Encuentro. Revista Encuentro, No’s 34/35, 2005)

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